Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

7 mar 2015

Isabel Preysler: 'Nunca he ido con un señor por su dinero'

  • La musa del cuché acaba de lanzar una línea de productos cosméticos

  • Hablamos con ella de la muerte de su marido, Miguel Boyer

  • Y también del runrún de la temporada: su presunto romance con Florentino Pérez 

    Isabel Preysler, durante la presentación de la crema.
    Isabel Preysler, durante la presentación de la crema. SERGIO GONZÁLEZ

    Hace tres años, las ventas de una crema de farmacia de nombre tan raro como impronunciable se convirtieron en un fenómeno comercial
    . Los rumores de que una azafata había visto a Isabel Preysler darse la crema durante un vuelo, hicieron que se vendieran miles de unidades de lo que se llamó "la crema de la Preysler". "Me lo preguntaban en todas partes, fue algo increíble y parece que se sigue vendiendo ", comenta Isabel a LOC , justo el día en que presenta públicamente en medio de una gran expectación mediática, la verdadera crema de belleza creada por ella.
    Se llama My Cream y se trata en realidad de un conjunto de tres productos complementarios. Isabel no sabe muy bien si la idea de crear su propia cosmética nació al comprobar que miles de mujeres la consideraban un modelo a imitar.
      Su imagen, siempre impecable, y la creencia general de que se mantiene guapa y joven frente al paso del tiempo alimenta todo un fenómeno que anima a seguir su ejemplo. "En todo caso", confiesa, "siempre me ha preocupado cuidarme y cuidar la piel probando todos los productos habidos y por haber
    . Este proyecto surgió hace más de dos años, mis hijas me animaron a ponerlo en marcha y aquí estoy, después de mucha colaboración con el laboratorio, pruebas constantes y el visto bueno final, cuando me he sentido totalmente satisfecha del resultado".


    Viendo que todo lo que toca se convierte en éxito, ¿no puede ser el principio de todo un imperio de fragancias y demás cosas relacionadas con la moda con el sello Preysler, como hacen muchas artistas y personajes del deporte?
    Me han ofrecido dar nombre a ropa y perfumes varias veces. Sobre todo perfumes.
     No acepté, porque estaba en otras cosas, había que hacer mucha publicidad, mucha promoción y no me hacía tanta gracia. 
    Ya sabes que soy poco amiga de la sobreexposición. Yo creo que todo esto es una buena idea, pero lo tendré más claro cuando la gente me demuestre que lo es y compre las cremas.
    Llama la atención su capacidad de reinventarse, pero sin prisas. Pasa de publicitar bombones a joyas o cerámicas de lujo. 
    Siempre productos de calidad o sofisticados, a su imagen y semejanza.
    Así es, yo me pienso mucho las cosas. Y, efectivamente, creo que hay que reinventarse, pero con cosas que vayan acordes a nuestra personalidad. No me gustan las aventuras ni correr riesgos innecesarios.
    ¿Necesita trabajar para vivir?
    (Se piensa la respuesta). Hombre, tanto como eso, no sé. Me gusta estar ocupada y lo que no he hecho nunca es dedicarme a jugar a las cartas con las amigas y cosas así; no va conmigo. No me he sentado en una mesa de bridge en la vida.
     Pero eso no quita para que a veces cuando estoy agotada, piense en lo que me gustaría tener un día entero sin nada que hacer. 
    Es que usted tira de muchos carros: su madre, que pasa parte del año en Madrid. Antes, la enfermedad de su hermana Beatriz, la de su marido, sus sobrinos, dos hijas en casa... Igual no necesita trabajar, pero mucha fuerza sí que le hace falta.
    Es verdad, pero me ayudan mucho las niñas. Son muy buenas y siempre pendientes de si necesito algo. Eso ayuda mucho y da fuerza.
    En una ocasión contaba que a veces en los viajes, despertar en un hotel era una liberación.
    Es que sólo tienes que preocuparte de lo que te van a dar para desayunar. En casa aparecen desde por la mañana a preguntarte si se hace esto o lo otro. Hay que tomar decisiones; todos delegan en ti.

    Repasando su vida sentimental, se la ve poco ambiciosa en cuanto a lo económico. No parece que buscara maridos ricos. Dejó a Julio Iglesias cuando empezaba a ser un artista internacional enormemente rico. El marqués de Griñón no era un aristócrata de fortuna y Miguel Boyer no era un hombre de negocios, en realidad cuando empezó su relación, era un señor con un sueldo, un buen sueldo, pero nada más.

    Es verdad. Es que además era muy joven y pensaba que el dinero me lo podía ganar yo, el mío. Así ha sido y me lo sigo ganando. Nunca he ido con un señor por su dinero. 
     
    ¿Cómo encara esta nueva etapa de su vida en solitario? Siempre ha sido una mujer con pareja.
    Más bien casada. La última vez 26 años, que es mucho. Al principio sentí una sensación rara, no estaba acostumbrada a encontrarme sola de verdad. Claro que en los últimos años ya lo estaba, fue un aprendizaje. Yo me quedo sola cuando Miguel enferma, no cuando Miguel se muere. Él estaba ahí, pero no era la misma persona de siempre. Yo le contaba las cosas y él me decía lo qué le parecían, pero ahí estaba.
    Y reaccionó.
    Me di cuenta que muchas mujeres pasan por esto y salen adelante.Y pensé que había que moverse, salir adelante y no dejarme vencer por la tristeza ni aceptar que todo el mundo te compadezca. Tenía que pensar en mis hijas. Si ellas estaban haciendo un esfuerzo por mí, yo no podía ser menos: debía esforzarme más que nadie.
    Le habrán preguntado mucho por Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, y su supuesto romance...
    Pues no, ahora sólo lo mencionas tú. ¡La historia que la ha caído al pobre por la broma de estar detrás de mí en el besamanos del Palacio Real! No había ninguna base para semejante rumor, no se lo ha creído nadie sensato
    . Creo que algunos querían que circulara para tener algo de lo que hablar. En casa hacíamos muchas bromas con el tema.
    Irá mucho a Miami con su hijos a partir de ahora?
    De momento, nos fuimos en Navidad después de dudarlo mucho y fue todo un acierto. Habría sido tristísimo para todos quedarnos aquí
    . Mis hijos me animaron a que nos fuéramos, sobre todo por Ana, que tuvo a sus hermanos tan alegres y cariñosos volcándose con ella y estaba feliz.
     Y además cuando estábamos en la mesa el día de Navidad en casa de Enrique, llegó Fernando. Luego nos fuimos a Carolina del Norte a conocer la nueva casa de Chábeli. Así que salió todo muy bien.
     No quiero imaginar lo que habría sido quedarnos aquí en casa.
     

     

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