El centro de exterminio ha superado los dos millones de turistas, récord histórico.
Quién haya visitado alguna vez un Campo de exterminio o de Trabajo, no lo podrá olvidar nunca. Siempre se recordará el "Silencio" se notará frio con esos pijamas de rayas y las fotos de como llegaron y como se van conviertiendo en cadáveres....y uno piensa....¿Por qué ese Dios permitió tanto horror?
Es una cifra algo inferior al número de entradas que vende el Museo del Prado. En aquel campo fueron exterminados en el Tercer Reich entre 1,1 y 1,4 millones de personas: judíos, gitanos, homosexuales, presos soviéticos y polacos.
Por nacionalidades, los polacos siguen siendo los más numerosos (424.000), seguidos de británicos (271.000), estadounidenses (215.000), italianos (146.000) y españoles (115.000), de acuerdo con el informe de la dirección.
El antiguo centro de exterminio, que celebró hace dos años el 70º aniversario de su liberación, se abrió como museo en 1947 y es Patrimonio de la Humanidad desde 1974.
Sin embargo, ha estado al borde de la desaparición debido a las estrecheces económicas para conservar sus 155 edificios, 300 ruinas (entre las que se incluyen los dos hornos y cámaras de gas, volados por los nazis) y miles de objetos personales que en sí mismos condensan el espanto: minúsculos zapatos infantiles, prótesis de mutilados, montañas de gafas redondas, toneladas de cabello, la maleta de Klara Golosein, la de Georg Weiss, la de Else Meier, cartas de víctimas, apuntes de verdugos
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