Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
26 jul 2016
libros que tu hijo adolescente debe leer (aunque tú desearías que no)................................. Elena Horrillo
Hay que
asumirlo: nuestro hijo se acerca a la edad adulta. Aunque nos pese,
estas lecturas le enfrentarán a dilemas que le ayudarán a formarse.
Robert Downey Jr.
(recién estrenada su mayoría de edad) y Andrew McCarthy, en la
adaptación cinematográfica de la novela de Bret Easton Ellis 'Menos que
cero'. Se llamó 'Golpe al sueño americano' y se estrenó en 1987.
Es posible que la pesadilla de unos padres cualquiera venga representada por la visión de su hija adolescente leyendo el controvertido Lolita, de Nabokov.
O quizás se parezca más a ese instante, eterno y torturador, que
acompaña la petición de tu vástago, aún menor de edad, de hacerse con un
ejemplar del transgresor Mujeres, de Bukowski.
Robert Downey Jr.
(recién estrenada su mayoría de edad) y Andrew McCarthy, en la
adaptación cinematográfica de la novela de Bret Easton Ellis 'Menos que
cero'. Se llamó 'Golpe al sueño americano' y se estrenó en 1987.
Es posible que la pesadilla de unos padres cualquiera venga representada por la visión de su hija adolescente leyendo el controvertido Lolita, de Nabokov.
O quizás se parezca más a ese instante, eterno y torturador, que
acompaña la petición de tu vástago, aún menor de edad, de hacerse con un
ejemplar del transgresor Mujeres, de Bukowski.
Lo que sigue, seguramente, sea una mirada martirizada al calendario,
preguntándose en qué momento esa sangre de tu sangre aparcó los libros
en los que había más viñetas que palabras y, después, una pequeña
punzada de alegría porque pertenece a esa comunidad de jóvenes que se
interesan por la lectura
. En ese punto es en el que surge el dilema: ¿a
qué edad se debe leer a Kerouac?
Estaría bien que padres e hijos hablaran antes sobre temas como el
sexo, las drogas o las complejas relaciones humanas, porque este tipo de
libros deben ser asumidos como parte de la ficción, no como ejemplos a
seguir en algunos casos
La mala noticia es que no hay respuestas absolutas.
“La cuestión no
es tanto la edad sino el grado de madurez”, asegura Marisol Salazar
Ego-Aguirre, jefa del departamento de Lengua y Literatura del Colegio
Lourdes (FUHEM) de Madrid
. Hay que tener en cuenta el bagaje lector y el
desarrollo del menor
. Hay libros que pueden leerse con 16 años, pero
que se disfrutan y aprecian mucho más cuando se es un poco más adulto.
Hay otros que habría que leer y releer.
Otra cuestión a tener en
cuenta es la confianza que exista en casa.
“Estaría bien que padres e
hijos hablaran antes sobre temas como el sexo, las drogas o las
complejas relaciones humanas, porque este tipo de libros deben ser
asumidos como parte de la ficción, no como ejemplos a seguir en algunos
casos”, reflexiona Jesús Casals, director de contenidos de la librería
La Central de Callao, Madrid.
Y lo mejor de todo es que,
si ya vas advertido, no te costará una serie de microinfartos cada vez
que lo veas sumergido en sus páginas. 1. Menos que cero, de Easton Ellis. Sí, Easton Ellis es también el escritor del desasosegante American Psycho
.
Y sí, es un representante de la llamada Generación X
. Y también
“describe la sociedad rica estadounidense y su decadencia moral, trufado
con drogas, alcohol y perversiones sexuales”, explica la especialista
Marisol Salazar
. Nada de eso es tranquilizador pero, seamos sinceros,
pocas de estas cosas van a impresionar a un adolescente del siglo XXI
con acceso a Snapchat e Instagram.
Es posible que les aporte un punto
diferente para observar esos excesos.
Robert Downey Jr.
