Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
10 mar 2017
Conquistar el futuro..................................... Carmen Mañana
Chanel, Louis Vuitton y Miu Miu dan el do de pecho en la última jornada de desfiles de la Semana de la Moda de París.
Desfile de Chanel en París, este martes, 7 de marzo de 2017.IAN LANGSDON (EFE) | ATLAS
Chanel, Louis Vuitton y Prada
son tres de las locomotoras del lujo. Una industria que el 2016 facturó
1,5 billones de euros —400.000 millones de euros más que el PIB
español—, pero que se enfrenta a una crisis estructural. Tras varios
lustros en los que el crecimiento de las marcas superaba el 10% anual,
estos porcentajes comienzan a caer hasta la mitad, según advierten
expertos como los de la consultoría The Boston Consulting Group. Entre las principales razones de esta desaceleración está la retracción
del mercado chino. Ya no compra con la compulsión de hace unos años y,
lo que es más preocupante: ningún otro país emergente puede igualar su
capacidad de consumo a medio plazo, según aseguraba en una entrevista a este periódico el vicepresidente ejecutivo de Hermès, Guillaume De Seynes.
Desfile de Chanel en París, este martes, 7 de marzo de 2017.IAN LANGSDON (EFE) | ATLAS
El
sector se está viendo obligado a reestructurar sus estrategias y
expectativas. Por eso hoy más que nunca, que una colección resulte
fallida o un bolso en cuyo lanzamiento se han invertido millones fracase
constituye un problema mayúsculo. La frivolidad es un lujo del pasado. Esta temporada la presión por mantener los beneficios de tiempos opulentos se siente sobre la pasarela. En la de Chanel, Karl Lagerfeld ha decidido hacer este martes un alarde apoteósico de la grandeur
de la casa francesa en el último día de desfiles de la Semana de la
Moda de París. El Kaiser ha construido un cohete de unos 50 metros de
alto en el Grand Palais. Tras presionar el enorme botón rojo de ignición
y, ante una audiencia boquiabierta, el transbordador despegó echando
humo y chispas. Se trataba, claro, de una simulación, pero la misión se
había completado: conquistar las redes sociales a la velocidad de la
luz. Orbitando alrededor de esta imbatible campaña de márketing, la
colección. Como no podía ser de otra forma, la temática era espacial: abrigos que
mezclan lana y tejidos metalizados, vestidos de punto de lúrex, botas
bajas con purpurina y una suerte de capas rígidas a medio camino entre
mantas térmicas y papel de embalaje que conferían a las modelos el
aspecto de una virgen sideral. Frente a la complejidad de la puesta en
escena, las siluetas resultaban sencillas y relajadas, con cierto aire
años sesenta, la década de la carrera espacial. Cuando el hombre
llegó a la luna, Lagerfeld tenía 36 años. Pero su propuesta —donde
también hay un interesante trabajo de superposiciones— no ha caído en la
nostalgia del retrofuturismo. Junto a la plataforma de lanzamiento, el
alemán solo mira hacia delante. Mensaje transmitido: Houston, Chanel no
tiene ningún problema.
Louis Vuitton no se quedó atrás y organizó su desfile dentro
del museo del Louvre. Entre esculturas clásicas y bajo la cúpula de
cristal del hall de Cour Marly, Nicolas Ghesquière
ha desplegado una colección que busca confrontar la delicadeza de la
lencería con la aparente tosquedad de materiales tratados técnicamente y
piezas urbanas y agresivas. El show comenzó con un increíble
juego de luces que se proyectaban sobre las paredes del espacio y entre
las obras de René Frémin comenzaron a surgir los chaquetones de patchwork
de distintas pieles, abrigos masculinos de neopreno y cuero abrazados a
la cintura por cinturones, minifaldas de lana cortadas a tijera. Ha
destacado el trabajo de investigación en tejidos con tweeds y sedas plastificadas en piezas clásicas en encaje. También las camisas de siluetas masculinas. Miuccia Prada ha invocado los años veinte y setenta para ofrecer una visión exagerada del glamour. Todo en el desfile de Miu Miu,
su segunda marca, ha resultado excesivo. El pelo fue el hilo conductor:
apareció primero en abrigos desmesurados y después en el cuello de
gabardinas de plástico transparente y en las poderosas hombreras de sus
anoraks deportivos. También en gorros, botas de esquimal y maravillosas
sandalias que la diseñadora italiana declina en práctico raso . El punto
con estampados de televisiones, teléfonos, manzanas y gatitos da forma a
pantalones de campana y jerséis de cuello alto, rematados con abalorios
dorados. Los sensuales vestidos de seda se decoran con gigantescas
flores y, en su versión larga, con pequeños cristales bordados a modo de
lunares. La bisutería también es grandilocuente, con colosales
cinturones y collares. Pero en el ejercicio irónico que Prada ha
formulado este martes, más fue sinónimo de mejor.
Modelos en el desfile de Miu Miu este martes en París.Pascal Le SegretainGetty Images
Moncler construyó su colección en torno al abrigo, su
pieza estrella, que para el próximo otoño invierno transita del
chaquetón de leñador al plumífero estampado con pequeñas flores. La
mezcla de tejidos clásicos como el tweed y la lana con materiales
tecnológicos define una estética donde se cruzan Brokeback Mountain y La casa de la pradera.
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