El diario The Independent
acaba de desvelar la historia de una venganza muy particular. Es la que
se está cobrando la modelo australiana Emily Sears, que vive y trabaja
en Los Ángeles (EEUU).
La joven tiene una cuenta de Instagram
que alimenta con asiduidad y que se llena de corazones ("me gusta"), de
comentarios elogiosos pero, también, de otros bastante lamentables.
Machistas. Sexistas. Más propios del acoso, puro y duro.
(Puedes seguir leyendo tras la foto...).
La modelo, en una de sus fotos de Instagram.
Sears
suele interactuar con sus seguidores, amablemente, pero ante la caterva
de brutos que la atosigan en la red, mandándole fotos de sus genitales o
lanzándole lo que son mucho más que piropos, ha decidido ponerse en
contacto con las esposas o novias o madres de los remitentes para que
sepan realmente que hacen sus chicos en Internet.
Va rastreando todas las redes sociales, hasta que logra dar con ellas.
"Esto es lo que pasa cuando me mandas fotos de tu pene por mensaje
directo. Yo no juego", dice, explicando que tapa los nombres de las
mujeres para protegerlas.
La modelo ha explicado a Buzzfeed
que como mínimo recibe una de estas fotos de genitales masculinos al
día y que se siente asediada y acosada.
Ya no sólo es ir por la calle y
aguantar miradas y comentarios, dice, sino que vengan a tus redes a
presionar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario