Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

12 nov 2014

Los crímenes sin resolver de Hollywood

La lista 'hollywoodiense' de muertes atroces y misteriosas es muy larga: nosotros la resumimos para ti en esta lista de casos inescrutables.

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El pasado miércoles, tras más de un año desaparecido, un ejecutivo de 20th Century Fox llamado Gavin Smith fue encontrado muerto en las montañas de San Gabriel, cerca de Los Ángeles. Veterano de guerra y estrella del baloncesto universitario, Smith se había abierto camino en el departamento de distribución de la Fox hasta ocupar un puesto de importancia, lidiando a la vez con una vida personal caracterizada por los problemas matrimoniales y los problemas con las drogas. De hecho, el primer sospechoso de su muerte es John Creech, un traficante de drogas a cuya esposa Smith conoció durante su estancia en una clínica de desintoxicación. Desde hace dos años, el caso ha suscitado muchos rumores en los mentideros de Hollywood. Y es de suponer que, tras el descubrimiento del cadáver, los rumores vayan a más. Por lo pronto, hasta que la investigación ofrezca resultados y se celebre un juicio, la muerte de Gavin Smith queda como una más en la larga lista de crímenes sin resolver que se han producido en la Meca del Cine: desde asesinatos cuyo culpable nunca fue hallado hasta óbitos accidentales que podrían no haberlo sido tanto, el historial hollywoodiense de muertes misteriosas es largo y está lleno de morbo. Aquí te ofrecemos unos ejemplos.

La Dalia Negra

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Elizabeth Short no era una estrella de cine. En realidad, se trataba de una aspirante a actriz cuya familia se había arruinado en el crack bursátil de 1929, y que se abría camino por Hollywood entre tropiezos con la ley y amoríos diversos. ¿Por qué encabeza esta lista? Pues porque en 1947, cuando contaba 23 años, fue asesinada en un crimen de inusitada atrocidad que ha pasado a la historia como el más enigmático de la Meca del Cine: el cuerpo de la joven fue hallado en un solar, partido en dos pedazos y tan cruelmente mutilado que la persona que lo descubrió pensó a primera vista que se trataba de un maniquí. Tras el macabro hallazgo, la prensa sensacionalista adjudicó a la víctima el mote de ‘Dalia Negra’ (inspirado en La dalia azul, un thriller con guión del escritor Raymond Chandler, que se había estrenado el año anterior) y comenzó a enhebrar una leyenda que convertía a la víctima en toda una mujer fatal, y según la cual el asesinato tendría relación con la industria del celuloide. Algunas teorías conspiranoicas, de hecho, han llegado a considerar como sospechoso del crimen al mismísimo Orson Welles, con quien (se supone) Short habría concertado una audición poco antes de su muerte.
¿Se resolverá alguna vez? Improbable, por no decir imposible: las circunstancias del caso fueron tan difusas en su momento que se manejó una lista de 25 sospechosos. La cual, aunque con variaciones, ha permanecido igual de larga con el paso del tiempo. Incluso se ha especulado con que el culpable podría haber sido el ‘Asesino del Torso’, un serial killer activo en la ciudad de Cleveland entre 1934 y 1938, y cuyos desmanes (que, de rebote, atrajeron la atención de Eliot Ness, el que fuera líder de los Intocables) quiso llevar al cine David Fincher. La historia de la Dalia Negra inspiró una tremebunda novela del escritor James Elroy (L.A. Confidential)  adaptada al cine por Brian DePalma en 2006, y la película Confesiones verdaderas (1981, con Robert De Niro Robert Duvall de protagonistas).

Bob Crane

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¿Recuerdas la serie Los héroes de Hogan? Aquella sitcom, ambientada en un campo de prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial, resultaba sorprendentemente divertida, en parte gracias al trabajo de su protagonista Bob Crane. Un actor (antiguo batería de jazz y locutor radiofónico) cuya vida tuvo espacio para pocos chistes tras la cancelación del show en 1971: el encasillamiento le dejó sin muchos papeles entre los que elegir y su incursión como presentador de un talk show fracasó, con lo que Crane se vio relegado a actuar en bares y restaurantes. En 1978, con 49 años de edad, Crane fue encontrado muerto en la habitación del motel de Arizona donde se alojaba durante una gira. Había sido apaleado hasta la muerte con un objeto que, según los forenses, podría haber sido el trípode de una cámara, y estrangulado con un cable eléctrico.
¿Se resolverá alguna vez? El único sospechoso en firme del asesinato de Bob Crane fue John Henry Carpenter (nada que ver con el director de La Cosa), un viajante de comercio cuya mercancía era de lo más novedosa para la época: el vídeo doméstico. Tras conocerse durante el rodaje de Los héroes de Hogan, el actor y el representante comercial habrían fraguado una sociedad muy peculiar: mientras Crane se trajinaba a mujeres atraídas por su fama, Carpenter grababa a escondidas los actos sexuales. Sin embargo, una primera investigación en 1971 y otra realizada tras la reapertura del caso en 1990 no arrojaron pruebas concluyentes, con lo que Carpenter fue declarado no culpable en ambas ocasiones. La tenebrosa historia de Bob Crane fue retratada por Paul Schrader en su película Desenfocado (2002), con Greg Kinnear Willem Dafoe en los papeles del actor y de John Henry Carpenter.

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