La incertidumbre marcada por las tensiones en Hong Kong, Ucrania, Oriente Próximo e incluso el ébola
amenazan con resquebrajar la característica resistencia de las firmas
de lujo ante las crisis.
La reforzada prudencia del consumidor chino ha hecho suscitar la preocupación de grupos como Burberry y LVMH, añadiendo otro factor de inestabilidad a un panorama que se presenta complejo.
El sector del lujo ha experimentado un crecimiento del 2% gracias al turismo y las ventas del retail este último año.
Sin embargo, las perspectivas auguran un futuro difícil para una industria conocida por ser inmune a los trances económicos.
Los buenos resultados registrados en Burberry no han hecho mejorar las expectativas.
A pesar de haber contabilizado un aumento del 8% en las ventas durante los últimos seis meses, la firma británica ha advertido de que les espera “un entorno externo más difícil”, marcado por la volatilidad en los cambios de divisa.
El relanzamiento de su modelo clásico de gabardina esta temporada ha sido clave en las cifras positivas, pero su dependencia del mercado chino continúa siendo un factor de riesgo.
La suavización en el crecimiento de las ventas por parte del cliente asiático, tanto en China como en el extranjero –asociado al turismo–, se perfila como la causa principal de esta alarma.
Entre un 10% y un 20% de las ventas mundiales de productos de lujo se realizan en Hong Kong, por lo que si la inestabilidad política que asedia a la zona se prolonga durante mucho más tiempo, el sector podría verse afectado seriamente.
En Europa, los compradores al por mayor se muestran cautelosos ante un mercado más reticente. Christopher Bailey, presidente de Burberry, confía en la Navidad para retrasar la tormenta: “nunca hemos estado mejor preparados internamente para el tan importante período festivo”, dijo el martes.
En LVMH tampoco pecan de optimistas
. Las ventas del grupo han aumentado un 5,7% en el tercer cuatrimestre hasta los 7.390 millones de euros, pero al igual que Burberry, el conglomerado francés ha señalado un “entorno económico y financiero incierto”
. La solidez de la demanda de Estados Unidos y Oriente Medio está siendo minada por un desarrollo negativo en Europa del Este y Hong Kong, lo que perjudicará los resultados anuales, según ha informado el director ejecutivo de BNP Paribas Luca Solca a WWD.
Operar en el mercado del lujo no es garantía de éxito. Mulberry se enfrenta a unas previsiones sombrías: sus ingresos han caído un 17% en los últimos seis meses, y ha transmitido a sus inversores que los resultados anuales estarán por debajo de las expectativas “de forma significativa”.
Los analistas culpan de la situación al error de haber intentado competir con firmas de lujo de la talla de Fendi o Prada, algo que Godfrey Davis, presidente de la marca, intenta enmendar ahora reposicionando Mulberry dentro del mercado con precios más asequibles.
Incluso la todopoderosa Miuccia se enfrenta a un panorama lejos de lo ideal.
El pasado septiembre Prada anunció que abriría 15 tiendas menos de las 85 que había planeado para este año, tras saberse que sus beneficios netos habían disminuido en un 21% durante el primer semestre de 2014.
El descenso de las ventas en Hong Kong, Korea y Singapur ha sido el principal contribuyente
. La compañía ha expresado que no prevé mejoras en el mercado y que los resultados serán similares en la segunda mitad de 2014.
Moncler, Salvatore Ferragamo, Brunello Cucinelli y Coach ven caer el valor de sus acciones, mientras que el grupo Kering aguanta estoicamente.
Por su parte, Jimmy Choo tiene prevista su salida a la Bolsa de Londres con el objetivo de expandirse hacia Asia.
El crecimiento de la demanda por parte de los países emergentes del sur de Asia y del África subsahariana no es suficiente para compensar la desaceleración del mercado chino, y esto, sumado a las sanciones en Rusia, mantiene en alerta a la industria de la moda.
Sin embargo, los analistas observan otras amenazas al margen de la geografía, como señala Financial Times.
Un cambio en la actitud del consumidor del lujo hacia la diversificación de la demanda, así como la introducción de nuevas estrategias digitales son algunos de los puntos que marcarán la agenda de los grandes grupos de lujo en las próximas temporadas.
