Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
19 ene 2017
Copenhague, la ciudad más feliz del mundo......................... Lonely Planet
Rincones de la capital danesa que ayudan a entender la particular forma de entender la vida de sus habitantes
Copenhague
tiene uno de los niveles de vida más altos del mundo, pero el bienestar
en este país no se exhibe de forma ostentosa ni se traduce en objetos
de lujo, sino que se respira una agradable sensación de confort y
felicidad basada en saber disfrutar de la vida a base de planes
sencillos y relajados, en soledad o buena compañía. Los daneses lo
llaman hygge (se pronuncia “juga”), término de difícil
traducción al castellano. Meik Wiking, director del Instituto de la
Búsqueda de la Felicidad de Copenhague, asegura en su libro Hygge, la felicidad en las pequeñas cosas
que el secreto del estilo de vida danés está en la calma y la calidez
de lo hogareño. Un estilo de vida “sencillo”, “barato” y que se puede
aplicar a “cualquier aspecto” de la vida cotidiana como la luz, la ropa,
la comida, el hogar o las relaciones sociales, y que se puede descubrir
fácilmente paseando por Copenhague. Se podría decir que el hygge es esa agradable sensación que
se respira cuando los daneses se reúnen en grupos de dos o más personas. Dichas personas no tienen por qué ser amigas –de hecho, puede que ni
siquiera se conozcan-, pero cuando se entabla conversación
(preferiblemente, para que fluya bien, evitando temas polémicos, como la
política) en un tono afable y se brinda a la vera del fuego o, en su
defecto, a la luz de las velas, el hygge comienza a impregnar el ambiente. Algunos de los mejores escenarios de la ciudad para experimentar este hygge a la vieja usanza son el parque del Tivoli, el pub Bankerat, el local hipster Dyrehaven y en el salón de té La Glace. Pero también podemos respirar un hyggemás contemporáneo en restaurantes como Manfreds on Vin, Ol & Brod, Ved Stranden o Lidkoeb, presentes en esta ruta hyggelig por Copengahue para descubrir esta forma de entender la vida y ser felices.
04 Christianshavn
Un paseo en barca
Christianshavn forma parte del centro de la ciudad de Copenhague,
pero está separado del resto por el puerto interior. Está dominado por
canales y puede recordar un poco a Ámsterdam. La mejor manera de visitar
esta parte de la ciudad es alquilar una barca y remar por sus canales, y
para que el momento sea hyggelig total, conviene llevar mantas, vino y una cesta de picnic. Se puede redondeat con un kanelsnegle
(caracola de canela) de la panadería Lagkagehuset, o almorzando junto
al puerto en alguno de sus restaurantes. Los canales, las curiosas
iglesias y las murallas verdes de Christianshavn hacen de este barrio
uno de los más bonitos de la ciudad. Se trata de una zona residencial
donde conviven artistas, ejecutivos que quieren parecer bohemios y una
gran comunidad de groenlandeses. Y en medio de la isla, como un hippie atrapado en el tiempo, se halla la llamativa comuna de Christiania. En la isla están también tres de los mejores restaurantes de la ciudad (Noma, Kadeau o Kalanen) Terraza en la plaza de Grabrodretorv, en Copenhague.
05 Grabrodretorv
Una plaza muy 'hyggelige'
Es un lugar que, al estar rodeado de casas antiguas, te transporta fácilmente unos siglos atrás. Esta plaza hyggelige
recibe su nombre del monasterio de los Hermanos Grises (Grå brødre),
establecido en 1238. Está llena de restaurantes acogedores, como Peder Oxe, donde se puede comer el clásico smørrebrød
danés y disfrutar al calor de la lumbre. Incluso una de las peluquerías
de la plaza tiene chimenea (y un bulldog francés que dormirá
plácidamente en tu regazo mientras te cortan el pelo). Hygge total. El restaurante Granola, en Copenhague. Ty Stan
Ampliar fotoLa calle de Værnedamsvej, en Copenhague. Ty Stange
Copenhague
tiene uno de los niveles de vida más altos del mundo, pero el bienestar
en este país no se exhibe de forma ostentosa ni se traduce en objetos
de lujo, sino que se respira una agradable sensación de confort y
felicidad basada en saber disfrutar de la vida a base de planes
sencillos y relajados, en soledad o buena compañía. Los daneses lo
llaman hygge (se pronuncia “juga”), término de difícil
traducción al castellano. Meik Wiking, director del Instituto de la
Búsqueda de la Felicidad de Copenhague, asegura en su libro Hygge, la felicidad en las pequeñas cosas
que el secreto del estilo de vida danés está en la calma y la calidez
de lo hogareño. Un estilo de vida “sencillo”, “barato” y que se puede
aplicar a “cualquier aspecto” de la vida cotidiana como la luz, la ropa,
la comida, el hogar o las relaciones sociales, y que se puede descubrir
fácilmente paseando por Copenhague.