(recién estrenada su mayoría de edad) y Andrew McCarthy, en la
adaptación cinematográfica de la novela de Bret Easton Ellis 'Menos que
cero'. Se llamó 'Golpe al sueño americano' y se estrenó en 1987.
Es posible que la pesadilla de unos padres cualquiera venga representada por la visión de su hija adolescente leyendo el controvertido Lolita, de Nabokov.
O quizás se parezca más a ese instante, eterno y torturador, que
acompaña la petición de tu vástago, aún menor de edad, de hacerse con un
ejemplar del transgresor Mujeres, de Bukowski.
Lo que sigue, seguramente, sea una mirada martirizada al calendario,
preguntándose en qué momento esa sangre de tu sangre aparcó los libros
en los que había más viñetas que palabras y, después, una pequeña
punzada de alegría porque pertenece a esa comunidad de jóvenes que se
interesan por la lectura. En ese punto es en el que surge el dilema: ¿a
qué edad se debe leer a Kerouac?
Estaría bien que padres e hijos hablaran antes sobre temas como el
sexo, las drogas o las complejas relaciones humanas, porque este tipo de
libros deben ser asumidos como parte de la ficción, no como ejemplos a
seguir en algunos casos
La mala noticia es que no hay respuestas absolutas. “La cuestión no
es tanto la edad sino el grado de madurez”, asegura Marisol Salazar
Ego-Aguirre, jefa del departamento de Lengua y Literatura del Colegio
Lourdes (FUHEM) de Madrid. Hay que tener en cuenta el bagaje lector y el
desarrollo del menor. Hay libros que pueden leerse con 16 años, pero
que se disfrutan y aprecian mucho más cuando se es un poco más adulto.
Hay otros que habría que leer y releer. Otra cuestión a tener en
cuenta es la confianza que exista en casa. “Estaría bien que padres e
hijos hablaran antes sobre temas como el sexo, las drogas o las
complejas relaciones humanas, porque este tipo de libros deben ser
asumidos como parte de la ficción, no como ejemplos a seguir en algunos
casos”, reflexiona Jesús Casals, director de contenidos de la librería
La Central de Callao, Madrid.
Hemos preguntado a padres, profesores, críticos y vendedores y hemos
recopilado 15 libros que servirán a tus hijos para dar el salto a la
edad adulta, literariamente hablando, que puedes recomendarle o
regalarle (siempre que parezca un accidente). Y lo mejor de todo es que,
si ya vas advertido, no te costará una serie de microinfartos cada vez
que lo veas sumergido en sus páginas. 1. Menos que cero, de Easton Ellis. Sí, Easton Ellis es también el escritor del desasosegante American Psycho.
Y sí, es un representante de la llamada Generación X. Y también
“describe la sociedad rica estadounidense y su decadencia moral, trufado
con drogas, alcohol y perversiones sexuales”, explica la especialista
Marisol Salazar. Nada de eso es tranquilizador pero, seamos sinceros,
pocas de estas cosas van a impresionar a un adolescente del siglo XXI
con acceso a Snapchat e Instagram. Es posible que les aporte un punto
diferente para observar esos excesos.
2. El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde.
No, no tiene absolutamente nada que ver con las archiconocidas sombras
de Christian Grey -nótese la vocal diferenciadora-.
El libro de E.L.
James solo debería caer en las manos de tu descendencia como un
magnífico ejemplo del rumbo de control y poder que jamás debe alcanzar
una relación.
Y no, no nos referimos al sexo
. Si quieres aportar algo
mucho más beneficioso a tus hijos y, en palabras de Casals, quieres que
empiecen “a comprender que no se va a ser joven toda la vida”, pon en
sus manos este clásico de Wilde. 3. El país de las últimas cosas, de Paul Auster.
“La descripción de un futuro oscuro, un mundo que desaparece, nos
invita a reflexionar sobre nuestras acciones y nos presenta un terrible
porvenir”, explica Mercedes Hernández, responsable del departamento de
Libros de Fnac España.
