La presentadora, protagonista del primer programa de la nueva temporada de 'Planeta Calleja' en Benín, revela que le gustaría ser madre de nuevo
Paz Padilla ha sido la protagonista de la primera entrega de la nueva temporada de Planeta Calleja, el programa conducido por Jesús Calleja en Cuatro que se ha emitido este domingo.
La presentadora ha aprovechado su visita a la cuna del vudú en Benín, África, para desnudarse emocionalmente y se ha abierto al aventurero sobre algunas de sus inquietudes o secretos, incluyendo su participación como presentadora en el programa de Telecinco Sálvame, donde ha confesado que llegó por casualidad.
“¿Cómo una humorista se mete en Sálvame?” pregunta Calleja.
“A mí me cogen porque voy a hacer una entrevista en el Deluxe. Estaban buscando sustituta para Jorge y como yo soy tan payasa, empecé a bromear, me integré muy bien y vieron que podía encajar”, explica Padilla.
Aunque el verdadero motivo, reconoce, fue la necesidad de trabajar. “Era el momento de la crisis y hay que trabajar. La pela es la pela”, bromea.
Pero si de alguien dependió su nuevo giro laboral fue de su gran amigo Javier Sardá. Paz Padilla revela que desde que el catalán le ofreció trabajo en Crónicas Marcianas, tiene muy en cuenta su opinión.
“Llamé a Sardá y me dijo que lo podía hacer perfectamente, que hiciera mi propio Sálvame”.
Y así ha hecho durante los ocho años que lleva al frente del programa de Telecinco, al que ya no le augura un futuro muy prometedor.
“Yo creo que Sálvame acabará porque en la tele acaba todo. No me preocupa que se acabe.
No quiero, pero es bueno también. Nos tenemos que reinventar”, reconoce.
Actualmente, Padilla combina su faceta como presentadora con el de actriz en el teatro o en la serie La que se avecina, donde interpreta a La Chusa, una exdrogadicta reconvertida en asistenta del hogar, un papel con el que se siente toda una "show woman".
Además del terreno laboral, la humorista también ha hablado con Calleja del ámbito personal y familiar, confesando lo mal que lo pasó cuando se divorció de su primer marido, Albert Ferrer, en 2003, tras cinco años de relación. “A mí no se me fue el amor, me lo arrancaron cuando me separé.
Yo no me fui, se fue él porque le agobiaba mi situación”, cuenta Padilla. Fruto de ese matrimonio es su única hija, Anna, a quien la presentadora está muy unida y de la que se siente muy orgullosa. “Mi hija está estudiando en Inglaterra. La relación es maravillosa. Nunca discuto con ella, es muy razonable”, dice.
Precisamente durante este viaje con Calleja, la humorista ha revelado sus ganas de volver a ser madre de nuevo y, aprovechando su visita al Templo de las Pitones –animales que para los habitantes de Benín suponen la conexión entre el hombre y la Tierra–, la humorista no ha dudado en abrazarse al árbol sagrado y pedirle un hermanito para su hija.
No hay comentarios:
Publicar un comentario