Se podría decir que el hygge
es esa agradable sensación que se respira cuando los daneses se reúnen
en grupos de dos o más personas. Dichas personas no tienen por qué ser
amigas –de hecho, puede que ni siquiera se conozcan-, pero cuando se
entabla conversación (preferiblemente, para que fluya bien, evitando
temas polémicos, como la política) en un tono afable y se brinda a la
vera del fuego o, en su defecto, a la luz de las velas, el hygge comienza a impregnar el ambiente.
Algunos de los mejores escenarios de la ciudad para experimentar este hygge a la vieja usanza son el parque del Tivoli, el pub Bankerat, el local hipster Dyrehaven y en el salón de té La Glace. Pero también podemos respirar un hyggemás contemporáneo en restaurantes como Manfreds on Vin, Ol & Brod, Ved Stranden o Lidkoeb, presentes en esta ruta hyggelig por Copengahue para descubrir esta forma de entender la vida y ser felices.
ampliar fotoAtardecer en Nyhavn, en Copenhague. Adria Cowo
01 Nyhavn (Puerto Nuevo)
Disfrutar contemplando a la gente
Nyhavn es un canal que se construyó en el siglo XVII para unir el
puerto con la ciudad. Está bordeado por casas de estilo holandés en
colores distintos como una postal. Esta fue una parte sórdida de la
ciudad, con sus marineros pendencieros y sus “mujeres de vida alegre”.
Hoy en día, se puede visitar cualquiera de sus muchos restaurantes para
tomar arenque en escabeche y aguardiente. Si no es lo tuyo, y si hace
buen tiempo, haz como los nativos: compra unas cervezas en una tienda,
siéntate en el baluarte y observa el movimiento de la ciudad.
Nyhavn es la visita imprescindible de cualquier viaje a Copenhague y
hay que partir de aquí para descubrir no solo la ciudad y sus calles,
sino también su “alma hyggelig”: al norte se halla el barrio de
Frederiksstaden, sede del palacio de Amalienborg, de la suntuosa
Marmorkirken y del Designuseum Danmark. Frederiksstaden se extiende
hasta el Kastellet y la famosa figura de La sirenita.
La Glace es la konditori (pastelería) más antigua de Dinamarca: lleva deleitando a sus clientes desde 1870. Es imposible resistirse a un trozo de valnoddekage –un pecado en forma de tarta de nueces caramelizadas, nata montada y glaseado de moca–, y lo mismo se puede decir del sportskage, que lleva turrón, nata y profiteroles. En su libro hyggelig, Meik Wiking nos invita a visitar La Glace con estas palabras: "si existiera 'El Camino' de las tartas, La Glace sería la catedral de Santiago de Compostela”.
ampliar fotoEl parque de atracciones de Tívoli, en Copanehague.
03 Los jardines del Tivoli
'Hygge' para niños y adultos
Este parque de atracciones es el segundo más antiguo del mundo y uno
de los lugares más turístico del país. Mezcla de atracciones de feria,
luces y magia, capaz de levantar el ánimo a cualquiera, los jardines del Tívoli
fueron fundados en 1843 y son una atracción clásica de Copenhague; de
hecho, muchos daneses compran pases anuales. Aunque gran parte de ellos
los visitan durante el verano, el mejor momento para el hygge es cuando el Tívoli se viste de gala para Navidad
y Fin de Año (por lo general desde mediados de noviembre hasta enero).
