Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
23 sept 2017
El futuro como equipaje.................................... Boris Izaguirre.
El aire y la tierra están agitados. Huracán Irma, terremotos en México y el volcán referéndum en Cataluña.
Pedro Almodóvar con algunos de los bodegones que expone en la Fresh Gallery, de Madrid.Chema MoyaEFE
Decidí titular mi nueva novela Tiempo de Tormentas, pero
algo me hizo pensar que sonaba demasiado premonitorio. Días antes de
finalizarla, al verme rodeado de huracanes y terremotos, cambié el
título . Me encantaría recuperarlo, pero los hijos de mis amigas insisten
en que el fin del mundo ha cambiado de fecha. Este verano, en Ibiza,
alarmaron con que será el 10 de octubre. Ayer, en un restaurante vacío
en la zona de moda en Miami, me aseguraron que era hoy, 23 de
septiembre. No garantiza nada si está leyendo esta columna, porque
podría ser lo último que lea. Y, claro, tampoco existe seguridad de que
mi novela sea publicada aunque he jugueteado con varias frases
promocionales, por si resulta ser la primera lectura después del final
del mundo. El aire y la tierra están agitados. Huracán Irma, terremotos en México y el volcán referéndum en Cataluña. Desde que unas gotas del huracán llegaron a mi boca, calientes, saladas
y violentas entendí que es la acumulación de calor en los océanos lo
que nos confirma el cambio climático. No sé rezar, ni en judío ni en
cristiano, pero sé que por encima de la fe está la responsabilidad. Y
todos somos responsables del cambio climático por no saber evitarlo o
por continuar negándolo. Sea como sea, pasar dos semanas de septiembre marcadas por los
desastres naturales es una de esas cosas que no le deseo a casi nadie. Quizás a esa mala persona que es Vladímir Putin, que aterrorizó a Angela Merkel
paseando frente a ella a su perro labrador sabiendo perfectamente que a
ella le aterran los canes, porque uno la mordió en su infancia. Putin,
exdirector de la KGB, sabe mucho de torturas y métodos de coacción. Carlos Torretta y Marta Ortega en el desfile de RobertoTorretta, el pasado día 18, durante la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.GTRESONLINEEs que superar una catástrofe o un trauma te deja con aire
trascendental, que a mí no me sienta precisamente bien. Esta situación
precaria me impidió estar en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid y presenciar la llegada de Marta Ortega, La zarina,
al desfile de Torreta, por ejemplo . O ver las cuatro veces que se
cambió de traje Olivia Palermo en un mismo día . Hubo un momento que
anhelé que mi vida fuera como una fashion week larga. Que todo resultara bello e irónico, como los bodegones de Pedro Almodóvar, presentados esta semana en la Fresh Gallery, en Madrid. Preocupado, llamé a mi amiga Gloria a México. Me contó que después de
un simulacro, homenaje a las víctimas del terremoto del 85, regresó a
casa y una hora más tarde estaba aferrada a una pared viendo cómo toda
su cocina se desmoronaba. Salió a la calle y se encontró rodeada de
coreanos, los principales de su barrio, que le dijeron que una razón
para explicar el desastre podrían ser las pruebas nucleares del amado líder, Kim Jong-un. Este tipo de cosas preferí no confesarlas en la misa a la que me
llevaron mis amigos de Miami, que no fue en una iglesia sino en el
Fillmore Theater. Era una de esas congregaciones que interpretan la
Biblia recaudando ayudas en metálico, como si fueran sociedades anónimas
religiosas. Se llama Vous y está dirigida a profesionales liberales,
con buen sueldo. Gente de televisión y el esposo de Karolina Kurkova, la célebre modelo checa, se unían a los cantos, en estilo moderno, casi reggaeton,
contra el diablo y el flaquear de la fe. Y apareció el predicador, Rich
Wilkerson, Jr, con pantalones pitillo negros y brillantes, rubio, con
su esposa igual de rubia. El predicador nos reiteró en su sermón que
cada vez que vas hacia algo, tienes que atravesar una experiencia. Una
manera bonita de entender el apocalipsis y cualquier otra cosa. No me
disgustó hasta que descubrí que llevaba calzadas las botas de ante color
caramelo de Saint Laurent. No perdí, ni recuperé, la fe. Pero pensé, el
apocalipsis también es marquista.
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