Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

9 sept 2016

libros de esta semana

'El universo en la palma de tu mano', 'La desfachatez intelectual' o los 'Muertos de la estepa', las críticas de Babelia.


  • "Llévate a la playa una caja de cartón, de esas grandes que sueles usar para las mudanzas, y llénala de arena fina. Recluta mediante un crowfunding a otros 300 voluntarios para que hagan lo mismo. Subid todos a lo alto de la estatua del almirante Nelson de la plaza de Trafalgar, en el mismo centro neurálgico de Londres. Y luego arrojad la arena sobre el asfalto y los adoquines intentando que cubra toda la plaza. Estaréis viendo una metáfora apta de la Vía Láctea, la galaxia que nos vio nacer y nos verá morir, donde cada grano de arena representa una estrella, probablemente con planetas que orbitan a su alrededor, de los que tal vez alguno, o quizá millones de ellos, albergue vida, quién sabe si vida inteligente. Con este tipo de imágenes, metáforas y conceptos profundos ha construido su libro Cristophe Galfard". Por JAVIER SAMPEDRO
    Un viaje al entendimiento "Llévate a la playa una caja de cartón, de esas grandes que sueles usar para las mudanzas, y llénala de arena fina.
     Recluta mediante un crowfunding a otros 300 voluntarios para que hagan lo mismo. Subid todos a lo alto de la estatua del almirante Nelson de la plaza de Trafalgar, en el mismo centro neurálgico de Londres.
     Y luego arrojad la arena sobre el asfalto y los adoquines intentando que cubra toda la plaza. Estaréis viendo una metáfora apta de la Vía Láctea, la galaxia que nos vio nacer y nos verá morir, donde cada grano de arena representa una estrella, probablemente con planetas que orbitan a su alrededor, de los que tal vez alguno, o quizá millones de ellos, albergue vida, quién sabe si vida inteligente.
     Con este tipo de imágenes, metáforas y conceptos profundos ha construido su libro Cristophe Galfard". Por JAVIER SAMPEDRO Ir a noticia
     

    • "Hay buenas razones para leer Yeruldelgger, muertos en la estepa, y la primera es que no estamos hablando de bajos fondos en Los Ángeles, de las praderías de ­Devon­shire, de desiertos mexicanos ni de barrios suecos zarandeados por la prostitución o el espionaje, sino de Mongolia. El universo creado por Ian Manook con gran verosimilitud transcurre entre yurtas y caminos poblados por nómadas incansables fieles a muy pocas cosas, pero cosas importantes: y cuidar para siempre el alma de una niña muerta es una de ellas". Por BERNA GONZÁLEZ HARBOUR
      Buenas noticias desde el subsuelo "Hay buenas razones para leer Yeruldelgger, muertos en la estepa, y la primera es que no estamos hablando de bajos fondos en Los Ángeles, de las praderías de ­Devon­shire, de desiertos mexicanos ni de barrios suecos zarandeados por la prostitución o el espionaje, sino de Mongolia.
       El universo creado por Ian Manook con gran verosimilitud transcurre entre yurtas y caminos poblados por nómadas incansables fieles a muy pocas cosas, pero cosas importantes: y cuidar para siempre el alma de una niña muerta es una de ellas". Por BERNA GONZÁLEZ HARBOUR Ir a noticia
       

