La marca parisina expondrá sus archivos en un museo que se abrirá el año próximo.
Infografía del museo de Yves Saint Laurent en Marrakech
Yves Saint Laurentcontará a partir de 2017 con un nuevo museo en Marraquech,
la ciudad donde se compró una mansión hace medio siglo y a la que
acudió a menudo en busca de inspiración para sus colecciones.
El nuevo centro, cuya inauguración está prevista para octubre del año que viene, acogerá parte de los archivos de la firma fundada por el modisto parisino, compuesta por 5.000 vestidos y 15.000 accesorios de alta costura, además de numerosos esbozos y dibujos de sus colecciones.
El museo se sumará a la fundación que la marca ya tiene abierta junto a la exclusiva avenida Montaigne de París desde 2004, actualmente en obras por renovación.
Construido por la agencia K.O., el museo de Yves Saint Laurent en Marraquech será
un cubo de 4.000 metros cuadrados, 400 de los cuales estarán ocupados
por una exposición permanente.
El edificio se inspira en el mítico esmoquin femenino que diseñó el modisto: a partir de ladrillos satinados en terracota se intentará reproducir el ligero brillo del tejido desde su fachada.
El centro, con un coste provisional de 15 millones de euros, también contará con un espacio para exposiciones temporales, un auditorio de 130 plazas, una biblioteca que acogerá varios millares de obras sobre la moda, el diseño y la cultura bereber, según ha indicado el impulsor del proyecto, el empresario y filántropo Pierre Bergé, cofundador de la marca y excompañero sentimental del modisto.
“Cuando Yves Saint Laurent descubrió Marraquech en 1966, le supuso tal impacto que decidió comprar una casa de inmediato y acudir a la ciudad regularmente.
Así pues, resulta totalmente natural que, cincuenta años después, se construya allí un museo dedicado a su obra, que tanto debe a ese país”, ha expresado Bergé.
El empresario asegura que, gracias a Marruecos, el diseñador “descubrió el color”. Saint Laurent nació en la Argelia francesa en 1936 y falleció en París en 2008, seis años después de su retirada del mundo de la moda.
La maison parisina no es la única con un museo a su nombre.
El nuevo centro, cuya inauguración está prevista para octubre del año que viene, acogerá parte de los archivos de la firma fundada por el modisto parisino, compuesta por 5.000 vestidos y 15.000 accesorios de alta costura, además de numerosos esbozos y dibujos de sus colecciones.
El museo se sumará a la fundación que la marca ya tiene abierta junto a la exclusiva avenida Montaigne de París desde 2004, actualmente en obras por renovación.
El edificio se inspira en el mítico esmoquin femenino que diseñó el modisto: a partir de ladrillos satinados en terracota se intentará reproducir el ligero brillo del tejido desde su fachada.
El centro, con un coste provisional de 15 millones de euros, también contará con un espacio para exposiciones temporales, un auditorio de 130 plazas, una biblioteca que acogerá varios millares de obras sobre la moda, el diseño y la cultura bereber, según ha indicado el impulsor del proyecto, el empresario y filántropo Pierre Bergé, cofundador de la marca y excompañero sentimental del modisto.
“Cuando Yves Saint Laurent descubrió Marraquech en 1966, le supuso tal impacto que decidió comprar una casa de inmediato y acudir a la ciudad regularmente.
Así pues, resulta totalmente natural que, cincuenta años después, se construya allí un museo dedicado a su obra, que tanto debe a ese país”, ha expresado Bergé.
El empresario asegura que, gracias a Marruecos, el diseñador “descubrió el color”. Saint Laurent nació en la Argelia francesa en 1936 y falleció en París en 2008, seis años después de su retirada del mundo de la moda.
La maison parisina no es la única con un museo a su nombre.
La iniciativa, cada vez más común, permite realzar el patrimonio de una
marca y exhibir pedigrí en un sector donde abunda la competencia.
Marcas
como Dior, Pierre Cardin, Gucci, Ferragamo o Valentino
cuentan con espacios propios pensados para descubrir la historia de
cada firma y exhibir las joyas de sus archivos.
Mientras tanto, Louis Vuitton y Prada
han apostado por abrir centros de arte contemporáneo que llevan su
nombre, pero donde no exponen ninguna creación de la marca.
La primera,
en un reciente y espectacular edificio de Frank Gehry al oeste de París
.
La segunda, en dos selectos centros de arte en Milán y Venecia.
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