Es toda una celebración de la luz: cientos de miles de luces convierten
los jardines en un lugar mágico en medio de la oscuridad del invierno, y
se puede disfrutar de un gløgg cerca de una de las hogueras en el
jardín o calentarse junto a la chimenea del bar Nimb.
ampliar fotoCanal en el barrio de Christianshavn, en Copenhague. Dave G. KellyGETTY IMAGES
04 Christianshavn
Un paseo en barca
Christianshavn forma parte del centro de la ciudad de Copenhague,
pero está separado del resto por el puerto interior. Está dominado por
canales y puede recordar un poco a Ámsterdam. La mejor manera de visitar
esta parte de la ciudad es alquilar una barca y remar por sus canales, y
para que el momento sea hyggelig total, conviene llevar mantas, vino y una cesta de picnic. Se puede redondeat con un kanelsnegle
(caracola de canela) de la panadería Lagkagehuset, o almorzando junto
al puerto en alguno de sus restaurantes. Los canales, las curiosas
iglesias y las murallas verdes de Christianshavn hacen de este barrio
uno de los más bonitos de la ciudad. Se trata de una zona residencial
donde conviven artistas, ejecutivos que quieren parecer bohemios y una
gran comunidad de groenlandeses. Y en medio de la isla, como un hippie atrapado en el tiempo, se halla la llamativa comuna de Christiania. En la isla están también tres de los mejores restaurantes de la ciudad (Noma, Kadeau o Kalanen)
ampliar fotoTerraza en la plaza de Grabrodretorv, en Copenhague.
05 Grabrodretorv
Una plaza muy 'hyggelige'
Es un lugar que, al estar rodeado de casas antiguas, te transporta fácilmente unos siglos atrás. Esta plaza hyggelige
recibe su nombre del monasterio de los Hermanos Grises (Grå brødre),
establecido en 1238. Está llena de restaurantes acogedores, como Peder Oxe, donde se puede comer el clásico smørrebrød
danés y disfrutar al calor de la lumbre. Incluso una de las peluquerías
de la plaza tiene chimenea (y un bulldog francés que dormirá
plácidamente en tu regazo mientras te cortan el pelo). Hygge total.
ampliar fotoEl restaurante Granola, en Copenhague. Ty Stange
06 Vaernedamsvej
Relax en Vesterbro
Los habitantes de Copenhague sienten especial debilidad por Vaernedamsvej,
una callecita a la que se compara con Paris. Nadie puede negar que es
de las más atrayentes de Vesterbro gracias a sus tiendas, cafeterías,
bistrós y, sobre todo, a que se respira un ambiente muy auténtico que
los viajeros aprecian especialmente. Como algunos comercios cierran los
fines de semana, conviene ir de lunes a viernes para disfrutar al máximo
de la experiencia. En Vaernedamsvej los coches van esquivando ciclistas y peatones que
pasean tranquilamente disfrutando de aromas a flores o a café.
Floristerías, cafeterías, bares y tiendas de interiorismo hacen de esta
calle un lugar estupendo para pasar una tarde de relax y hyggelig. Aquí está por ejemplo Granola, un lugar que recuerda a una tienda antigua y que se llena a la hora del desayuno y durante el brunch los fines de semana. O Falernum,
donde las sillas antiguas, los suelos de madera gastada, las
estanterías de botellas y las melodías tan relajantes lo convierten en
un lugar exquisito. Aparte de los más de 40 vinos que se sirven en copa,
tienen cervezas artesanales, café y varios platos para compartir. Smorrebrod en el restaurante Aamanns Deli & Take Away de Copenhague.
07 Smørrebrød
Un ritual gastronómico
Hay pocas cosas más danesas que el smørrebrød, una palabara que
significa, literalmente, pan con mantequilla. Se trata de un bocadillo
abierto de pan de centeno que a los daneses les encanta y suele ser una
de las primeras cosas que echan de menos cuando viven en el extranjero. Sin embargo, algunos extranjeros que viven en Dinamarca lo denominan
“las sandalias del diablo” por su dificultad para masticarlo y su
peculiar sabor. A pesar de ello, hay que probarlo: el smørrebrød es, en todos los
sentidos, una experiencia auténtica de almuerzo danés y puede llevar un
número casi ilimitado de ingredientes, desde arenque hasta buey crudo,
huevos y marisco; algunos tienen nombres tan pintorescos como “la comida
nocturna del veterinario”. El smørrebrød se sirve acompañado,
generalmente, con cerveza y aguardiente. En Copenhague hay infinidad de
establecimientos de smørrebrød tradicionales y tomarlo como almuerzo,
según dicen los daneses, te dá hygge para mucho rato.
