Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
9 jun 2016
Muchos libros para pocos lectores
En España los índices de publicación de novedades crecen más rápido que los de lectura.
Datos globales de edición en España.
89.130
0
20.000
40.000
60.000
80.000
100.000
120.000
2008
’09
’10
’11
’12
’13
2014
Soporte papel
Soporte digital
Total
Radiografía de España. ELPAÍS
La industria editorial española tiene una noticia buena y una mala. La
buena es que se publican muchos libros.
La mala, que se leen pocos. O
mejor dicho, unos pocos. Según la Agencia del ISBN
(International Standard Book Number), en 2014 -último año con datos
oficiales- se publicaron en España 90.000 títulos entre editores
públicos, privados y autores que se editan a sí mismos.
La cifra supone
un 1,9% más que el año anterior, que supuso el frenazo en una tendencia
escaladora que había tocado techo en 2010 con 114.000 títulos. Luego se
fue ralentizando.
Por un tiempo pareció que la galopante crisis económica desatada en 2008
no iba a alcanzar nunca al sector editorial. Apelando al libro como
refugio de ocio barato
se trató de explicar que mientras el ladrillo se derrumbaba, el consumo
frenaba en seco y algunos bancos pedían auxilio, los editores enviaran
cada vez más libros a los puntos de venta (ya fueran papelerías de
barrio o grandes superficies).
Tres años después, lo peor de la borrasca
ha pasado y, aunque nadie confía en que las ventas vuelvan a ser lo que
fueron, la fiesta continúa.
De hecho, la proliferación de sellos independientes es, junto a la concentración en grandes grupos (como Planeta o Penguin Random House),
la gran tendencia de la última década.
Y lo es con unas cuentas
sostenidas todavía por los libros de papel, los mismos que al doblar el
milenio parecían tener los días contados ante el empuje de una revolución digital que por ahora no supone más que el 3,7% del negocio.
Cuando todos se las prometían felices, se
impuso la cruda realidad.
Las librerías se vaciaron de lectores (que no de libros), muchas se plantearon el cierre y algunas cerraron.
La pregunta del millón es quién lee tanta novedad si el 40% de los españoles reconoce no leer nunca
o casi nunca y del 60% restante -10 puntos por debajo de la media
europea- solo un tercio lee a diario y el 42% lee menos de cuatro libros
al año (uno cada tres meses; como se ve, figurar como lector en un
tabla cuesta poco).
La respuesta es un clásico: si tú te comes un pollo
entero, la estadística dirá que nos hemos comido la mitad cada uno. Es
decir, en España no solo se leen pocos libros, sino que se leen, sobre
todo, unos pocos.
El informe Nielsen
de 2012 registró una venta de 20 millones de ejemplares de obras de
ficción (lo que no está mal en un país de 46 millones de habitantes),
pero también registró que dos de esos millones correspondían a la novela
50 sombras de Grey.
Que para vender 100 libros se impriman 160 explica, de paso, el afán de
los editores por jugar a muchos números con la esperanza de que les
toque la lotería del best seller. Lo hicieron antes, durante y
después de la crisis.
Mientras, casi un tercio de los que reconocen no
leer jamás declara no hacerlo sencillamente porque no le gusta.
Así las
cosas, tal vez el problema esté en las escuelas y no en las librerías.
El futuro Gobierno, si cuenta entre sus miembros con algún lector,
tendrá que tomar nota.
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