      • "Hace unos meses Esperanza Aguirre sentenció que al PP le había fallado “el relato”. A su vez, Íñigo Errejón pedía a los novelistas ficciones que acompañaran el cambio político. Ambas invocaciones hacen oportuno El hilo perdido, nuevo ensayo de Jacques Rancière (Argel, 1940), filósofo muy citado en las asambleas del 15-M. Digamos que ficción no es “fantasía”, sino algo parecido a una gramática de los hechos: “La acción política que nombra sujetos, identifica situaciones, enlaza acontecimientos e imposibilidades utiliza la ficción como los novelistas o los cineastas”, escribe Rancière. Por ello El hilo perdido analiza, con el foco puesto en la nueva política, a cierta avanzadilla del movimiento moderno: Büchner, Flaubert, Woolf, Conrad y los poetas Keats y Baudelaire. En ellos se evidencia la democratización del “reparto de lo sensible”, una emancipación del vivir desjerarquizado. Escriben contra la tiranía de la Poética de Aristóteles porque sus reglas “sostienen los principios que reclaman como propios la acción política realista, las ciencias sociales o la comunicación mediática”. Es decir, huyen de la trama, del relato orgánico que subordina las partes a un centro y, sobre todo, del concepto de verosimilitud: según Aristóteles ha de preferirse lo posible a lo real, pero “el escritor verídico sólo trata (…) las cosas como son y nunca como deberían ser”, escribe Rancière a propósito de Conrad". Por CARLOS PARDO
        La política y las bellas artes "Hace unos meses Esperanza Aguirre sentenció que al PP le había fallado “el relato”.
         A su vez, Íñigo Errejón pedía a los novelistas ficciones que acompañaran el cambio político.
         Ambas invocaciones hacen oportuno El hilo perdido, nuevo ensayo de Jacques Rancière (Argel, 1940), filósofo muy citado en las asambleas del 15-M. Digamos que ficción no es “fantasía”, sino algo parecido a una gramática de los hechos: “La acción política que nombra sujetos, identifica situaciones, enlaza acontecimientos e imposibilidades utiliza la ficción como los novelistas o los cineastas”, escribe Rancière. Por ello El hilo perdido analiza, con el foco puesto en la nueva política, a cierta avanzadilla del movimiento moderno: Büchner, Flaubert, Woolf, Conrad y los poetas Keats y Baudelaire.
         En ellos se evidencia la democratización del “reparto de lo sensible”, una emancipación del vivir desjerarquizado.
         Escriben contra la tiranía de la Poética de Aristóteles porque sus reglas “sostienen los principios que reclaman como propios la acción política realista, las ciencias sociales o la comunicación mediática”. Es decir, huyen de la trama, del relato orgánico que subordina las partes a un centro y, sobre todo, del concepto de verosimilitud: según Aristóteles ha de preferirse lo posible a lo real, pero “el escritor verídico sólo trata (…) las cosas como son y nunca como deberían ser”, escribe Rancière a propósito de Conrad". Por CARLOS PARDO  
         
         
       

      • "La peripecia biográfica y literaria de José María Fonollosa (Barcelona, 1922-1991) es hoy conocida, pero cuando en 1990 apareció Ciudad del hombre: Nueva York, con prólogo de Pere Gimferrer, muchos se preguntaron quién era ese poeta desconocido, y otros creyeron que se trataba de una farsa, del heterónimo de alguna figura poética famosa. Sin embargo, ese escritor ignorado y secreto, alejado de modas y círculos literarios, no sólo existía sino que fue, tras la publicación póstuma en 1996 de otra antología de su obra, Ciudad del hombre: Barcelona, el poeta que en los noventa tuvo más reediciones, proclamando su importancia y singularidad en la historia de la poesía, aunque su perseguida gloria literaria tuviera una escasa existencia: desde la presentación en mayo de 1990 de su primera recopilación poética, hasta su muerte, en octubre de 1991, habían pasado un año y pocos meses". Por ANTONIO ORTEGA
        El poeta de la ciudad "La peripecia biográfica y literaria de José María Fonollosa (Barcelona, 1922-1991) es hoy conocida, pero cuando en 1990 apareció Ciudad del hombre: Nueva York, con prólogo de Pere Gimferrer, muchos se preguntaron quién era ese poeta desconocido, y otros creyeron que se trataba de una farsa, del heterónimo de alguna figura poética famosa. Sin embargo, ese escritor ignorado y secreto, alejado de modas y círculos literarios, no sólo existía sino que fue, tras la publicación póstuma en 1996 de otra antología de su obra, Ciudad del hombre: Barcelona, el poeta que en los noventa tuvo más reediciones, proclamando su importancia y singularidad en la historia de la poesía, aunque su perseguida gloria literaria tuviera una escasa existencia: desde la presentación en mayo de 1990 de su primera recopilación poética, hasta su muerte, en octubre de 1991, habían pasado un año y pocos meses". Por ANTONIO ORTEGA
     

 


