La desaparición de Diana Quer ha vuelto a poner el foco en los centenares de personas a las se les pierde la pista cada año.
Los datos y estadísticas corrían cargo de asociaciones de familiares y de los cómputos que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado hacían por separado.
Las cifras bailaban
. Con la firma de ese convenio se abordaba de una vez por todas, de manera coordinada y con el apadrinamiento de Paco Lobatón (presidente de Fundación Europea por las Personas Desaparecidas QSD Global), el terrorífico y angustioso asunto de las desapariciones.
Con los datos recogidos hasta entonces, se estimaba que se acumulaban un centenar de nuevos casos sin resolver cada año.
Y que eran entre 10.000 y 14.000 las denuncias presentadas anualmente.
Los últimos datos del Ministerio del Interior hablan de que solo en 2015 se produjeron 24.995 denuncias por desapariciones (14.473 en lo que va de 2016), de las que se resolvieron "al menos 24.088, aunque muchas veces se olvidan de retirar la denuncia, aunque haya aparecido la persona en cuestión", advierten los expertos en la materia.
Hasta el pasado 2 de septiembre había 1.270 búsquedas activas en España, entre las que se encuentra la de la joven madrileña Diana Quer, de la que se perdió el rastro la madrugada del pasado 22 de agosto.
Pero no es la única desaparición inquietante en los últimos meses.
Ni rastro hasta hoy, aunque su foto (1,97 centímetros de estatura, moreno, de ojos oscuros y gafas) no haya inundado los medios de comunicación.
Sus familiares, no obstante, tan desesperados e inquietos como los Quer, reclamaban la misma atención estos días.
"Pagamos nuestros impuestos y tenemos el mismo derecho a que el Estado ponga también todos los medios a su alcance", se quejaban.
Manuela, en trámites de separación y con dos hijos de 14 y 6 años que se encontraban y se encuentran con el padre en Las Pajanosas (Sevilla), pasó la noche del 4 de julio con una amiga, la última persona que la vio.
Luego, supuestamente y al igual que en el caso de Diana Quer, regresó a su casa en las afueras del pueblo y ahí se pierde su rastro. Sobre su cama hallaron los pantalones que llevaba puestos el día anterior;
encontraron las luces del salón y de la cocina encendidas, al igual que la televisión; y su cartera y su teléfono móvil estaban allí, con un último contacto a las 1.55 del 5 de julio.
El caso fue asumido por la Policía Judicial de Badajoz, después de haber estado en manos de la Guardia Civil de Zafra, cuyo Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 2 se hizo cargo de las diligencias previas y decretó el secreto de sumario.
Desde ese mismo día, 4 de julio, la Guardia Civil de Tres Cantos (Madrid) busca a un hombre de 39 años
. Se llama David Gómez y fue visto por última vez hacia las cuatro de la tarde en un bar del centro comercial La Rotonda, donde se tomó una Coca-Cola con una amiga.
Mide 1,75 metros y es de complexión fuerte, según los datos facilitados por el Instituto Armado.
Según la Asociación SOS Desaparecidos, el hombre se encontraba en Tres Cantos por motivos de trabajo, pero reside en el municipio próximo de Colmenar Viejo.
La Guardia Civil ha llamado a la colaboración ciudadana para difundir sus datos a través de Twitter (con foto incluida) y ha pedido a los vecinos que llamen a los teléfonos 062 o 112 si tienen alguna pista que pueda aportar información sobre su paradero.
La de Carmen es la segunda desaparición que se produce en la provincia en un plazo de 36 horas, pues en Gallegos del Campo continúan también buscando a Miguel Fernández, de 78 años, que no volvió a casa desde que el pasado viernes por la mañana saliera a pasear, como todos los días.
Por último, en el municipio de Robleda siguen buscando desde hace más de un mes a Felisa Ferrero, de 91 años. Sus familiares saben que "no puede andar muy lejos", pero los forestales de la zona no han dado aún con ella.
"No existe ninguna relación entre los tres casos, aunque se hayan producido en la misma comarca en un corto espacio de tiempo", aseguran desde la comandancia de la Guardia Civil de Zamora. "Este tipo de desapariciones son habituales en verano, y no es fácil resolverlas por lo agreste y boscoso de la zona que obliga a usar perros y a batir el monte de manera sistemática", explican.
Su cuerpo fue hallado por un grupo de cazadores a cuatro kilómetros de la residencia en la que estaba interna, cerca del río Fiacaliño
Los casos, más o menos inquietantes, se suceden mes a mes.
Sin embargo, no todos generan el revuelo mediático que ha provocado el caso de Diana Quer. "Los casos de adolescentes o jovencitas desaparecidas tienen un morbo añadido que llama la atención de los medios", comentan desde las asociaciones.
Y aseguran haber recibido quejas de familiares de otros desaparecidos por la atención y los medios dedicados al caso de Diana Quer concretamente.
"Quién es su padre, y quiénes son las amistades de este", se preguntan retóricamente.
Y señalan que "los medios empleados en la búsqueda y la repercusión mediática que ha alcanzado la desaparición de la hija del empresario inmobiliario Juan Carlos Quer se deben, al menos en parte, a los buenos contactos en el actual Gobierno en funciones".
Según el registro de la Fundación Europea por las Personas Desaparecidas QSD Global, en este momento hay 84 desapariciones de alto riesgo, es decir, riesgo para la vida o la integridad física.
Sin unidades especializadas
P. O. D.
Una de las grandes demandas de familiares y asociaciones de
desaparecidos es la creación de "unidades especializadas" dotadas con
medios materiales y humanos especializados. El propio Paco Lobatón, como presidente de la Fundación Europea de las Personas Desaparecidas QSD Global, lo está planteando en las reuniones que mantiene estos días con los distintos ministerios implicados en el convenio para la atención a de personas y familiares de desaparecidos.
"Actualmente, no existen más medios que los ya habilitados para otras muchas competencias, como homicidios, pero el volumen de desapariciones anuales hace necesario un tratamiento específico y especializado", asegura.
Y pone un ejemplo: "Existe un sistema contrastado de Búsqueda de Grandes Áreas (BGA) pensado para batir grandes extensiones de terreno usando un método y un protocolo de rastreo que ya ha dado buenos resultados", argumenta.
Desde su perspectiva, que coincide con la de los afectados, "urge crear esas unidades específicas, dotadas con unidades caninas y drones, por ejemplo, aparte de personal experimentado, de Policía y Guardia Civil, para abordar este tipo de situaciones".
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