Jugando con la distopía, el autor estadounidense Paul Auster, premio Príncipe de Asturias,
nos conduce al lugar que alumbra la pesadilla de la sociedad de
consumo; sin valores, ni sentimientos y en una constante búsqueda de la
muerte.
Robert Downey Jr.
(recién estrenada su mayoría de edad) y Andrew McCarthy, en la
adaptación cinematográfica de la novela de Bret Easton Ellis 'Menos que
cero'. Se llamó 'Golpe al sueño americano' y se estrenó en 1987.
Es posible que la pesadilla de unos padres cualquiera venga representada por la visión de su hija adolescente leyendo el controvertido Lolita, de Nabokov.
O quizás se parezca más a ese instante, eterno y torturador, que
acompaña la petición de tu vástago, aún menor de edad, de hacerse con un
ejemplar del transgresor Mujeres, de Bukowski.
Lo que sigue, seguramente, sea una mirada martirizada al calendario,
preguntándose en qué momento esa sangre de tu sangre aparcó los libros
en los que había más viñetas que palabras y, después, una pequeña
punzada de alegría porque pertenece a esa comunidad de jóvenes que se
interesan por la lectura. En ese punto es en el que surge el dilema: ¿a
qué edad se debe leer a Kerouac?
Estaría bien que padres e hijos hablaran antes sobre temas como el
sexo, las drogas o las complejas relaciones humanas, porque este tipo de
libros deben ser asumidos como parte de la ficción, no como ejemplos a
seguir en algunos casos
La mala noticia es que no hay respuestas absolutas. “La cuestión no
es tanto la edad sino el grado de madurez”, asegura Marisol Salazar
Ego-Aguirre, jefa del departamento de Lengua y Literatura del Colegio
Lourdes (FUHEM) de Madrid. Hay que tener en cuenta el bagaje lector y el
desarrollo del menor. Hay libros que pueden leerse con 16 años, pero
que se disfrutan y aprecian mucho más cuando se es un poco más adulto.
Hay otros que habría que leer y releer. Otra cuestión a tener en
cuenta es la confianza que exista en casa. “Estaría bien que padres e
hijos hablaran antes sobre temas como el sexo, las drogas o las
complejas relaciones humanas, porque este tipo de libros deben ser
asumidos como parte de la ficción, no como ejemplos a seguir en algunos
casos”, reflexiona Jesús Casals, director de contenidos de la librería
La Central de Callao, Madrid.
Hemos preguntado a padres, profesores, críticos y vendedores y hemos
recopilado 15 libros que servirán a tus hijos para dar el salto a la
edad adulta, literariamente hablando, que puedes recomendarle o
regalarle (siempre que parezca un accidente). Y lo mejor de todo es que,
si ya vas advertido, no te costará una serie de microinfartos cada vez
que lo veas sumergido en sus páginas. 1. Menos que cero, de Easton Ellis. Sí, Easton Ellis es también el escritor del desasosegante American Psycho.
Y sí, es un representante de la llamada Generación X. Y también
“describe la sociedad rica estadounidense y su decadencia moral, trufado
con drogas, alcohol y perversiones sexuales”, explica la especialista
Marisol Salazar. Nada de eso es tranquilizador pero, seamos sinceros,
pocas de estas cosas van a impresionar a un adolescente del siglo XXI
con acceso a Snapchat e Instagram. Es posible que les aporte un punto
diferente para observar esos excesos.
2. El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde.
No, no tiene absolutamente nada que ver con las archiconocidas sombras
de Christian Grey -nótese la vocal diferenciadora-.
El libro de E.L.
James solo debería caer en las manos de tu descendencia como un
magnífico ejemplo del rumbo de control y poder que jamás debe alcanzar
una relación.
Y no, no nos referimos al sexo
. Si quieres aportar algo
mucho más beneficioso a tus hijos y, en palabras de Casals, quieres que
empiecen “a comprender que no se va a ser joven toda la vida”, pon en
sus manos este clásico de Wilde. 3. El país de las últimas cosas, de Paul Auster.
