La fuente tendrá una nueva iluminación artística y un nuevo sistema que permitirá que el agua discurra sobre los mármoles sin deteriorarlos.
Después de 17 meses de obras de restauración, el agua vuelve hoy a la
Fontana de Trevi, la fuente más famosa de Roma y una de las más bellas
del mundo.
Ha estado casi un año y medio cerrada, cubierta de andamios y sin agua para restaurar los desperfectos que han provocado los turistas y el paso del tiempo.
Esta tarde quedará descubierta y la Fontana recobrará el esplendor que tuvo en La dolce vita, de Federico Fellini, película en la que fue escenario del sensual baño de la actriz sueca Anita Ekberg.
Lo hace gracias la casa de moda Fendi, que decidió financiar las obras de restauración con 2,2 millones de euros para ofrecer así un tributo a la belleza y el arte de Italia.
El trabajo de los 26 restauradores que han participado ha consistido en eliminar los restos de calcio, limpiar las estatuas, arreglar las fugas, instalar nuevas bombas de agua y colocar barreras para mantener alejadas a las palomas.
Además, habrá una nueva iluminación artística y un nuevo sistema que permitirá que el agua discurra sobre los mármoles sin deteriorarlos.
Aunque a lo largo de todo este tiempo ha habido un recipiente disponible para cumplir la tradición de tirar una moneda, a partir de hoy los visitantes podrán pedir sus deseos rodeados de una belleza que no se veía, al menos, desde su última restauración, hace 25 años.
Ha estado casi un año y medio cerrada, cubierta de andamios y sin agua para restaurar los desperfectos que han provocado los turistas y el paso del tiempo.
Esta tarde quedará descubierta y la Fontana recobrará el esplendor que tuvo en La dolce vita, de Federico Fellini, película en la que fue escenario del sensual baño de la actriz sueca Anita Ekberg.
Lo hace gracias la casa de moda Fendi, que decidió financiar las obras de restauración con 2,2 millones de euros para ofrecer así un tributo a la belleza y el arte de Italia.
El trabajo de los 26 restauradores que han participado ha consistido en eliminar los restos de calcio, limpiar las estatuas, arreglar las fugas, instalar nuevas bombas de agua y colocar barreras para mantener alejadas a las palomas.
Además, habrá una nueva iluminación artística y un nuevo sistema que permitirá que el agua discurra sobre los mármoles sin deteriorarlos.
Aunque a lo largo de todo este tiempo ha habido un recipiente disponible para cumplir la tradición de tirar una moneda, a partir de hoy los visitantes podrán pedir sus deseos rodeados de una belleza que no se veía, al menos, desde su última restauración, hace 25 años.
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