Barra de Library Bar. Aurelien Censier
08 Library Bar
Oasis urbano con aires de club
En el Hotel Plaza, cerca de la estación central de tren, se encuentra el Library Bar, que abrió sus puertas en 1914. Ha sido escogido recientemente como uno de los cinco mejores “oasis para gentlemen”
en el mundo, con sus estanterías de madera llenas de libros antiguos
encuadernados en piel (algunos de ellos primeras ediciones), sus sofás,
los paneles de madera y una iluminación muy hyggelig. El bar
ofrece música en vivo de vez en cuando, pero en una noche tranquila es
perfecto para una conversación relajada y profunda. Si estás de visita
para Navidad, verás un árbol de Navidad colgando boca abajo del techo.
Interior del restaurante Bankerat, en Copenhague.
09 Bankerat
Irreverente y artístico
Lo moderno también puede ser hygge. Es el caso de Bankerat,
un cautivador pub de Norreport, desenfadado y extravagante, decorado
con orinales irreverentes y animales disecados tan insólitos como un
carnero vestido de época. Todo es obra del artista local Phillip Jensen,
que también diseñó los orinales con forma de boca. La pregunta es:
¿esto es relmente arte? Un buen tema de discusión mientras se disfruta
de una Calsberg.
Terraza del restaurante Dyrehaven, en Copenhague.
10 Dyrehaven
Cuando lo obrero se hace hípster
Lo antiguo se pone de moda en este local tan hípster de Vesterbro. En su día, el Dyrehaven
era un bar de obreros que no destacaba precisamente por su atractivo. Sin embargo, con los años se ha convertido en el lugar favorito de los
jóvenes bohemios de este barrio. Se respira un aire cordial, la bebida
sale bien de precio y sirven platos sencillos: el más clásico es el
kartoffelmad, una tostada de patata con huevo, mayonesa y chalotes.
Interior del restaurante Manfreds og Vin, en Copenhague.
11 Manfreds og Vin
Lo eco también es 'hygge'
Este restaurante acogedor con platos y vinos excepcionales es un
bistró a la última que ofrece el ambiente más agradable. Mucha gente
toma un vino aquí al salir de la oficina. La procedencia de los
productos del día se indica en un mapa de Dinamarca y los camareros
derrochan pasión por su trabajo. En Manfreds
se apuesta por la sencillez y por los ingredientes ecológicos en platos
tan sensacionales como las espinacas salteadas con pan frito y huevo
escalfado o el brócoli crujiente con queso, cebolla y bulgur tostado.
Mesas en el restaurante Ol & Brod, en Copenhague.
12 Ol & Brod
Para comer de diseño
El diseño, la comida, la cerveza y la hospitalidad de siempre se
mezclan en este local con un toque moderno. Los muebles de estilo
modernista danés, la cristalería de Arne Jacobsen y una decoración con
tonos grises y verdes generan el ambiente perfecto para disfrutar
del smørrebrød contemporáneo. Ol & Brod
ofrece menús de cinco o siete platos –este último, con cerveza
artesanal incluida–- que aportan reinvenciones tan elegantes como la
pechuga ahumada de ganso con huevo pasado por agua, maíz hervido y
perifollo. Además, dicen que tienen la mayor colección de akvavit y snaps de Dinamarca.
Vinos en Ved Stranden, en Copenhague.
13 Ved Stranden 10
''Hygge' con un buen vino
Los enófilos más versados lo tienen claro a la hora de disfrutar del mejor vino: visitar el Ved Stranden 10,
donde ofrecen una buena selección de añejos europeos y vinos
biodinámicos. El local, con espacios agradables y un servicio muy
considerado, presume de un diseño modernista danés y de estar atendido
por el personal más experto. Tiene varias salas perfectas para charlar
tranquilamente mientras el vino se marida con queso y carne ahumada.
Rincón del Lidkoeb Cocktail Bar, en Copenhague.
14 Lidkoeb
La seducción de las velas
Llegar a Lidkoeb
es como jugar al escondite: hay que seguir los letreros hasta el segundo
patio, el de las luces. El premio por encontrarlo son sus fantásticos
cócteles. Las sillas de Borge Mogersen garantizan comodidad para brindar
por el talento y el buen gusto danés con bebidas nórdicas como el
Koldskal, un cóctel de vodka que le da un toque innovador al famoso
postre nacional, elaborado a base de suero de mantequilla. Además,
arriba ofrece más de 100 referencias de whisky.
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