“La descripción de un futuro oscuro, un mundo que desaparece, nos
invita a reflexionar sobre nuestras acciones y nos presenta un terrible
porvenir”, explica Mercedes Hernández, responsable del departamento de
Libros de Fnac España
. Jugando con la distopía, el autor estadounidense Paul Auster, premio Príncipe de Asturias,
nos conduce al lugar que alumbra la pesadilla de la sociedad de
consumo; sin valores, ni sentimientos y en una constante búsqueda de la
muerte.
4. El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger. En sus páginas aparecen temas como el alcohol, el sexo o la prostitución.
La circunstancia de que el asesino de John Lennon, Mark Chapman, llevara un ejemplar cuando ejecutó al beatle
encumbró esta novela, para bien y para mal, prohibiéndose en algunas
escuelas y haciéndose obligatoria en otras.
Para Casals, la historia
-narrada en primera persona- del joven Holden Caulfield es “toda una
novela de iniciación a la vida adulta”.
El libro se mueve tanto en el
límite como su protagonista, que debe decidir si crecer o no. Todo un
dilema. 5. Tokio Blues (Norwegian wood), de Haruki Murakami.
El eterno aspirante a Nobel de Literatura hilvana un triángulo amoroso
-o varios- engarzando muerte, cultura, sexo e inseguridades
adolescentes.
Es una novela intimista, llena de carga emocional y a
veces tortuosa. ¿Por qué leerla?
“Para entender que uno no es el único
joven torturado en este mundo”, asegura Jesús Casals, director de contenidos de la librería La Central.
6. Crezco, de Ben Brooks. “Una manera
gamberra contemporánea de dar el salto”.
Así define Casals este libro
editado en 2011 por un Ben Brooks que, en el momento de su publicación,
contaba con 19 años y aseguraba que el texto -el quinto de su carrera-
lo había terminado tres años antes
. La historia se centra en Jasper, un
joven inglés y su nihilista recorrido hacia la edad adulta. Todo tintado
con un humor fresco y sin pretensiones forzadas.
Su protagonista ha
sido denominado ya como un Holden Caulfield (protagonista de El guardián entre el centeno) en los tiempos de Facebook y del ciberacoso. 7. El extranjero, de Albert Camus. Un
síntoma común de la adolescencia es sentirse fuera de sitio e intentar
buscar un lugar en el que encajar.
Para Meursault, el protagonista de
Camus, la realidad es extraña, absurda e inabarcable. Se encuentra
privado de un sentimiento de pertenencia y la apatía le desborda
. Por
ese punto trágico y “por encarnar la idea de la persona que se siente
ajena a todo” lo recomienda Jorge de Cominges, escritor y crítico de
libros.
Robert Downey Jr.
(recién estrenada su mayoría de edad) y Andrew McCarthy, en la
adaptación cinematográfica de la novela de Bret Easton Ellis 'Menos que
cero'. Se llamó 'Golpe al sueño americano' y se estrenó en 1987.
Es posible que la pesadilla de unos padres cualquiera venga representada por la visión de su hija adolescente leyendo el controvertido Lolita, de Nabokov.
O quizás se parezca más a ese instante, eterno y torturador, que
acompaña la petición de tu vástago, aún menor de edad, de hacerse con un
ejemplar del transgresor Mujeres, de Bukowski.
Lo que sigue, seguramente, sea una mirada martirizada al calendario,
preguntándose en qué momento esa sangre de tu sangre aparcó los libros
en los que había más viñetas que palabras y, después, una pequeña
punzada de alegría porque pertenece a esa comunidad de jóvenes que se
interesan por la lectura. En ese punto es en el que surge el dilema: ¿a
qué edad se debe leer a Kerouac?
Estaría bien que padres e hijos hablaran antes sobre temas como el
sexo, las drogas o las complejas relaciones humanas, porque este tipo de
libros deben ser asumidos como parte de la ficción, no como ejemplos a
seguir en algunos casos
La mala noticia es que no hay respuestas absolutas. “La cuestión no
es tanto la edad sino el grado de madurez”, asegura Marisol Salazar
Ego-Aguirre, jefa del departamento de Lengua y Literatura del Colegio
Lourdes (FUHEM) de Madrid. Hay que tener en cuenta el bagaje lector y el
desarrollo del menor. Hay libros que pueden leerse con 16 años, pero
que se disfrutan y aprecian mucho más cuando se es un poco más adulto.
