Las películas del director David Fincher van al cuerpo,
así una tras otra.
Esta vez nos referimos a su más reciente filme,
titulado Perdida (2014), cuyas imágenes parecen diseñadas con astucia de buen arquitecto
. Se basa en la novela homónima de Gillian Flynn.
Según sus palabras, la escritora Flynn (también guionista), con esa
novela ella tuvo algo en mente; dijo entonces: “Hay muchas mujeres que
luchan tanto como los hombres por ser buenas, pero que no pueden: hacen
el mal y son violentas”; este concepto le vino a Fincher como anillo al
dedo.
En efecto, con el filme Perdida
tenemos una relación tortuosa de amor y odio en una pareja casada,
donde el sexo amoroso y la violencia castrante pueden darse por gotas
iguales entre él, llamado Nick, y ella, llamada Amy.
Precisamente, cuando este matrimonio celebra su
quinto aniversario, Amy se esfuma sin razón aparente.
De ahí en
adelante, comienza a develarse una realidad bastante distinta a la que
se creía y las marañas internas empiezan a mostrarse.
Se piensa que Amy fue asesinada y el sospechoso inmediato es Nick.
Para
la policía esa es la pista, por lo que investiga al estilo cajonero de
cualquier programa televisual. Con burla, el mismo filme menciona La ley y el orden .
En río revuelto, ganancia de pescadores; así, mientras más se oscurece
el panorama, más aparece la prensa como animal carroñero, capaz de hacer
–de cualquier drama– una simple mercancía para más audiencia.
Buen trabajo. En este punto, David Fincher sí carga tintas con aguda mirada.
Como es su costumbre, la trama en manos de dicho director le sirve de
pretexto para indagar en la ambivalencia del bien y el mal
. Lo hace con
estilo propio.
Lo hace con autoría. Lo hace con criterio. Lo hace como
él quiere hacerlo y, de paso, darnos buen cine.
De manera menos escabrosa y permitiéndose alguna secuencia efectista, con Perdida
, Fincher resulta espeleológico en el análisis de la conducta humana y
sus conceptos están por encima de fórmulas visuales o de su propio arte
narrativo.
Esta es película para ver más allá de sus
apariencias: es para ahondar en la psicopatía moderna, con menos
tenebrismo visual, pero siempre para ver algo más que una historia de
pareja.
Es tensa denuncia de la locura en la sociedad contemporánea.
La película está narrada con precisión de buen cirujano o de fino
relojero, excepto hacia al final, donde no deja de ser redundante o, más
bien, insistente, casi obsesivo con el apunte último.
Ello no quita que David Fincher se muestre como es: realizador arduo, peor que zapato pequeño en pie grande.
De paso, logra el milagro de que Ben Affleck actúe bien, pero quien
destaca es la actriz Rosamund Pike.
Con ellos y demás sintaxis del cine
se tiene un filme impactante, con finura visual y sediciosa a la vez,
que siempre tiene a mano un coup de théâtre (golpe de teatro) para hacer imprevista la trama.
Esta es película obligatoria para cinéfilos y para adeptos al thriller
.
Es filme de un director que se respeta a sí mismo y tiene valor para
denunciar aquello que vive de las apariencias, incluso un país: su
país.
PERDIDA
Título original: Gone Girl
Estados Unidos, 2014
Género: Drama
Dirección: David Fincher
Elenco: Ben Affleck, Rosamund Pike
Duración: 145 minutos
Cines: CCM Cinemas, Cinemark, Cinépolis
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