Hablamos con los responsables de Masaltos, una empresa sevillana, que tras años de bonanza en España, aterriza en Asia para hacerse con el mercado de los zapatos con alza.
Las mujeres no tienen ningún problema en utilizar tacones para parecer
más altas y estilizar su figura, pero en los hombres el tema sigue
siendo un tabú. Las alzas son una solución y, pese al silencio que
existe a su alrededor, están mucho más extendidas de lo que se piensa.
La empresa Masaltos lleva desde 1993 comercializando zapatos con alza para hombres.
Sus
modelos, fabricados en España y en Italia, tienen una horma especial
que permite incluir una cuña de caucho sin que el calzado pierda su
apariencia convencional. Durante sus dos décadas de andadura ha recibido
pedidos desde más de 88 países, lo cual quiere decir, de nuevo, que la
demanda existe.
Acaban de firmar un acuerdo con la empresa ATPC Japan, gracias al cual
esperan expandirse en el mercado japonés.
Su entrada en el país se produjo a principios de año a raíz de su acuerdo con Rakuten (el Amazon asiático).
Los japoneses tienen una talla media de 168 centímetros.
Se encuentran entre los ciudadanos más bajos de los países desarrollados, por debajo de los 172 centímetros de los varones europeos y los 178 de Estados Unidos.
Y con estos números, obviamente, se perfilan como
clientes potenciales.
Antonio Fagundo, director de Marketing y Expansión, explica que “para
introducirnos en dicho mercado lo mejor era encontrar un aliado. Estamos
muy contentos, porque hasta el momento habíamos vendido en Japón pero
cantidades pequeñas y ahora las ventas han aumentado mucho.
Además esta
empresa sólo vende la gama más cara que es la de GoodYearWelt, que está
hecha a mano”.
Detrás de la marca se encuentra una empresa familiar afincada en Sevilla que fue creciendo gracias a la visión de negocio y el atrevimiento empresarial
de Andrés Ferreras, progenitor de Antonio.
“Mi padre había estado viviendo en Alemania durante 18 años y tuvo una lesión jugando al tenis, por lo que tuvo que empezar a llevar zapatos ortopédicos.
No le gustaban, pero descubrió que existía este calzado especial con cuñas que se diseñaba en Italia.
Ya lo tenía en la cabeza al volver a España. Mi madre quería montar una tienda de complementos, pero él dijo ¿Por qué no montamos una tienda de zapatos con alzas?”, comenta Antonio.
Pese a la reticencia inicial, crearon el negocio que en un principio
vendía por catálogo. En el 1994, con la llegada de Internet, Andrés
decidió crear una página web, aunque en España el uso online y mucho
menos el comercio por internet aún no estaba popularizado. “Mi madre fue
al banco para pedir financiación y le dijeron que no, que se olvidara,
que eso de Internet era una moda pasajera y que no iba a durar.
Pero la cosa empezó a funcionar.
Los clientes localizaban nuestra web desde Holanda o Alemania, por ejemplo y nos hacían los pedidos por teléfono”, sostiene Antonio, orgulloso de su desarrollo. No es para menos.
La discreción es otro de los puntos fuertes de este negocio.
Sus envíos llegan a casa en paquetes sin logo ni indicativos de la empresa. Aunque los tiempos han cambiado, la vergüenza masculina a la hora de reconocer que se utiliza calzado que aumentan la estatura, sigue estando ahí.
“Por el tipo de producto Internet es el mejor medio para venderlos. Tenemos una tienda en Sevilla y la gente no va, le da corte. Tuvimos que poner unos vinilos traslúcidos en el escaparate para que no se viera nada porque cuando entraba un cliente, los vecinos se ponían a mirar quién era para cotillear”.
Debido a esa discreción, no da nombres ante la pregunta de si algún personaje público ha comprado alguno de sus zapatos, pero reconoce que sí.
Lo que contesta, entre risas, es a quién se los recomendaría: “Me dice mi padre que en un encuentro que tuvo el Rey Juan Carlos I con Fernando Alonso éste le preguntó ¿Qué te gustaría ser? y Alonso le contestó: 'Pues más alto'.
Así que desde aquí se los recomendamos.”
Pero la cosa empezó a funcionar.
Los clientes localizaban nuestra web desde Holanda o Alemania, por ejemplo y nos hacían los pedidos por teléfono”, sostiene Antonio, orgulloso de su desarrollo. No es para menos.
La discreción es otro de los puntos fuertes de este negocio.
Sus envíos llegan a casa en paquetes sin logo ni indicativos de la empresa. Aunque los tiempos han cambiado, la vergüenza masculina a la hora de reconocer que se utiliza calzado que aumentan la estatura, sigue estando ahí.
“Por el tipo de producto Internet es el mejor medio para venderlos. Tenemos una tienda en Sevilla y la gente no va, le da corte. Tuvimos que poner unos vinilos traslúcidos en el escaparate para que no se viera nada porque cuando entraba un cliente, los vecinos se ponían a mirar quién era para cotillear”.
Debido a esa discreción, no da nombres ante la pregunta de si algún personaje público ha comprado alguno de sus zapatos, pero reconoce que sí.
Lo que contesta, entre risas, es a quién se los recomendaría: “Me dice mi padre que en un encuentro que tuvo el Rey Juan Carlos I con Fernando Alonso éste le preguntó ¿Qué te gustaría ser? y Alonso le contestó: 'Pues más alto'.
Así que desde aquí se los recomendamos.”
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