El tono bíblico de un libro
Cuando estuvo en el ejército, a Yan Lianke lo destinaron a la
biblioteca.
Ahí descubrió la literatura extranjera. “Me atrajo una
novela popular americana que llevaba en la portada la imagen de una
atractiva actriz”. Era Lo que el viento se llevó.
Empezó a leer compulsivamente todo lo que pasaba por sus manos.
Los cuatro libros, que ha traducido del chino Taciana Fisac
—que colaboró además como intérprete de la entrevista—, tiene una
compleja estructura para abordar la historia desde perspectivas
distintas: El niño del Cielo, El antiguo cauce, Notas sobre los criminales y El nuevo mito de Sísifo.
“Hasta que me pongo a escribir pasa mucho tiempo”, dice Yan Lianke,
“voy rumiando mis novelas durante años hasta que encuentro la manera de
contarlas.
En este caso fue descubrir un cierto tono bíblico el que me
ayudó a concebirla”.
Los cuatro libros se publicó en Hong Kong y Taiwan; ningún editor tuvo el arrojo de publicar la novela en China.
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