El actor, protagonista de 'El accidente', considera injusto que sus compañeras cobren menos que él.
Héctor Llanos Martínez
- Fue hace exactamente 11 años cuando Quim Gutiérrez (Barcelona, 1981) se convirtió en el actor revelación del cine español, levantando un premio Goya la misma noche que lo hacía su inseparable Daniel Sánchez-Arévalo por AzulOscuroCasiNegro.
- Su consagración era también la de una nueva forma de entender la comedia.
- “Hace poco hablaba con Daniel de lo diferente que era lo que hacíamos hace cinco años de lo que se lleva ahora y que no sabemos qué pasará en el futuro”, comenta hoy el actor.
Con ella lo ha rodado todo. Hasta un anuncio de yogures.
Ahora se reparten el protagonismo de la serie El accidente (Telecinco).
“Con el tiempo, hemos compartido ese tipo de cosas que forjan una
amistad.
Algunos momentos han sido de agobio y otros de felicidad; cosas
muy complejas que han hecho que ahora nos queramos todavía más y mejor
que al principio”, dice de ella.
Respuesta. No soy de hablar de cifras con mis compañeros. En el caso de Inma, me costaría creer que ha sido así, pero me consta que sí ha ocurrido en muchos otros casos. Es completamente injusto.
P. ¿Ha sido testigo de algún caso de acoso sexual en el cine español?
R. Nunca he presenciado una situación extrema aunque, a poco que trabajes en esta profesión, te enteras de cosas.
Y no solo me refiero a alguien en situación de poder, como un productor o un director, que se aprovecha de la posición de inferioridad de otra persona.
R. Sin ir más lejos, en escenas sexuales. Aunque deberían estar medidas al milímetro y no haber lugar a la ambigüedad, algunos actores se toman más libertades de las que deberían con sus compañeras de reparto.- . Es bastante ruin. Cuando estás en una situación así con
una actriz que no conoces, lo mejor es comentar el asunto antes. Claro
que es algo incómodo, pero lo es mucho más ponerte a rodar sin haberlo
hablado.
P. ¿Debería haber cabida en los Goya para movimientos en contra de este tipo de situaciones como el Time's Up?
R. Prefiero que los Goya sean una fiesta del cine más que una noche reivindicativa.
Con esto no quiero decir que esté de acuerdo con el manifiesto que han firmado Catherine Deneuve y otros intelectuales franceses, diciendo que este movimiento es puritanismo sexual. Para nada.
No hay duda de que es una situación que hay que reivindicar y es mejor pasarse que quedarse corto.
Lo que ocurre es que cojo con pinzas todas las causas cuando se convierten en una moda.
Porque las modas siempre pasan y los que hoy enarbolan una bandera mañana se agarran a otra.
P. Intenta mantener el control de su imagen pero las revistas del corazón no siempre le han respetado.
R. Las dos veces que me han sacado desnudo en la playa me ha resultado dramático y deleznable.
Ha sido para mí el top de la humillación. Mis amigos me dicen: ‘pero si no sales mal…’. ¡Cada uno decide si sale mal o no! No sabes lo que se siente cuando vas a comprar la revista para ver qué ha salido y la quiosquera, que ya sabe a qué vas, te mira con una sonrisita.
Yo intento cuidar mi imagen cuando hago una promoción, voy a una entrega de premios o hago un editorial de moda.
Y cuando salgo así en una revista del corazón me siento muy violentado.
P. Repasando sesiones de fotos como la del primer número de ICON Sport se nota que también se lo toma como un trabajo interpretativo.
R. Suelo llegar a las sesiones con un personaje buscado.
No lo hago para ocultarme detrás de él, sino para ser más creativo y dar más juego.
Me cuesta posar porque sí, poniendo caritas. Si alguna vez me ha tocado presentar alguna gala, me he fijado mucho en lo que hace George Clooney cuando sale a dar un premio. Se muestra sofisticado, relajado, sabe reírse de sí mismo... intento tomar algo de esa actitud.
P. Pero también hay revistas masculinas que, sin ser del corazón, le cosifican y analizan si es “el feo atractivo del cine español”.
R. Que comenten si soy atractivo o no me resulta gracioso, no es nada doloroso comparado con lo otro.
Conozco mis facciones, me he peleado toda mi vida con mi nariz torcida y mis orejas.
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