Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
23 jun 2016
La Roja no lo entendió........................................................... José Sámano
La
selección española gestionó mal todas las circunstancias que se dieron
con Croacia, a la que metió en el partido y no le supo cerrar una contra
final.
Nolito, en primer término, y De Gea, tras el primer gol de Croacia en el partido del martes. LUIS SEVILLANO
De la Eurocopa al Eurocopón.
Ahí radica el extravío de España, cuya
mala interpretación ante Croacia le obliga ahora a unos cuantos peajes
de órdago.
Cuando menos se esperaba, La Roja se lo buscó por su falta de
aplicación.
En campeonatos de distancia corta hay que saber manejar las
circunstancias, al menos las que no son fortuitas.
Y no lo hizo el
equipo de Del Bosque, cuyos titularísimossacaron conclusiones
tan erróneas como precipitadas, auscultaron mal el duelo, con la ventaja
y con el empate
. Lo llaman leer el partido, y España no entendió nada.
Un escarmiento. Hay que leer con más sentido.
La selección no estuvo espabilada, pragmática, y se condenó al
calvario que le espera.
Un sofocón para los españoles, como para
italianos, franceses, ingleses y alemanes. Que se les cruce La Roja
tampoco es para tirar serpentinas.
Los apretones, para todos.
El torneo
cobra una doble intriga, saber quién, con tantas curvas, sobrevivirá por
el tortuoso lado del cuadro, y qué aspirante inesperado se presentará
en la final de París.
Por la ruta de los presuntos teloneros no irá un
solo campeón.
En el fútbol, el buen juego suele avalar al ganador, pero el azar se reserva una cuota
En el fútbol, el buen juego suele avalar al ganador, pero el azar se
reserva una cuota, lo mismo que ciertas eventualidades que requieren
diligencia
. Hubo equipos a los que no les llegó con la excelencia, como a
la Hungría del 54, a la Holanda del 74 o al Brasil del 82.
Un mal
peritaje de ciertos detalles los dejaron en la cuneta.
Con menos
cosmética, el podio fue para los que no se confundieron en el momento
adecuado.
Nolito, en primer término, y De Gea, tras el primer gol de Croacia en el partido del martes. LUIS SEVILLANO
De la Eurocopa al Eurocopón. Ahí radica el extravío de España, cuya
mala interpretación ante Croacia le obliga ahora a unos cuantos peajes
de órdago. Cuando menos se esperaba, La Roja se lo buscó por su falta de
aplicación. En campeonatos de distancia corta hay que saber manejar las
circunstancias, al menos las que no son fortuitas. Y no lo hizo el
equipo de Del Bosque, cuyos titularísimossacaron conclusiones
tan erróneas como precipitadas, auscultaron mal el duelo, con la ventaja
y con el empate. Lo llaman leer el partido, y España no entendió nada.
Un escarmiento. Hay que leer con más sentido.
La selección no estuvo espabilada, pragmática, y se condenó al
calvario que le espera. Un sofocón para los españoles, como para
italianos, franceses, ingleses y alemanes. Que se les cruce La Roja
tampoco es para tirar serpentinas.
Los apretones, para todos. El torneo
cobra una doble intriga, saber quién, con tantas curvas, sobrevivirá por
el tortuoso lado del cuadro, y qué aspirante inesperado se presentará
en la final de París.
Por la ruta de los presuntos teloneros no irá un
solo campeón.
En el fútbol, el buen juego suele avalar al ganador, pero el azar se
reserva una cuota, lo mismo que ciertas eventualidades que requieren
diligencia.
Hubo equipos a los que no les llegó con la excelencia, como a
la Hungría del 54, a la Holanda del 74 o al Brasil del 82
. Un mal
peritaje de ciertos detalles los dejaron en la cuneta.
Con menos
cosmética, el podio fue para los que no se confundieron en el momento
adecuado.
España jugó bien, y muy bien, los dos primeros partidos, en los que
hizo un fútbol recreativo
. Sin olvidar que resolvió ciertos espasmos que
poco tienen que ver con la obra en su conjunto.
Aquel gol que salvó
Cesc bajo el larguero con 0-0 ante los checos y que Ramos se librara de
una expulsión o un tanto en contra cuando tras un esguince a la pelota
se ganó una tarjeta frente a Turquía también con 0-0.
Detalles,
detalles. Marcan tanto como el fútbol de buen paladar.
Lo tuvo España en
las dos recientes Eurocopas ganadas, y en Sudáfrica 2010, pero para
hacer cumbre tuvo que acertar con penaltis, remates, paradas milagrosas,
cabezazos imposibles…
Sobredosis de autoestima
Frente a Croacia, España fracasó al afrontar las particularidades del
choque
. De entrada, dio la sensación de que el hecho de alistar a los
mismos se digirió de la peor manera
. Si Del Bosque quiso con ello
realzar el partido, dada su relevancia, los jugadores parecieron
sentirse demasiado elegidos, lo que se tradujo en una cierta
relajación y una sobredosis de confianza, de autoestima.
El gol de
Morata, tan de ese ingenio que etiqueta a la España de días ilustrados,
lejos de marcar la pauta disparó la condescendencia.
Una pifia de Ramos,
otra de De Gea… La selección se libró de casualidad, pero invitó al
partido a los croatas, que percibieron que allí había batalla, que la
dicha española no era para tanto.
Al filo del descanso, cuando conviene
la mente fría, otro abandono.
No hubo cerrojo para Perisic y tampoco
para Kalinic, fuera de lugar Ramos y atornillado a la línea De Gea.
Por
suerte para los de Del Bosque, no tuvo el efecto demoledor del gol del
holandés Van Persie en Brasil, también en la zona Cesarini de un primer tiempo.
Pero de nuevo animó al rival. Ramos falla el lanzamiento de penalti. Kai FörsterlingEFE
Como aquel fatídico día ante Holanda, España pudo gestionar con
pericia un empate, pero fue incapaz.
Contra los croatas, visto que no
era el día y el partido oscurecía, La Roja consintió una contra
fulminante a tres minutos del tiempo a añadir cuando le valía el
resultado
. Parvulario. El cronómetro requería bajar la persiana, ponerse
a resguardo con el balón, para ello había entrado Bruno junto a
Busquets.
Pero se permitió una contra en la que nadie estaba donde
debía
. Para colmo, De Gea se sumó al espanto.
Ahora, sudores fríos. De
inicio, Italia.
De haber hecho los deberes, Portugal, también un hueso,
pero el único por ese lado del cuadro.
Por el medio, un penalti con la cruz de Ramos, el mismo que a lo Panenka
se lo clavó a Portugal en 2012. Esta vez, el chivatazo de Modric a su
portero dejó al capitán español en la diana.
No es un especialista, de
acuerdo, y le puede la fe. Lo es CR, y con su fallo metió en un lío a
los portugueses
. Matices, matices, matices.
El día después, nadie dio
explicaciones en España.
Quizá no vieron defensa, como no la tuvo un
equipo que cimentó sus éxitos a partir del blindaje general con su apego
a la pelota, aunque también sin ella.
Ya ha encajado un tanto más que
en Ucrania-Polonia 2012 y los mismos que en todo Sudáfrica.
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