Hay otros que habría que leer y releer
. Otra cuestión a tener en
cuenta es la confianza que exista en casa
. “Estaría bien que padres e
hijos hablaran antes sobre temas como el sexo, las drogas o las
complejas relaciones humanas, porque este tipo de libros deben ser
asumidos como parte de la ficción, no como ejemplos a seguir en algunos
casos”, reflexiona Jesús Casals, director de contenidos de la librería
La Central de Callao, Madrid.
Hemos preguntado a padres, profesores, críticos y vendedores y hemos
recopilado 15 libros que servirán a tus hijos para dar el salto a la
edad adulta, literariamente hablando, que puedes recomendarle o
regalarle (siempre que parezca un accidente).
Y lo mejor de todo es que,
si ya vas advertido, no te costará una serie de microinfartos cada vez
que lo veas sumergido en sus páginas. 1. Menos que cero, de Easton Ellis. Sí, Easton Ellis es también el escritor del desasosegante American Psycho.
Y sí, es un representante de la llamada Generación X. Y también
“describe la sociedad rica estadounidense y su decadencia moral, trufado
con drogas, alcohol y perversiones sexuales”, explica la especialista
Marisol Salazar.
Nada de eso es tranquilizador pero, seamos sinceros,
pocas de estas cosas van a impresionar a un adolescente del siglo XXI
con acceso a Snapchat e Instagram. Es posible que les aporte un punto
diferente para observar esos excesos.
2. El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde.
No, no tiene absolutamente nada que ver con las archiconocidas sombras
de Christian Grey -nótese la vocal diferenciadora-. El libro de E.L.
James solo debería caer en las manos de tu descendencia como un
magnífico ejemplo del rumbo de control y poder que jamás debe alcanzar
una relación. Y no, no nos referimos al sexo. Si quieres aportar algo
mucho más beneficioso a tus hijos y, en palabras de Casals, quieres que
empiecen “a comprender que no se va a ser joven toda la vida”, pon en
sus manos este clásico de Wilde. 3. El país de las últimas cosas, de Paul Auster.
“La descripción de un futuro oscuro, un mundo que desaparece, nos
invita a reflexionar sobre nuestras acciones y nos presenta un terrible
porvenir”, explica Mercedes Hernández, responsable del departamento de
Libros de Fnac España. Jugando con la distopía, el autor estadounidense Paul Auster, premio Príncipe de Asturias,
nos conduce al lugar que alumbra la pesadilla de la sociedad de
consumo; sin valores, ni sentimientos y en una constante búsqueda de la
muerte.
4. El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger. En sus páginas aparecen temas como el alcohol, el sexo o la prostitución. La circunstancia de que el asesino de John Lennon, Mark Chapman, llevara un ejemplar cuando ejecutó al beatle
encumbró esta novela, para bien y para mal, prohibiéndose en algunas
escuelas y haciéndose obligatoria en otras. Para Casals, la historia
-narrada en primera persona- del joven Holden Caulfield es “toda una
novela de iniciación a la vida adulta”. El libro se mueve tanto en el
límite como su protagonista, que debe decidir si crecer o no. Todo un
dilema. 5. Tokio Blues (Norwegian wood), de Haruki Murakami.
El eterno aspirante a Nobel de Literatura hilvana un triángulo amoroso
-o varios- engarzando muerte, cultura, sexo e inseguridades
adolescentes. Es una novela intimista, llena de carga emocional y a
veces tortuosa. ¿Por qué leerla? “Para entender que uno no es el único
joven torturado en este mundo”, asegura Jesús Casals, director de contenidos de la librería La Central. 8. El Gran Gatsby, de F. Scott Fitzgerald. Sabemos que hay película y que está protagonizada, nada menos, que por el -por fin- oscarizado Leonardo DiCaprio.
