La nueva serie 'Perdóname, Señor' es lo que parecía, y lo que quería Telecinco. Por suerte o por desgracia.
Telecinco juega bien sus cartas.
Sabía que Sé quién eres era una serie que se ganaría el respeto de la crítica.
Pero también sabía que no sería una serie de grandes audiencias.
Se mantuvo con mucha dignidad, pero no fue un fenómeno de masas.
Sí lo fue El Príncipe, serie con más pegas —también con virtudes, ojo— pero con mejor rendimiento para la cadena, sin ninguna duda.
Lo mismo ocurre con Perdóname, Señor.
Así que tras ofrecernos la cara, ahora llega la cruz.
Sabía que Sé quién eres era una serie que se ganaría el respeto de la crítica.
Pero también sabía que no sería una serie de grandes audiencias.
Se mantuvo con mucha dignidad, pero no fue un fenómeno de masas.
Sí lo fue El Príncipe, serie con más pegas —también con virtudes, ojo— pero con mejor rendimiento para la cadena, sin ninguna duda.
Lo mismo ocurre con Perdóname, Señor.
Así que tras ofrecernos la cara, ahora llega la cruz.
Perdóname, Señor busca al público de El Niño y de El Príncipe compartiendo trasfondo, caras e incluso estilo visual.
Al menos en las escenas de acción con las que arranca y que plantean el marco del narcotráfico sobre el que se monta el resto del cuadro.
Pero se distancia de la película y la serie en cuanto empieza a descubrir el culebrón familiar que se esconde detrás.
Porque resulta que la monja que interpreta Paz Vega, y que vuelve a Barbate 20 años después de partir precipitadamente hacia Roma, se fue dejando un hijo detrás, niño que tuvo con el que ahora es uno de los capos del narcotráfico de la zona (interpretado por Stany Coppet, el malo de El Príncipe), que no sabe que es el padre del chico.
Ni siquiera el joven (Jesús Castro, es decir, El Niño) sabe que la que él conoce como su tía es en realidad su madre.
Para más inri, padre e hijo pertenecen a bandas enfrentadas. En definitiva, un culebrón aderezado con acción y montado sobre la situación social y económica que el paro ha dejado en esta zona de Andalucía.
La serie, de ocho capítulos, tendrá su público, y mal se tiene que dar la cosa para que no sea numeroso.
Es un público que se encontrará con diálogos forzados pronunciados sin demasiada convicción por sus protagonistas —entre los secundarios se encuentran mejores actuaciones, como las de Estefanía de los Santos y Paco Tous—, cuerpos 10 con poca ropa y una historia que no pide demasiado esfuerzo por parte del espectador para poder seguirla.
Perdóname, Señor es lo que parecía, y lo que quería Telecinco.
Por suerte o por desgracia, depende del punto de vista.
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