Su fotografía impecable, sus looks y sus viajes de ensueño han convertido esta bitácora en el 'Hermès' de los blogs de moda
Tiene la pose serena de las musas de Richard Avedon o Irving Penn, pero
su estilo y sus viajes recuerdan más bien a esas imágenes por las que
el fotógrafo Norman Parkinson
recorría el mundo inmortalizando inolvidables looks en playas
paradisíacas y lugares recónditos.
Y es que gracias a su blog, la australiana Nicole Warne, también conocida como Gary Pepper Girl, se ha convertido en una inspiración elevada a la máxima potencia
. Los egoblogueros tratan de convertirse en referentes, pero ella está en otro nivel. Gary Pepper Girl no es solo una influencer.
Es el Hermès de los blogs de moda, el espejo en el que de seguro muchos blogueros se miran para tratar de convertir sus bitácoras en un estilo de vida aspiracional. ¿Qué tiene en particular esta chica para convertirse en un referente tan único?
Un look inconfundible sin caer en lo esperpéntico
Hay quien triunfa entre las caras conocidas del street style gracias a looks que caen en el tópico de ser prácticamente un disfraz.
Aparentemente puede ser una buena fórmula para destacar, pero tiene más mérito diferenciarse a través de la discreción. Warne lo ha conseguido a través de un perpetuo cat-eye y una melena midi que casi parece de anuncio.
Aunque sus rasgos exóticos y un cuerpazo de infarto también ayudan, para qué nos vamos a engañar.
Un armario para todos los gustos
Elegante y sofisticada sin caer en lo anodino,
Nicole parece haber nacido para ir a comprar el pan enfundada en un vestido de alta costura, que defiende como (muy) pocas.
Pero ojo, eso no quita para no verla también luciendo unas zapatillas blancas.
Es el tipo de estilo clásico y atemporal (no rancio) que llama la atención tanto si te gusta Olivia Palermo como si eres más de Alexa Chung.
Una de las múltiples instantáneas de Nicole Warne en Las Maldivas
Y es que gracias a su blog, la australiana Nicole Warne, también conocida como Gary Pepper Girl, se ha convertido en una inspiración elevada a la máxima potencia
. Los egoblogueros tratan de convertirse en referentes, pero ella está en otro nivel. Gary Pepper Girl no es solo una influencer.
Es el Hermès de los blogs de moda, el espejo en el que de seguro muchos blogueros se miran para tratar de convertir sus bitácoras en un estilo de vida aspiracional. ¿Qué tiene en particular esta chica para convertirse en un referente tan único?
Un look inconfundible sin caer en lo esperpéntico
Hay quien triunfa entre las caras conocidas del street style gracias a looks que caen en el tópico de ser prácticamente un disfraz.
Aparentemente puede ser una buena fórmula para destacar, pero tiene más mérito diferenciarse a través de la discreción. Warne lo ha conseguido a través de un perpetuo cat-eye y una melena midi que casi parece de anuncio.
Aunque sus rasgos exóticos y un cuerpazo de infarto también ayudan, para qué nos vamos a engañar.
Un armario para todos los gustos
Elegante y sofisticada sin caer en lo anodino,
Nicole parece haber nacido para ir a comprar el pan enfundada en un vestido de alta costura, que defiende como (muy) pocas.
Pero ojo, eso no quita para no verla también luciendo unas zapatillas blancas.
Es el tipo de estilo clásico y atemporal (no rancio) que llama la atención tanto si te gusta Olivia Palermo como si eres más de Alexa Chung.
Un ingrediente que por supuesto no podría faltar en esta fórmula mágica
es un desfile diario de marcas de lujo.
Su equivalente a nuestras bailarinas básicas de Zara son las ‘Hermione’ de Tabitha Simmons (que rozan los 500 euros) y por sus manos igual pasan todos los modelos de bolso de Louis Vuitton que de Chanel
. Entre sus posesiones cuenta con creaciones de su colega, Chiara Ferragni, de la que es muy amiga. Además, también posee un dilatado arsenal de bikinis y bañadores que acaparan boards de medio Pinterest.
Sus viajes son para llorar (de la emoción)
Para ella viajar de París a Nueva York es como quien decide irse de Madrid a Collado de Villalba todas las semanas.
Se le ha quedado pequeño.
Su vida parece la de un nómada sibarita dedicado a disfrutar exclusivamente de los sitios más bellos del planeta, y su blog da buena fe de ello.
Pocos pueden decir que les propusieron matrimonio en Tokio mientras navegaban en una barca bajo unos cerezos en flor, o que han decidido hacerse una escapada de fin de semana a Hawái.
No hay rincón digno de National Geographic que no haya fotografiado, ya sea en los fiordos noruegos o en la costa siciliana.
Además, ha hecho de las Maldivas su segunda casa y de las imágenes en estas playas de ensueño, un recurrente para todo bloguero que esté buscando destino de vacaciones (y quiera dejar constancia de ello en Instagram).
Su fotografía y su estética rozan casi la perfección
Es precisamente el elemento diferenciador de este blog. Si tuviésemos que definir en una palabra sus imágenes sería impecables.
Todo está cuidado con un mimo insuperable.
La combinación de ella, de sus looks, de la belleza del paisaje y de la mano del fotógrafo hace de cada post un auténtico editorial de moda.
Su falda amarilla al viento en un pensado contraste con un campo interminable de lavanda, su pose de emperatriz bizantina con un total look de Dolce & Gabbana en los jardines botánicos de Melbourne o sus fotos submarinas a lo Toni Frissell en las cristalinas aguas de las Maldivas hace que su material gráfico poco tenga que envidiar al de una publicación de moda.
Su equivalente a nuestras bailarinas básicas de Zara son las ‘Hermione’ de Tabitha Simmons (que rozan los 500 euros) y por sus manos igual pasan todos los modelos de bolso de Louis Vuitton que de Chanel
. Entre sus posesiones cuenta con creaciones de su colega, Chiara Ferragni, de la que es muy amiga. Además, también posee un dilatado arsenal de bikinis y bañadores que acaparan boards de medio Pinterest.
Sus viajes son para llorar (de la emoción)
Para ella viajar de París a Nueva York es como quien decide irse de Madrid a Collado de Villalba todas las semanas.
Se le ha quedado pequeño.
Su vida parece la de un nómada sibarita dedicado a disfrutar exclusivamente de los sitios más bellos del planeta, y su blog da buena fe de ello.
Pocos pueden decir que les propusieron matrimonio en Tokio mientras navegaban en una barca bajo unos cerezos en flor, o que han decidido hacerse una escapada de fin de semana a Hawái.
No hay rincón digno de National Geographic que no haya fotografiado, ya sea en los fiordos noruegos o en la costa siciliana.
Además, ha hecho de las Maldivas su segunda casa y de las imágenes en estas playas de ensueño, un recurrente para todo bloguero que esté buscando destino de vacaciones (y quiera dejar constancia de ello en Instagram).
Es precisamente el elemento diferenciador de este blog. Si tuviésemos que definir en una palabra sus imágenes sería impecables.
Todo está cuidado con un mimo insuperable.
La combinación de ella, de sus looks, de la belleza del paisaje y de la mano del fotógrafo hace de cada post un auténtico editorial de moda.
Su falda amarilla al viento en un pensado contraste con un campo interminable de lavanda, su pose de emperatriz bizantina con un total look de Dolce & Gabbana en los jardines botánicos de Melbourne o sus fotos submarinas a lo Toni Frissell en las cristalinas aguas de las Maldivas hace que su material gráfico poco tenga que envidiar al de una publicación de moda.
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