Pero las algo más de 200 páginas de Scott Fitzgerald retratan
minuciosamente la sociedad ficticia, sobrepasada y llena de excesos que
caracterizaba los años 20 estadounidenses.
Una época llena de esperanza y
vitalidad que no veía aún su nefasto horizonte final en la forma del crash del 29.
Para De Cominges, es una recomendación segura por “su tono desencantado y el tema de hacer realidad las ilusiones”. 9. Relatos, de Julio Cortázar. “Cuando lees
por primera vez a Cortázar se abre una nueva dimensión en el lenguaje,
su narración puede descubrir un universo paralelo en una mente
receptiva”, afirma Mercedes Hernández, responsable del departamento de
Libros de Fnac España.
Si después de leer este libro tus hijos acaban
encantados, siempre puedes ir a la biblioteca y alcanzarles otra obra maestra de Cortázar, Rayuela. 10. Las tribulaciones del estudiante Törless, de Robert Musil.
Se trata, para el escritor y crítico Jorge de Cominges, de “la novela
de aprendizaje por excelencia”.
Narra el paso a la edad adulta, y en un
instituto militar, del joven Törless, que se irá tropezando con la
crueldad, la moralidad o la sexualidad de sus compañeros y la suya
propia.
Fue escrita en 1906, a escasos años del comienzo de la Primera
Guerra Mundial, pero algunos de sus patrones se arrastran desde el
imperio Austro-Hungaro.
11. La metamorfosis, de Franz Kafka.
Ingrediente habitual de toda buena lista literaria que se precie, el
clásico de Kafka atrae e inquieta a adolescentes desde hace décadas, el
mismo tiempo que lleva arrastrando teorías sobre su interpretación
. Por
ello, para Casals es “una buena manera de distinguir realidad y ficción”
así como para Salazar es “una historia desasosegante que los
adolescentes tienen que conocer”.
Lo bueno es que es tan corta que, una
década después, puede releerse y uno de podrá sorprender de nuevo. 12. Historias del Kronen, J.A. Mañas. Esta novela ha sido llamada la hermana española de Menos que cero.
Sus páginas, mucho más explícitas que la película del mismo nombre, han
sido incluidas por Salazar por tratar los eternas temas protagonizados
por adolescentes como son el abuso de drogas, alcohol, la amistad, el
sexo y la búsqueda de pertenencia a un grupo, a veces sea el que sea. 13. Maus, de Art Spiegelman. Esta crónica
de gatos -nazis- y ratones -judíos- que rememora la historia de un
superviviente del exterminio nazi fue la primera novela gráfica en
hacerse con un premio Pulitzer.
No solo evoca la historia del holocausto
sino que también se centra en la difícil convivencia entre generaciones
tras el horror sufrido.
Para Hernández es, sin duda, “la mejor forma de
aterrizar en la novela gráfica: por la propia historia y por cómo está
narrada”.
14. Arrancad las semillas, fusilad a los niños, de Kenzaburo Oé.
No abandonamos la temática de la Segunda Guerra Mundial, aunque
acercándonos a la cultura japonesa de la época.
"A pesar de ser premio
Nobel y mundialmente conocido, el estilo de Kenzaburo Oé siempre es una
sorpresa”, asegura la experta Mercedes Hernández.
El japonés dibuja un
escenario inicial similar al de El señor de las moscas, con un
grupo de jóvenes obligados a la supervivencia, pero que no desemboca en
caos sino en la organización colectiva.
Y son precisamente los adultos
quienes rompen el hechizo. 15. Héroes, de Ray Loriga. Tiene todos los
componentes armándose como un poliedro en la mente de un adolescente.
Rock, alcohol, amigos, “chicas bonitas” y un sinfín de frases que antes
se subrayaban o se anotaban en los diarios y ahora se comparten, sobre
un fondo limpio y negro, en las redes sociales de turno.
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