Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

22 oct 2014

5 claves que hicieron de Óscar de la Renta un diseñador único

Fue el modisto del poder y el creador que antepuso los gustos y las necesidades de las mujeres a las modas.

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 Cincuenta años al frente de la firma que fundó.
 Hace unos días se conocía la noticia de que Oscar de la Renta había nombrado a Peter Copping, ex director creativo de Nina Ricci, como su sucesor. Sufría cáncer desde hace años, pero este gesto hizo saltar las alarmas; de La Renta amaba su trabajo, vivía para diseñar.

Ayer moría a los 84 años en su casa de Kent, en las afueras de Nueva York. Mes y medio antes, había presentado el que ya es su último desfile, una colección completamente fiel a las señas de identidad de su firma, porque este diseñador dominicano estaba al margen de modas y tendencias.
 Conocía muy bien el tipo de mujer que compraba y deseaba sus vestidos y nunca quiso ambicionar más. Quizá por eso, en cinco décadas, su casa se mantuvo siempre en una buena posición, impasible ante los cambios de protagonista en las firmas emblemáticas y ante los vaivenes de estilo a los que cada cierto tiempo se somete la industria.

Aunque siempre se le ha asociado con la vertiente más clásica y femenina de la industria, con de la Renta se va un diseñador que siempre tuvo claro cuál era su papel, que instauró un modo muy peculiar de entender y afrontar la moda. Su historia está llena de hitos que lo convirtieron en un personaje único:

1. Los mejores maestros: su idea inicial era dedicarse a la pintura, y emigró de su santo Domingo natal a España para estudioar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
 Pero comenzó a ganarse la vida dibujando figurines. Así fue como, poco tiempo después, comenzó a trabajar como asistente de Balenciaga.
 Y aunque posteriormente entró en Lanvin (y, ya en Estados Unidos, en Elizabeth Arden) siempre ha considerado al modisto vasco su verdadero mentor.

De su admiración y su trabajo junto a Balenciaga aprendió que la técnica debía adquirir un papel protagonista en los diseños y, sobre todo, que había algo más importante que la celebridad o el éxito mediático: las clientas. De la Renta, entonces y ahora, siempre se ha caracterizado por ser muy consciente de quién era la compradora final de su producto.
 Su trabajo nunca ha buscado llenar portadas o generar polémicas; simplemente embellecer a las mujeres, darles la oportunidad de ser el centro de las miradas en entregas de premios, recepciones y eventos sociales.
Y si de Balenciaga aprendió lo necesario para definir su estilo, de Elizabeth Arden aprendió lo necesario para gestionar su empresa.
 Cuando viajó a Estados Unidos, consciente de que no habría un hueco para él en París (la sombra de Dior y de los genios franceses era muy alargada), entró a trabajar a las órdenes de la gran dama de la cosmética.
 Si en Francia recibió lecciones de couturier, en América recibió lecciones de directivo. Sofisticación y empresa, artesanía y olfato comercial.
 Con esas claves, de la Renta creó una empresa única en su especie.
oscar de la renta 
Una Maravilla!!!

 

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