Los animales vuelven al matadero. Si la actual industria de
la moda es una carnicería, no puede haber mejor metáfora para inaugurar
la 67ª edición de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid
(MBFWM). Su inicio, este miércoles, resultó sin embargo de una
literalidad anodina. Sí, había animales: medio centenar de ovejas
merinas negras. Y sí, volvían al viejo matadero municipal, por primera
vez desde su reconversión en centro de agitación cultural. Aunque su
sacrificio para la ocasión fue otro: balarle desde sus rediles en
primera fila al debut de Oteyza en la semana grande de la moda española.
Una modelo viste una de las creaciones del dúo creativo Caterine Pañeda y Paul García de Oteyza.J.J.GuillenEFE
No,
la literalidad no le se sienta bien a la propuesta de Paul García de
Oteyza y Caterina Pañeda.
La irrupción del matrimonio como
particularísimos sastres, en 2011, fue casi estelar, haciendo bandera de
la capa española (corta), ensalzada por geometría, ligereza y
movimiento.
El problema es que tan tradicional elemento, que se remonta
al siglo XVII, no aparece (re)conectado con el presente.
Quizá porque
tampoco sea la intención: la capa Oteyza es tipismo de fina estampa, que apela a una masculinidad antigua (ellos la llaman "profunda") y un dandismo de salón.
Ni un pero, eso sí, a su exquisitez textil y brillantez colorista, marca
de la casa. El paño de lana merino en tono caramelo es de una bellísima
modernidad a la que, lástima, no le hace justicia su empleo. Los trajes
presentados —con o sin sus respectivas capas a juego— apenas dicen algo
creativamente más allá de tradición y artesanía. El mismo García de
Oteyza, jaboncillo, cartabón y tijeras de sastre en ristre, cortó una de
sus capas en directo para hacerla bailar a continuación junto a Pañeda a ritmo flamenco. Una performance con la que la pareja ya había actuado en el salón florentino Pitti Uomo, del que es asidua. A los compradores asiáticos presentes les habrá resultado, claro, de un exotismo arrebatador. Modelos con las creaciones de la diseñadora granadina Pilar Dalbat.ZIPIEFEDe compras y posicionamiento internacional sabe de sobra Pilar Torrecillas, la creadora de Pilar Dalbat, que ya son 20 años en la brecha.La Brecha
es, precisamente, el título de su colección, inspirada en la obra de su
paisano el pintor granadino José Guerrero. Arropadas por los grabados
del artista expuestos en la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando, las prendas de piezas descompuestas, apliques geométricos de
metacrilato e impronta deportiva hasta para la noche son una celebración
de la feminidad en todas sus manifestaciones. #Guerrera, se lee en una
de las sudaderas. Las lucieron modelos de excepción como Belén Jiménez,
procuradora de 53 años; Laura Arrojo, baloncestista de 20; Eva Chacón,
arquitecta de 30; o Roko, cantante de 28. "Son las mujeres que me
gustan, con cabeza y unas historias muy potentes que contar", concedía
la diseñadora.
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