Crees que tu vida ya solo puede adquirir billetes para trayectos cortos, con compañeros de viaje que miran con nostalgia las huellas en el cristal que dejan niños que se apasionan con lo que les ofrece cualquier imagen del exterior.
Así que hoy voy a recoger mis recuerdos lúdicos y voy a darle un vuelco a las críticas que hago, a veces, con gente que se niega a coger el tren de cercanías y sigue apostando por el de alta velocidad.
Tres personajes maduros que se pintan sonrisas de impúber y posan atraídos por la luz fatua del fotógrafo: Isabel Preysler, el escritor Vargas Llosa y el marqués de Griñón.
Titulares coincidentes: “Estoy pasando por la etapa más feliz de mi vida”. Nada nuevo. Es cierto, pero ese mensaje también hace que muchos abran los brazos a la esperanza perdida.
Y doy paso a mi parte frívola que se revuelve cuando me pongo tan intensa: ¿El Nobel se ocupará de desembrollar las entrañas a la Preysler?
De todas formas, espero que sean felices y nos regalen momentos de intimidad. Un embarazo parece descartable, pero les animo a que sigan cruzando fronteras con francotiradores que disparan a la esperanza
Sabéis que me debo a los que me leéis y nunca doy un paso atrás para decir lo que pienso.Esta vez... ¡Muda! Que hablen otros.
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