Un Blues

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17 jun 2016

Birstall, el epicentro de la conmoción por el asesinato de la diputada Jo Cox................................Pablo Guimón

La policía investiga el historial médico del sospechoso y si tiene nexos ultraderechistas.

Las flores se amontonan este viernes a los pies de la estatua en honor al científico Joseph Priestly, célebre vecino de Birstall, en Yorkshire occidental, a pocos metros del lugar donde el jueves, a plena luz del día, fue asesinada la diputada Jo Cox cuando salía de un encuentro con los vecinos a los que, desde mayo del año pasado, representaba apasionadamente en el Parlamento de Westminster.

 El país entero amaneció preso aún de la conmoción por este brutal crimen contra la democracia, personificada en la joven política laborista y excooperante que “luchó cada día de su vida por un mundo mejor”, en palabras de su desolado marido, quien llamó a los británicos a “combatir el odio que mató” a la madre de sus dos hijos. 


 
Parlamentarios homenajean a Cox este viernes en el lugar donde fue asesinada. Getty 
Decenas de personas seguían este viernes a mediodía congregadas junto a la estatua, convertida en un altar improvisado en memoria de Cox.
"No entiendo cómo alguien pudo matarla.
 Era imposible odiarla. Era una mujer encantadora y una gran diputada. Se preocupaba por todas las comunidades.
 Cualquiera que tuviera un problema la llamaba y ella iba a su casa. Conectaba mucho con las personas, vinieran de donde vinieran.
 Dicen que el asesino estaba trastornado, y hay que estarlo para odiar lo que ella representa", explica Mohammad Anwar, militante laborista que llegó de India hace 15 años y que había hecho campaña con Cox por la permanencia del país en la UE.
Shophiyah Banah, de la mano de su pequeña hija, deposita un ramo de flores junto a la estatua
. "La conocí cuando vino a inaugurar un nuevo patio en el colegio de mi niña", explica. "Era adorable, una inspiración para los demás, una mujer entregada a su trabajo", recuerda.
El primer ministro, David Cameron, y el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, visitaron el lugar del homenaje este viernes
. "Donde vemos el odio, donde vemos la división, donde vemos la intolerancia, tenemos que expulsarlos", declaró Cameron. Corbyn calificó el asesinato como un "ataque a la democracia" e informó de que el Parlamento rendirá homenaje a la política laborista el próximo lunes.
La investigación policial se centra en dos aspectos del sospechoso, un vecino de 52 años que responde al nombre de Thomas Mair, que fue arrestado este jueves poco después del ataque: su salud mental y sus posibles vínculos con la extrema derecha.
 Dos testigos aseguran que el atacante, que usó un arma de fuego “anticuada” y un cuchillo, gritó “Britain first!” (“Gran Bretaña primero”), que es el nombre de un partido neofascista.
Dicha formación se jacta de odiar a los políticos de izquierdas.
 Aún está fresca en la memoria de los londinenses la imagen de su candidato a la alcaldía dando la espalda a Sadiq Khan, cuando el regidor laborista y musulmán pronunciaba un discurso al asumir el cargo. Britain First publicó este jueves un vídeo condenando el ataque y negando cualquier conexión con el mismo.
Los agentes registraron la vivienda del sospechoso en busca de material, físico o digital, que lo vinculara con la extrema derecha.
Referencias a Mair, según The Guardian, se encontraron en al menos una web de contenido extremista.
La policía busca el rastro del sospechoso en los servicios de salud mental del servicio público de sanidad.
Uno de sus hermanos ha asegurado a la prensa que padecía problemas mentales y estaba en tratamiento.
El diario The Times publica que Cox llevaba tres meses recibiendo mensajes abusivos. La policía, según el diario, estaba considerando la posibilidad de proporcionar a la diputada una protección especial, tanto en Birstall como en la casa barco en la que vivía cuando estaba en Londres.
 No se ha demostrado relación alguna entre los mensajes de odio recibidos por Cox y el ataque que acabó con su vida el jueves.
La diputada había participado activamente en la campaña por la permanencia del país en la Unión Europea, de cara al referéndum que se celebra el próximo jueves.
 Testigo de numerosos conflictos internacionales desde sus años de trabajadora en la ONG Oxfam, Cox formaba parte del comité parlamentario sobre Siria.
 Defendió públicamente la participación de Reino Unido en los bombardeos en el país, por motivos humanitarios, pero finalmente se abstuvo en la votación parlamentaria para autorizarlos.
En su primer discurso como diputada, elogió la multiculturalidad del distrito electoral al que representaba: “Mi comunidad ha sido profundamente mejorada por la inmigración”, dijo, orgullosa, en una Cámara semivacía.

Los vecinos de Birstall, junto a la ciudad de Leeds, no han dejado de acercarse a depositar flores junto al lugar, aún acordonado, donde mataron a su diputada. “Descanse en paz Jo Cox, una amiga y una activista fantástica. Una estrella brillante y resplandeciente se ha apagado hoy”, reza una de las múltiples notas que han dejado sus representados. En Reino Unido, cada uno de los 650 diputados representa a una de las circunscripciones electorales en que está dividida el país. Además de a su partido, los representantes electos tienen una particular fidelidad a sus votantes, con quienes llegan a desarrollar, en muchas ocasiones, una relación personal. Era el caso de Jo Cox, que además se crio en esta zona de Yorkshire occidental, en el norte de Inglaterra, a la que representaba.
El mundo de la política ha expresado su conmoción por el primer asesinato de un representante público desde que el IRA mató a Ian Gow en 1990.
 Los compañeros de Cox han destacado que la pasión, la entrega y el espíritu independiente de la prometedora diputada la hicieron destacar positivamente en la Cámara, a pesar de llevar en ella solo 12 meses.
 Políticos de todos los colores han querido expresar sus condolencias acercándose al altar improvisado junto al Parlamento de Londres.
 Ciudadanos de todo el país rinden tributo a una diputada que, en su primer discurso en la Cámara, un año antes de morir víctima del odio irracional, quiso destacar que “son muchas más las cosas que unen que las que separan” a los británicos.


 

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