No es habitual que los poderosos hablen de sus debilidades más íntimas.
Sheryl Sanberg en una imagen de archivo Alex Brandon A
Encontrar el cadáver de su pareja en un gimnasio
cuando disfrutaba un fin de semana con amigos fue el primer día del
resto de su vida para Sheryl Sandberg, directora de operaciones de Facebook y una de las ejecutivas más poderosas del planeta.
Perdió a su marido hace dos años.
Días después lloraba mientras organizaba una actividad escolar para
padres e hijos. No estaba Dave y ella le necesitaba. “La opción A no
está disponible”, le dijo un amigo.
Option B,
su nuevo libro, es una invitación para hablar en voz alta del lado
cabrón de la vida.
No estamos acostumbrados a hacerlo, nos silencian los
tabúes. Tampoco es habitual que los poderosos hablen de sus debilidades
más íntimas, de las épocas en que están hechos un trapo y cómo eso les
afecta en lo personal y lo profesional.
Hacerlo públicamente es cualidad
de líder.
Sandberg ya se sinceró sobre las dificultades de ser mujer y tener ambiciones en el entorno laboral en el superventas Vayamos adelante.
Ahora desmembra para otros su duelo y el de sus hijos.
Ahí está el
miedo a no volver a sentir felicidad o la culpabilidad por volver a
reír; el vértigo y el vacío, el rechazo a la nueva rutina que te viene
impuesta, la tristeza que sientes infinita...
Pocas experiencias sacuden
nuestra escala de valores como la muerte de un ser querido.
Quien se ha
visto forzado a buscar un plan B lo sabe.
Es la resiliencia, la capacidad de adaptación.
Y cuenta Sandberg, por experiencia, que es un músculo que se entrena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario