Son los contadores inteligentes de la luz. Se sujetan a las paredes como las garrapatas a la piel y son insaciables como las sanguijuelas.
Si los arrancas de golpe, sus patas se quedan alojadas en el cuadro y a partir de ellas se vuelven a reproducir.
A las garrapatas, para que salgan enteras, conviene aplicarles aceite y mucha paciencia, además de humo de tabaco.
Para desprenderse de las sanguijuelas, hay tutoriales en Internet, consúltenlos.
En todo caso, deben tener en cuenta que este bicho puede chupar sangre hasta aumentar 10 veces el tamaño de su cuerpo.
Si se le agarran 20 o 30 sanguijuelas a las piernas, quizá necesite usted una transfusión.
Los contadores de la luz, que tienen algo de escarabajos maléficos,
están de momento conectados a nuestros electrodomésticos, pero no
tardarán (tal es la previsión) en enchufarlos directamente a nuestros
cuerpos para chuparnos la sangre sin necesidad de intermediarios
. Si
usted elige una tarifa nocturna,
se la extraerán mientras duerme, para que le duela menos. Las compañías
eléctricas, que disponen de excelentes departamentos comerciales, ya
están dándole vueltas a las distintas tarifas que nos ofrecerán en
función de que nos desangren del lado izquierdo o derecho del cuerpo, de
las arterias principales o de las secundarias.
Significa que lo que
hemos visto hasta ahora es un juego de niños comparado con lo que viene.
Y es que el contador inteligente está a punto de dar paso al biológico.
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