A veces, observando una foto que en apariencia nada tiene que ver con el sufrimiento, piensas en él.
La de hoy ilustraba un artículo sobre el mercado del arte en el suplemento de Negocios de este periódico.
El artículo se titulaba Los nuevos caladeros del arte y empezaba diciendo que “en el mercado del arte no tiene lugar ni la memoria ni la melancolía”.
¡Excelente comienzo! En una sola frase, y no muy larga, se encontraban las palabras mercado, arte, memoria y melancolía. Se encontraban como para tomar el té de las cinco y cada una hablaba de lo suyo.
Las letras negras sobre el color salmón del suplemento. Algunos lo llaman de este modo: El Salmón, del que no sé si está hecho para pobres con imaginación o ricos con tiempo.
Iba de subastas. Decía que el mercado europeo se enfriaba y que las pujas se desplazaban hacia Asia.
De vez en cuando, para descansar del texto, regresaba a la foto, impresa a cuatro columnas, y cuyo pie decía: “Un hombre se fotografía junto a Miss Ko2, una escultura del artista japonés Takashi Murakami, en una subasta de Christie’s en Hong Kong”. Me desasosegaba ese híbrido entre niña y mujer y pensaba en el sufrimiento del mundo.
El hombre, ahí lo ven, sacándose una foto junto al monstruo.
Sonriendo. Le hace gracia el grado de perversión que encierra. Quizá luego puje por la pieza.
Pensé en las personas que tenían hijas. En su sufrimiento.
Todo ello leyendo un artículo económico en un suplemento de Negocios. Dios mío.
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