La reforzada prudencia del consumidor chino ha hecho suscitar la preocupación de grupos como Burberry y LVMH, añadiendo otro factor de inestabilidad a un panorama que se presenta complejo.
El sector del lujo ha experimentado un crecimiento del 2% gracias al turismo y las ventas del retail este último año.
Sin embargo, las perspectivas auguran un futuro difícil para una industria conocida por ser inmune a los trances económicos.
Los buenos resultados registrados en Burberry no han hecho mejorar las expectativas.
A pesar de haber contabilizado un aumento del 8% en las ventas durante los últimos seis meses, la firma británica ha advertido de que les espera “un entorno externo más difícil”, marcado por la volatilidad en los cambios de divisa.
El relanzamiento de su modelo clásico de gabardina esta temporada ha sido clave en las cifras positivas, pero su dependencia del mercado chino continúa siendo un factor de riesgo.
La suavización en el crecimiento de las ventas por parte del cliente asiático, tanto en China como en el extranjero –asociado al turismo–, se perfila como la causa principal de esta alarma.
Entre un 10% y un 20% de las ventas mundiales de productos de lujo se realizan en Hong Kong, por lo que si la inestabilidad política que asedia a la zona se prolonga durante mucho más tiempo, el sector podría verse afectado seriamente.
En Europa, los compradores al por mayor se muestran cautelosos ante un mercado más reticente. Christopher Bailey, presidente de Burberry, confía en la Navidad para retrasar la tormenta: “nunca hemos estado mejor preparados internamente para el tan importante período festivo”, dijo el martes.
En LVMH tampoco pecan de optimistas
. Las ventas del grupo han aumentado un 5,7% en el tercer cuatrimestre hasta los 7.390 millones de euros, pero al igual que Burberry, el conglomerado francés ha señalado un “entorno económico y financiero incierto”
. La solidez de la demanda de Estados Unidos y Oriente Medio está siendo minada por un desarrollo negativo en Europa del Este y Hong Kong, lo que perjudicará los resultados anuales, según ha informado el director ejecutivo de BNP Paribas Luca Solca a WWD.
Operar en el mercado del lujo no es garantía de éxito. Mulberry se enfrenta a unas previsiones sombrías: sus ingresos han caído un 17% en los últimos seis meses, y ha transmitido a sus inversores que los resultados anuales estarán por debajo de las expectativas “de forma significativa”.
Los analistas culpan de la situación al error de haber intentado competir con firmas de lujo de la talla de Fendi o Prada, algo que Godfrey Davis, presidente de la marca, intenta enmendar ahora reposicionando Mulberry dentro del mercado con precios más asequibles.
Incluso la todopoderosa Miuccia se enfrenta a un panorama lejos de lo ideal.
El pasado septiembre Prada anunció que abriría 15 tiendas menos de las 85 que había planeado para este año, tras saberse que sus beneficios netos habían disminuido en un 21% durante el primer semestre de 2014.
El descenso de las ventas en Hong Kong, Korea y Singapur ha sido el principal contribuyente
. La compañía ha expresado que no prevé mejoras en el mercado y que los resultados serán similares en la segunda mitad de 2014.
Moncler, Salvatore Ferragamo, Brunello Cucinelli y Coach ven caer el valor de sus acciones, mientras que el grupo Kering aguanta estoicamente.
Por su parte, Jimmy Choo tiene prevista su salida a la Bolsa de Londres con el objetivo de expandirse hacia Asia.
El crecimiento de la demanda por parte de los países emergentes del sur de Asia y del África subsahariana no es suficiente para compensar la desaceleración del mercado chino, y esto, sumado a las sanciones en Rusia, mantiene en alerta a la industria de la moda.
Sin embargo, los analistas observan otras amenazas al margen de la geografía, como señala Financial Times.
Un cambio en la actitud del consumidor del lujo hacia la diversificación de la demanda, así como la introducción de nuevas estrategias digitales son algunos de los puntos que marcarán la agenda de los grandes grupos de lujo en las próximas temporadas.
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