El 'escándalo' sobre un supuesto retoque estético, que no está confirmado, reabre el debate sobre la tiranía de Hollywood sobre las actrices.
No hay nada de malo en la cara de Renée Zellweger, pero hay algo que falla en nosotros.
Cuando en octubre medio mundo se escandalizó con la metamorfosis facial de la actriz que dio vida a Bridget Jones, muy pocas voces, entre tanta foto viral del antes y el después, reflexionaron al respecto.
Lo hizo Jen Gerson en The Guardian con el titular que encabeza estas líneas, lo hizo Amanda Hess en Slate y desde esta web Begoña Gómez Urzaiz mostró una teoría similar con su artículo Renée Zellweger o por qué Hollywood tiene un problema (y no es el que crees).
Si cambiásemos el nombre de Renée Zellweger por el de Uma Thurman en estos tres textos, su validez informativa seguirá siendo exactamente la misma.
Seguimos igual. Desde hace unas horas, las fotos de Uma Thurman (44 años) en la presentación de Slap, su nueva serie, han provocado un alud de comentarios en Internet sobre su supuesto "cambio de cara" por la cirugía estética
. El debate, una vez más, se centra en la forma y no en el fondo y se sigue castigando con el escarnio digital a las posibles víctimas
. Ese bucle viral absurdo se irá repitiendo periódicamente mientras Internet exista.
Aquí van cinco claves para entender por qué el repentino juicio a la cara de Uma Thurman no es justo:
1) ¿Existen pruebas de que se haya operado? Y si lo hubiera hecho, ¿qué importa?
Al hilo de la multitud de montajes mofándose injustamente de una actriz de prestigio nominada a un Oscar y a cuatro Globos de Oro, cabría destacar el meme que ha hecho el artista español Juan Palomares Pérez, que ha tomado la foto de la discordia y ha imaginado con Photoshop cómo estaría Uma con el que maquillaje con el que estamos acostumbrados a verla.
Bajo el título Érase una vez la historia de una famosa mal maquillada, Palomares ha añadido rimmel, eyeliner, un poco más de colorete y labios en tonos claros.
El resultado recuerda a la Uma de siempre.
Aunque este no es el debate que nos debería de preocupar, porque si la actriz se hubiese retocado quirúrgicamente, ¿importa tanto como para que prácticamente se haya convertido en una cuestión de Estado?
Sin duda ha sido la noticia del día y ha sido imposible escapar de ella.
2) La hipocresía de creer que las actrices tienen que envejecer con dignidad
Las supuestas operaciones de Uma Thurman no están confirmadas.
Lo que sí está probado es que Hollywood sigue siendo esa industria en la que envejecer es un pecado, siempre que no seas Meryl Streep o Helen Mirren (ahondamos profundamente en esa teoría, aquí). Uma, tú antes molabas o Uma, tú no han sido algunos de los comentarios y titulares que se han podido leer en las redes sociales
. Como si la musa de Tarantino hubiese perdido de un plumazo todo su prestigio y respeto por un supuesto (que no confirmado) retoque estético
. Y si lo hubiese hecho, ¿de qué nos sorprendemos? Julianne Moore recordaba al recoger su Globo de Oro por Siempre Alice que existe un déficit de papeles para actrices de mediana edad:
"Me dijeron que el público no iba al cine a ver estas historias". Uma, a sus 44 años, vive en esa tierra de nadie en la que o eres Meryl Streep o eres la tía buena del taquillazo de turno.
O como decía Goldie Hawn en El club de las primeras esposas: "Hay tres edades en la vida de una actriz de Hollywood: el bombón, la fiscal del distrito y Paseando a Miss Daisy".
3) Es una noticia que viene de largo
El cruel fenómeno de reírse de las caras de las actrices es uno de los deportes favoritos de Internet. Por eso lo vivimos de forma cíclica una y otra vez
. Si con Renée Zellweger ya se había fantaseado en 2013 con su cambio de cara –mucho antes de la polémica que se vivió en octubre–, sobre la metamorfosis de Uma Thurman ya se ha hablado largo y tendido. Con la protagonista de Kill Bill pasó, concretamente, en 2013 y en 2014.
Primero, cuando acudió a un desfile de Armani Privé Couture en París en enero de 2013. Titulares de Por qué Uma Thurman no parece Uma Thurman ya poblaron las redes.
El mismo fenómeno explosionó el año pasado, cuando diversos artículos también se empeñaron en descifrar ¿qué se ha hecho en la cara Uma Thurman?
Con cirugía o sin, una mala foto o un mal gesto pueden reavivar ese debate que tanto fascina una y otra vez: el de castigar públicamente a mujeres famosas por su aspecto.
Que se lo pregunten, si no, a la pobre Anastacia.
4) Viralidad 'made in Spain'
Echando un vistazo a la prensa internacional, solo se hacen eco del supuesto 'cambio de cara de Uma Thurman' tabloides como el Daily Mail o TMZ. Si buscas Uma Thurman en The Guardian o The New York Times, por poner un ejemplo, sólo encontrarás noticias sobre la carrera de la actriz.
Sin embargo, en España no ha habido ni un solo medio de comunicación que no haya reproducido las fotos de la discordia.
Un dato significativo sobre el que deberíamos reflexionar.
5) Uma Thurman no es, ni será, la única.
No solo las actrices de mediana edad sufren un escrutinio físico obsesivo. Kim Novak (81 años) que reconoce sin ambages haber retocado su rostro, dio una lección al mundo cuando tras sufrir bullying por su aparición en los Oscar, denunció públicamente que no permitiría que su prestigio como actriz se viese empañado por los comentarios referentes a su físico.
En el otro lado de la balanza está la cantante Sia (39 años) que ha declarado públicamente que esconde su rostro porque no quiere ser criticada en Internet por su apariencia.
"No quiero ser famosa", ha declarado una y otra vez. En la pasada gala de los Grammy posó con una peluca gigante y cantó Chandelier de cara a la pared.
Curiosamente, desde aquí nos preguntábamos tras el episodio de Bridget Jones cuánto tardaríamos en vivir otro "escándalo fabricado a lo Renée Zellweger".
Y no, no ha sido Jennifer Aniston la diana de las burlas que imaginábamos.
Esta vez le ha tocado a Uma Thurman. ¿Quién será la próxima? Hagan sus apuestas.
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