  • "En 1996, Fuegos con limón, la primera novela de Aramburu, nos deslumbró a bastantes lectores. Era un relato extenso, sin prejuicios ni pudores, aparentemente salvaje, pero que hablaba de la fe de unos muchachos en la virtud salvadora de la literatura. Y, en su fondo, dejaba ver los perfiles de esa piedra cruel y berroqueña que la hipocresía nos hace llamar “el conflicto vasco”, “el conflicto” para sus íntimos. Veinte años después, Aramburu es algo más que un escritor de culto, y aquel pedrusco infame, ya algo cuarteado por fortuna, ha ocupado el primer plano de unos conmovedores relatos, Los peces de la amargura (2006), y de una breve e intensa novela, Años lentos (2012), cuyas estrategias narrativas —la mezcla de distancia e implicación, de autoflagelación y lucidez— nos hicieron pensar en las novelas africanas de J. M. Coetzee". Por JOSÉ-CARLOS MAINER
    Patria voraz "En 1996, Fuegos con limón, la primera novela de Aramburu, nos deslumbró a bastantes lectores. Era un relato extenso, sin prejuicios ni pudores, aparentemente salvaje, pero que hablaba de la fe de unos muchachos en la virtud salvadora de la literatura.
     Y, en su fondo, dejaba ver los perfiles de esa piedra cruel y berroqueña que la hipocresía nos hace llamar “el conflicto vasco”, “el conflicto” para sus íntimos. Veinte años después, Aramburu es algo más que un escritor de culto, y aquel pedrusco infame, ya algo cuarteado por fortuna, ha ocupado el primer plano de unos conmovedores relatos, Los peces de la amargura (2006), y de una breve e intensa novela, Años lentos (2012), cuyas estrategias narrativas —la mezcla de distancia e implicación, de autoflagelación y lucidez— nos hicieron pensar en las novelas africanas de J. M. Coetzee". Por JOSÉ-CARLOS MAINER

    • "Regresa Calasso con El ardor (2010), su última obra traducida al español —Adelphi ha publicado este año otra hermosa enciclopedia, Il cacciatore celeste—, y a la que tal vez convenga darle acomodo, a pesar de su palmaria filiación con la materia védica, no entre la bibliografía que contribuye a la arqueología del saber antiguo, que el autor florentino domina sin parangón, sino entre la que despliega argumentos que iluminan nuestra sociedad occidental y que proporcionan códigos para la resolución de sus enigmas y fundamentos que contribuyen a explicar el atascadero que la coerce, y las causas de que presente síntomas de agotamiento y de debilidad. Reflejándolo en el espejo ajeno de la sabiduría de la antigua India, trata de arrojar luz sobre nuestro propio rostro, desen­cajado por su conciencia de desvalimiento, desfigurado por el daño que le inflige contemplar el erial visible entre el laicismo cándido e inerme y el fundamentalismo conminatorio y por la paradoja de que “el mundo sea hoy una totalidad secular cuajada de religiones fundamentalistas”. Por JAVIER APARICIO MAYDEU
      Occidente ante el espejo de India "Regresa Calasso con El ardor (2010), su última obra traducida al español —Adelphi ha publicado este año otra hermosa enciclopedia, Il cacciatore celeste—, y a la que tal vez convenga darle acomodo, a pesar de su palmaria filiación con la materia védica, no entre la bibliografía que contribuye a la arqueología del saber antiguo, que el autor florentino domina sin parangón, sino entre la que despliega argumentos que iluminan nuestra sociedad occidental y que proporcionan códigos para la resolución de sus enigmas y fundamentos que contribuyen a explicar el atascadero que la coerce, y las causas de que presente síntomas de agotamiento y de debilidad
      . Reflejándolo en el espejo ajeno de la sabiduría de la antigua India, trata de arrojar luz sobre nuestro propio rostro, desen­cajado por su conciencia de desvalimiento, desfigurado por el daño que le inflige contemplar el erial visible entre el laicismo cándido e inerme y el fundamentalismo conminatorio y por la paradoja de que “el mundo sea hoy una totalidad secular cuajada de religiones fundamentalistas”. Por JAVIER APARICIO MAYDEU

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