Usted me acompañó mucho y aprendí a saber lo que era una novela, por muchas que haya leído, mi juventud va unida a sus años de Soledad, no se vaya por favor, que el recuerdo es triste siempre y se acaba por llorar....
El escritor Gabriel García Márquez, de 87 años, está recibiendo
cuidados paliativos en su casa de la Ciudad de México debido al cáncer
que padece, según publicó este lunes el diario mexicano El Universal,
uno de los periódicos más importantes del país.
La familia del colombiano y los médicos, de acuerdo a esta información, decidieron no someter al escritor a un tratamiento oncológico por su avanzada edad y lo desarrollada que está la enfermedad. Una fuente consultada por EL PAÍS confirmó esta información.
Citando "fuentes confiables", el rotativo mexicano explica que el cáncer linfático que le afectó hace una década se ha expandido a otras partes del cuerpo como el pulmón, el hígado y los ganglios. La decisión de no atacar directamente la enfermedad y limitarse a mejorar su calidad de vida se tomó en base a la avanzada edad del paciente y a los órganos vitales que afecta el cáncer.
Horas después, una de las asistentas de García Márquez, Mónica Alonso, dijo en declaraciones a la agencia DPA que no le consta que el escritor padezca cáncer. “Nunca nadie nos ha hablado de eso”, señaló. Las dudas sobre el estado de salud del Nobel, que lleva residiendo en México desde hace más de tres décadas, se propagaron en redes sociales con la etiqueta #fuerzagabo.
El sábado llegó a México uno de los hijos del escritor, el cineasta Rodrigo, residente en Los Ángeles. El domingo, el médico Jorge Oseguera lo atendió en el domicilio durante una hora y cuarto. Unas enfermeras cuidan de él durante buena parte del día. Su entorno comentó durante la semana que estuvo ingresado que el periodista está de buen humor aunque un poco molesto con todo el revuelo mediático generado a su alrededor.
El autor de Cien años de soledad fue hospitalizado a finales de marzo.
Su hijo, Gonzalo García Barcha, dijo entonces que no se trataba de nada importante, tan solo de “una infección bronquial”. Cuando fue dado de alta y trasladado a su casa en una ambulancia, una portavoz del hospital en el que había estado internado, el instituto Salvador Zubirán, agregó que el escritor estaba “muy delicado” y que por el momento seguiría el proceso de recuperación en su casa de San Ángel, un barrio colonial del sur del DF. No especificó en qué iba a consistir ese tratamiento. Horas antes de la llegada de García Márquez, unos operarios llevaron hasta su hogar una cama ortopédica.
La familia del colombiano y los médicos, de acuerdo a esta información, decidieron no someter al escritor a un tratamiento oncológico por su avanzada edad y lo desarrollada que está la enfermedad. Una fuente consultada por EL PAÍS confirmó esta información.
Citando "fuentes confiables", el rotativo mexicano explica que el cáncer linfático que le afectó hace una década se ha expandido a otras partes del cuerpo como el pulmón, el hígado y los ganglios. La decisión de no atacar directamente la enfermedad y limitarse a mejorar su calidad de vida se tomó en base a la avanzada edad del paciente y a los órganos vitales que afecta el cáncer.
Horas después, una de las asistentas de García Márquez, Mónica Alonso, dijo en declaraciones a la agencia DPA que no le consta que el escritor padezca cáncer. “Nunca nadie nos ha hablado de eso”, señaló. Las dudas sobre el estado de salud del Nobel, que lleva residiendo en México desde hace más de tres décadas, se propagaron en redes sociales con la etiqueta #fuerzagabo.
El sábado llegó a México uno de los hijos del escritor, el cineasta Rodrigo, residente en Los Ángeles. El domingo, el médico Jorge Oseguera lo atendió en el domicilio durante una hora y cuarto. Unas enfermeras cuidan de él durante buena parte del día. Su entorno comentó durante la semana que estuvo ingresado que el periodista está de buen humor aunque un poco molesto con todo el revuelo mediático generado a su alrededor.
El autor de Cien años de soledad fue hospitalizado a finales de marzo.
Su hijo, Gonzalo García Barcha, dijo entonces que no se trataba de nada importante, tan solo de “una infección bronquial”. Cuando fue dado de alta y trasladado a su casa en una ambulancia, una portavoz del hospital en el que había estado internado, el instituto Salvador Zubirán, agregó que el escritor estaba “muy delicado” y que por el momento seguiría el proceso de recuperación en su casa de San Ángel, un barrio colonial del sur del DF. No especificó en qué iba a consistir ese tratamiento. Horas antes de la llegada de García Márquez, unos operarios llevaron hasta su hogar una cama ortopédica.
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