Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
26 may 2018
Conversaciones en el vapor........................... Boris Izaguirre
La última vez que conversé con Eduardo Zaplana fue en el baño de
vapor del gimnasio en Madrid donde ambos acudíamos. No es un sitio
común. Zaplana entró, con la toalla sostenida por sus manos. Al verme no
titubeó si entrar o salir, pero se anudó muy bien la toalla a su
envidiable cintura. Me preguntó si me gustaba el vapor. Sin titubear
respondí que sí, incluso en verano, porque lo consideraba bueno para la
piel. Él continuó diciendo que también lo era para la cabeza y como
sentí que nos distendíamos conseguí disimular un barrido, una mirada
furtiva pero bastante investigadora, sobre su fibrosa figura, esa que
sus elegantes trajes ya te hacían imaginar magra, cuidada, fit. A pesar del vapor, debió darse cuenta de que lo estaba analizando y me
soltó la pregunta inesperada: “¿Qué tal Venezuela? ¿Se solucionará eso
alguna vez?”. Desvié mi mirada y negué con la cabeza. Dijo que pensaba
igual que yo y que lo lamentaba. Después de eso se levantó y salió hacia
el vestuario. Su límite de convivencia en el vapor me pareció tan
escaso como el vello en su cuerpo. Hay muchas cosas presuntas de
Zaplana, desde hace años, pero el empleo de la depilación no es una de
ellas . Cuando conté esta historia me preguntaron si alcancé a verle raya
del bronceado pero solo recuerdo esa homogeneidad laqueada y casi
futurista que deja el láser cuando arrasa con el vello natural. Zaplana es un dandi natural y escurridizo que ha demostrado en toda su
carrera política su afición, casi fe, por el estar bien vestido. Al
compararlo con otras personalidades vinculadas a presuntas prácticas de
corrupción, mantiene un estilo propio. El traje ceñido sin
exageraciones, porque su estructura se lo permite. Como si conociese esa
presunta frase de la duquesa de Windsor de que nunca se es
suficientemente rico ni suficientemente delgado. Zaplana lo debió de
leer en alguna revista de vanidades y se lanzó a hacerla realidad. Pese a
acumular millones de euros, nunca engordó. Su apariencia siempre la
misma: deseando parecer perfecta, sin arrugas. Incluso su famoso tono de
piel, entre Meghan Markle y Valentino, se convirtió en un uniforme que,
sin vellos, le permitió ir de la política a coquetear con la celebridad
sin problema alguno. Ahora que hemos revisado imágenes suyas de los
años noventa, entiendo que entre los valencianos, corruptos o no, hizo
escuela. El estilo Zaplana, exterior elegante y planchadísimo, interior
turbio y sin vello.
Hay cosas del Partido Popular que siempre perturban, como la política de
mirar hacia otro lado cuando uno de los suyos cae. Pero con la
sentencia del caso Gürtel, han caído muchos. Esta vez, el partido
recurre a la tristeza y al desconocimiento, subrayando que su nueva
gente no sabe quien es Bárcenas ni Zaplana. Hasta ahora, la corrupción
no ha alterado mucho los triunfos electorales del partido. Pero puede
que eso cambie, porque el mundo ha cambiado un poquito después de la
devastadora sentencia de Gürtel y de la boda de Meghan Markle.
Meghan Markle y el príncipe Enrique durante su paseo en carruaje por Windsor después de la boda.REUTERS
Desde que Meghan está en nuestras vidas, todo es mejor.
Con la
excepción del padre de Meghan que se puso a negociar exclusivas hasta
que le dio un infarto
. ¡Qué poco estilo! Eso no se hace, igual que
llevarte millones de euros a paraísos fiscales como Luxemburgo.
Pero esa
ausencia paterna le dio a Meghan la oportunidad de llegar sola a su
boda.
Para mí es la demostración de su estilo: la novia intenta
controlar desde el principio su matrimonio.
Me emociono el Stand by me
interpretado por el coro góspel en la ceremonia.
Inglaterra nos ha
demostrado que pese al Brexit es una de las naciones más creativas y
pragmáticas de esta parte del mundo. Es posible que desde Josephine Bonaparte no hayamos tenido una figura
femenina no blanca con tanta relevancia popular. Y al igual que la
esposa de Bonaparte, lo ha hecho con el amor y con otro tono de piel.
Con niños los problemas crecen . Entiendo que Irene Montero y Pablo
Iglesias no habrían tenido que ponerse morados dando explicaciones por
su casa peronista si se hubiesen acomodado en un chulo y luminoso loft en Vallecas. Algo que contribuiría a hacer el barrio más hipster. Irene, mi amor, no veo la necesidad de irse a Galapagar, persiguiendo
la anacrónica utopía de la ciudad jardín, cuando Meghan se va a un piso
de la abuela de su marido. Y tan contenta.
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