La Iglesia de Inglaterra condenó en enero a Montserrat Verdaguer, amiga del escritor, por enterrar sus cenizas sin permiso. Ella niega la acusación.
. El padre de Wilt falleció en Llafranc (Girona) en junio de 2013.
En este rincón de la Costa Brava habitó plácidamente desde 1995, asistido y querido por muchos, sobre todo por la neuróloga Montserrat Verdaguer, hoy presidenta de la Fundación Tom Sharpe
. La voluntad del novelista era ser enterrado en Thockrington, el pueblo de infancia en el que su padre ejerció de pastor de la comunidad anglicana local.
Finalmente no hubo acuerdo o voluntad por parte de la viuda, Nancy Looper, para que sus deseos se cumplieran y el cuerpo del escritor fue incinerado.
A finales de 2014 sus restos recibieron sepultura en el cementerio de Mieres (La Garrotxa), el pueblo natal de Verdaguer. Looper ya se había llevado en 2013 parte de las cenizas para depositarlas en Cambridge, donde ella reside y donde estudió Sharpe.
La historia no habría terminado aquí, según la Iglesia de Inglaterra: las cenizas continuaron viajando en 2014, de Cataluña al norte de Inglaterra y de nuevo, en 2016, de vuelta a Llafranc.
Verdaguer se presentó el 2 de junio de 2014 en el
cementerio de la parroquia de Saint Aidan, en Thockrington —población de
50 habitantes—. Verdaguer y un viejo conocido de Sharpe, Charlie
Harrison, realizaron un modesto tributo: cavaron una pequeña tumba y
allí enterraron, según informó por entonces el diario de Newcastle The Journal, un cigarro habano, una petaca de whisky Famouse Grouse —la marca predilecta del novelista— y su estilográfica favorita.
The Journal
destacaba que Verdaguer también depositó parte de las cenizas en “un
hoyo cavado con sus propias manos al lado de la tumba de Thomas Lancelot
Robson”.
El diario acompañó el reportaje con una galería de imágenes en
las que se identifica claramente una urna funeraria con el nombre de Tom Sharpe escrito con rotulador y un certificado, de aspecto legal, enganchado en el recipiente. The Journal
completaba la noticia describiendo las fotografías de Sharpe que trajo
Verdaguer y las palabras que dijo durante el funeral improvisado.
Verdaguer continúa insistiendo hoy que nunca llevó
cenizas de Sharpe a Thockrington, que desenterró los objetos y los
regaló a alguien del pueblo, sin precisar quién fue la persona
agraciada. La Iglesia de Inglaterra asegura lo contrario.
El Tribunal
Eclesiástico de la Diócesis de Newcastle dictaminó el pasado enero que
también se enterraron cenizas de Sharpe.
Verdaguer fue condenada por el juez a una multa de 1.320 libras (1.582 euros)
y a recoger las pertenencias halladas bajo tierra.
“No sé en España
pero en Inglaterra para enterrar en un cementerio hay que tener
autorización”, dice Michael J. Slade, párroco de Saint Aidan.
Slade
obtuvo en noviembre de 2015 la autorización del Tribunal para exhumar lo
que pudo dejar Verdaguer en el cementerio; la sentencia detalla que fue
descubierta la urna en estado de descomposición pero con las cenizas
todavía dentro, la botella de whisky, la pluma y dos velas de
aniversario —aparentemente del 85 cumpleaños de Sharpe—.
Diarios como The Guardian o The Telegraph
publicaron en enero resúmenes de la sentencia del Tribunal
Eclesiástico.
Las cinco páginas del documento no tienen nada que
envidiar al humor pasado de rosca de las novelas de Sharpe.
Nancy Looper, según los correos electrónicos aportados por el reverendo
Slade, explicó que en 1999 habían consultado a la parroquia si el
escritor podía ser enterrado en Saint Aidan pero que, al no ser un
vecino, no sería posible
. Verdaguer garantizaba en unos correos de 2014
que nunca enterró cenizas humanas, que la urna estaba vacía.
También
lamentaba, según Slade, que las cenizas que ella tenía todavía no habían
podido ser enterradas. Verdaguer no compareció ante el Tribunal
. La
viuda, según la sentencia, ya había esparcido parte de las cenizas de
Sharpe alrededor de la iglesia de Saint Aidan a finales de 2014.
El reverendo Slade explicó la semana pasada a EL PAÍS que, tras la
sentencia, un representante de Verdaguer visitó la parroquia para
recoger los objetos enterrados
. Verdaguer dice no saber nada de ningún
representante suyo o de qué objetos se encontraron bajo tierra puesto
que, como siempre ha mantenido, ella se lo llevó todo del cementerio.
Contactado de nuevo por este periódico, Slade aseguró:
“La única verdad
sobre este asunto es la que le estoy explicando”.
Slade aportó además
nuevos datos, del registro de visitas de la parroquia:
“El 1 de febrero
de 2016, pasadas las nueve de la mañana, recibí al señor José María
García, de la empresa Taxis Costa Brava de Calella de Palafrugell,
quien, con la autorización delegada de la señora Verdaguer, se llevó
los objetos y las cenizas”.
García confirma por teléfono que viajó de
Calella a Thockrington en uno de sus vehículos —4.000 kilómetros de
carrera, ida y vuelta— y que se llevó los objetos que le dio Slade.
Después entregó los enseres a Verdaguer. García no puede precisar si
entre los paquetes había cenizas del difunto Sharpe.
“El cura era muy amable; estuvimos media hora con el papeleo, porque tuve que firmar no sé cuántos documentos”, añade García.
Verdaguer es parca en palabras a la hora de exponer
su versión de los hechos pero no descarta que alguien volviera al
cementerio para enterrar objetos similares.
Recuerda que el homenaje a
Sharpe en el cementerio de Saint Aidan debía ser parte de un documental
sobre el escritor; la actuación fue filmada por dos periodistas amigos
suyos; Verdaguer espera que el material sea utilizado en algún
documental o en alguna actividad de su fundación.
La entidad fue
plenamente registrada hace un mes, según Verdaguer.
La primera acción de
la fundación fue la donación a la Universidad de Girona, a finales de
2015, de 100 legajos y 1.200 títulos de la biblioteca de Sharpe.
En
agosto está previsto que entre en funcionamiento su página web, en la
que se informará de rutas culturales sobre Sharpe.
En septiembre, en
Palafrugell, en el marco de la Bienal Xavier Miserachs, la Fundación
Vila-Casas mostrará una exposición de fotografías de Tom Sharpe durante
sus años de activismo contra el apartheid en Sudáfrica.
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