La propietaria de la Real Maestranza cataloga 13.300 negativos comprados a la familia de Luis Arenas.
Extraordinarias fotos en blanco y negro que han dormido largo tiempo en negativos ocultos y vuelven a la actualidad gracias al trabajo de catalogación de 13.304 fotos que carecen de identificación y fecha.
Entre miles de imágenes taurinas y faenas camperas, de 1944 a 1966, destaca la presencia en los tendidos de Jacqueline Kennedy junto a la duquesa de Alba, con la que se paseó a caballo, vestidas de amazonas, por el real de la feria en 1966;
la actriz Ava Gardner (en 1964) y el director de cine Orson Welles (años 50) se asoman en una barrera de la plaza; Audrey Hepburn y Mel Ferrer, su marido, en los primeros años sesenta; los príncipes Raniero y Grace Kelly, en 1966 (la princesa se vistió de flamenca y paseó en coche de caballos);
Lola Flores y una joven Carmen Sevilla, entre otros rostros conocidos de entonces.
Once cajas guardan los 13.304 negativos de fotos taurinas en blanco y negro.
Ninguna de ellas está catalogada, y la institución sevillana trabaja para que a la mayor brevedad posible —asegura que aún es pronto para dar una fecha— esté al servicio de los investigadores y amantes de la fotografía taurina.
El compromiso de la Maestranza es la elaboración de un catálogo general y el montaje de una exposición que muestre lo más sobresaliente del archivo.
Entre las fotos taurinas hay 422 de Rafael El Gallo; 191 de Juan Belmonte; 20 de Manolete; 18 de Franco en los toros; 14 de Jacqueline Kennedy; 8 de Orson Welles; 5 de Ava Gardner; hay además tomas de esculturas, pinturas y temática general relacionada con el mundo de los toros.
Esta no es más que una muy pequeña muestra del inmenso legado de un artista sevillano de la cámara, apasionado de la Semana Santa, pero muy conocido también por su dedicación al fútbol, la Feria de Abril, el Rocío, la vida cotidiana, los lugares recónditos, la luz, las penumbras y los niños.
A todo ello dedicó el fotógrafo más de 40 años de su vida, cámara al hombro.
Hoy, 25 años después de su fallecimiento, el legado artístico de este maestro del costumbrismo lo componen casi 30.000 negativos pendientes de catalogación.
Además de los taurinos, otros 15.000 permanecen en la casa familiar a la espera de que sus descendientes alcancen un acuerdo para su venta a una entidad financiera.
La historia de toda una ciudad compendiada por el objetivo de una cámara.
Esa es la herencia de un personaje singular a quien Luisa, la única viva de sus cuatro hijos, su nieto Luis y su sobrino nieto Daniel, recuerdan como “un artista enamorado de Sevilla, que salía cada mañana de su casa para atrapar un destello de luz que, quizá, llevaba buscando meses”.
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