Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
4 mar 2016
Cine artesanal, qué bien............................................................... Carlos Boyero
De acción
son las mejores películas que he visto en los últimos años del cine
español, con la excepción de 'El artista y la modelo'.
Luis Tosar y Rodrigo de la Serna, en 'Cien años de perdón'.
Hace veinte años vi en el festival de Berlín la ópera prima de un
director español (o vasco o catalán, no sé, me pierdo en eso de las
nacionalidades) llamado Daniel Calparsoro titulada Salto al vacío.
Y existía vértigo en ella y las transparentes huellas de un director con pretensiones de estilo, de originalidad, de destroyer.
Como la mayoría de los experimentos, me resultaban fatigosos los suyos,
aunque había secuencias, como la de esa actriz atractiva pero con
vocación de parecer rarita llamada Nawja Nimri pasando con su boca y a
toda hostia papelas de caballo en un paisaje siniestro, que revelaban a
alguien que sabía retratar sensaciones con su cámara.
CIEN AÑOS DE PERDÓN Dirección: Daniel Calparsoro. Intérpretes: Luis Tosar, Patricia Vico, Rodrigo de la Serna, Raúl Arévalo. Género: thriller. España, 2016. Duración: 98 minutos.
Y la continuidad de la carrera de este señor tan desgarrado, airado y
moderno no me fascinó durante demasiado tiempo.
Y vale, todos
evolucionamos, excepto los tontos irremediables (yo lo soy), y el tiempo
puede lograr que renuncies parcialmente a tu furiosa autoría para
convertirte en un profesional, uno de los conceptos más nobles y
admirables que existen (no hay muchos que tengan lo que hay que tener,
que hagan muy bien su trabajo sin reclamar el título de artista), que
incluso en un universo tan cutre y degradado como el de las series de
televisión españolas, te las ingenies para hacer cosas dignas, que
decidas convertirte en un buen narrador de películas de acción. Hay
quien menosprecia o desdeña el género.
Allá ellos. Yo creo que Hawks,
Ford y Hitchcock hacían películas de acción y que transmitían
sentimientos en medio de ella. No conozco a nadie mejor.
Luis Tosar y Rodrigo de la Serna, en 'Cien años de perdón'.
Hace veinte años vi en el festival de Berlín la ópera prima de un
director español (o vasco o catalán, no sé, me pierdo en eso de las
nacionalidades) llamado Daniel Calparsoro titulada Salto al vacío. Y existía vértigo en ella y las transparentes huellas de un director con pretensiones de estilo, de originalidad, de destroyer.
Como la mayoría de los experimentos, me resultaban fatigosos los suyos,
aunque había secuencias, como la de esa actriz atractiva pero con
vocación de parecer rarita llamada Nawja Nimri pasando con su boca y a
toda hostia papelas de caballo en un paisaje siniestro, que revelaban a
alguien que sabía retratar sensaciones con su cámara.
CIEN AÑOS DE PERDÓN Dirección: Daniel Calparsoro. Intérpretes: Luis Tosar, Patricia Vico, Rodrigo de la Serna, Raúl Arévalo. Género: thriller. España, 2016. Duración: 98 minutos.
Y la continuidad de la carrera de este señor tan desgarrado, airado y
moderno no me fascinó durante demasiado tiempo.
Y vale, todos
evolucionamos, excepto los tontos irremediables (yo lo soy), y el tiempo
puede lograr que renuncies parcialmente a tu furiosa autoría para
convertirte en un profesional, uno de los conceptos más nobles y
admirables que existen (no hay muchos que tengan lo que hay que tener,
que hagan muy bien su trabajo sin reclamar el título de artista), que
incluso en un universo tan cutre y degradado como el de las series de
televisión españolas, te las ingenies para hacer cosas dignas, que
decidas convertirte en un buen narrador de películas de acción.
Hay
quien menosprecia o desdeña el género. Allá ellos. Yo creo que Hawks,
Ford y Hitchcock hacían películas de acción y que transmitían
sentimientos en medio de ella. No conozco a nadie mejor.
Y de acción son las mejores películas que he visto en los últimos años del cine español, con la excepción de la admirable El artista y la modelo,
de Fernando Trueba, que nunca he sabido a que género pertenece.
Alberto
Rodríguez hace películas de acción y más cosas. Enrique Urbizu hace
películas de acción y más cosas. Daniel Monzón hace películas de acción y
más cosas.
Su cine aspira a ser visto por muchos, como el de cualquier
persona sensata que se dedique al espectáculo.
Proponen una oferta que
aspira a la demanda.
Y además de entretenimiento, intriga, tensión, esas
películas intentan provocar emociones. Y responden a su visión del
mundo.
No están destinadas a cuatro onanistas mentales convencidos de
que tienen un paladar selectivo, con una sensibilidad especial para
captar el auténtico arte, sino para esa cosa tan diversa, heterodoxa y
necesaria llamada público.
En Guerreros, Calparsoro mostraba su dotes para hacer cine bélico, sin abandonar el nihilismo.
Y seguí con interés la muy profesional Combustión,
cine muy digno que podía haber sido rodado en Hollywood, aunque con un
presupuesto cien veces menor.
Y la protagonizaba una señora muy sensual,
Adriana Ugarte, que debe ser tan buena actriz que no la he reconocido
en la vida real cada vez que me he cruzado con ella en el festival de
San Sebastián.
Y en Cien años de perdón (ojalá que pudiéramos robar a los
grandes ladrones y obtener no ya cien años de innecesario perdón, sino
de agradecimiento popular), apoyándose en el guion de Jorge
Guerricaechevarría, un señor que escribe cosas distintas y con sello
propio, Calparsoro logra una película tensa, entretenida, rodada con
personalidad y oficio, con actores competentes (espléndido e inquietante
el argentino Rodrigo de la Serna), que gira alrededor del asalto a un
banco donde guardan su rapiña los rufianes más poderosos, los padres de
la patria.
Y me aclaro.
No esperen la versión española de Heat, la película que más me ha enamorado en los últimos veinte años, pero sí un producto tan visible como audible.
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