Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
12 nov 2016
La melena de Melania............................................................. Boris Izaguirre
Con su acento y su porte podría desbancar a Kardashian.
Melania y Donald Trump el pasado 5 de noviembre en Wilmington (Carolina del Norte). AP
Mientras las actrices Loles León y Cayetana Guillén Cuervo cocinaban con humor el nuevo menú de MasterChef Celebrity para la audiencia de TVE,
yo masticaba el triunfo de Donald Trump delante de CNN, y de unos
comentaristas que trataban de tragar el desaguisado. Para evitar el
ardor de estómago preferí enfocarme en lo importante: Melania Trump. El resultado de las elecciones presidenciales en EE UU
vuelve a demostrar que ser mujer ayuda poco. Todo lo que se comenta
sobre Hillary Clinton, que no es empática, que entiende el gobierno como
nadie pero no cae bien, que le pesa aún su reacción ante el affaireMonica Lewinsky,
todo eso queda reducido a una cosa: no gusta que sea mujer. Millones de
estadounidenses lo dejaron claro con sus votos: la mujer que quieren
ver en la Casa Blanca es Melania . Esposa escultural, madre, diseñadora
de bisutería, poco habladora y siempre un paso detrás de su marido, otro
hombre más al frente de la Casa Blanca. Hillary no ganó pero Melania sí. Melania, exmodelo, compañera de Esther Cañadas,
no solo aporta un chorro de belleza a su marido. Es centroeuropea y eso
a Donald le importa muchísimo. A él le fascina lo que estaba detrás del
telón de acero. Su primera esposa, Ivana, era checa y exesquiadora
olímpica. Su nuevo mejor amigo es el exdirigente de la KGB, Vladímir Putin. Y, sobre todo, es blanca caucásica. Melania tiene algo más que el
entrenamiento en las pasarelas. Creció en el interior de una modesta
pero feliz vivienda socialista (afortunadamente su padre estaba afiliado
al partido comunista) y desde hace 15 años vive en el interior de un
tríplex en lo más alto de la Torre Trump. Con su acento y su porte podría desbancar a Kardashian en el favoritismo de Instagram y de las revistas de moda . Sumados a su actitud silenciosa y conocedora de ese lema de Jackie Kennedy: “La mínima información con el máximo de cortesía”. La cantante Carla Bruni. AFPMelania llamó la atención cuando plagió un discurso de Michelle Obama,
después de eso redujeron sus apariciones. Durante una entrevista en un
programa de telecompra, promocionando su línea de bisutería, dejó
escapar que la inspiración le llega copiando las joyas que le regala su
marido. Una idea muy democrática, casera y a la que su marido seguro que
recurrirá en futuros arreglos con el comercio internacional. Pero al
revelarnos su truco al diseñar, también nos dice mucho de cómo la ha
diseñado Trump para su ascenso a la Casa Blanca. No es que la señora
Trump sea una imitación pero sí una versión americana de Carla Bruni, la modelo italiana que, tras casarse con Nicolas Sarkozy,
pasó a ser la primera dama de Francia, un pelín más polémica y
cantautora pero bastante más pija. Mientras Carla reinaba más que las
reinas a las que anfitrionaba, Melania va a ser la primera anfitriona populista de la Casa Blanca, con un look que incorpora unas gotitas de Eva Sannum. Y un chorrito de la entrañable princesa Corinna, con esa piel, dientes y peluquería que solo pueden darte la proximidad de los Alpes o de una jefatura de Estado. Eslovenia,
donde creció Melania, es más grande que Asturias pero más pequeña que
Galicia y está medio encajada en los Alpes. Ser bella y de familia
humilde convierten a Melania en aspiracional. En lo más parecido a
glamour populista y de centro comercial caro que puedan soñar los
votantes. Glamour y poder se necesitan . Para no traicionar esa
aspiración, Melania avanza con cierta frialdad domótica, como de emoji chic,
pero es inevitable asumirla como primera dama al verla ir a votar con
un abrigo de Balmain color camel, el mismo color que el pelo de Donald. Un último guiño como esposa de multimillonario. El referente político de Melania es Ronald Reagan. Lo reconoce en Instagram. Reagan y Trump fueron a los ochenta lo mismo
que Mecano y Bosé. Durante la era Reagan, Trump despuntó como millonario
famoso. Pero no encontraba la mujer que superara ese punto barroco y
desafiante, entre el Gran Gatsby y Versace,
de su estilo. Hasta que llegó Melania y aquellos grandes aparatajes
capilares de Ivana fueron aplastados por el carísimo minimalismo de la
melena de Melania. Mientras Ivana se cubría de oro y hombreras, Melania
prefiere trajes columna y le chifla el color blanco. Un gusto exagerado
de vestidos blancos como blanco es el casoplón donde vivirá su sueño
dorado, el sueño americano.
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