Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

8 oct 2013

Yoko Ono, la bruja expiatoria...........................del Blog Mujeres

Yes, I'm a witch 1330713418_390462_1330713655_noticia_normalI'm a bitch
I dont care what you sayMy voice is realMy voice speaks truthI dont fit in your waysYoko Ono (I'm a witch
(Sí, soy una brujaSoy una zorra,No me importa lo que digas Mi voz es realMi voz habla verdadesNo encajo en tus esquemas
Yoko Ono recibe el premio Oskar Kokoschka 2012 en Viena.
Circula por Youtube la primera entrevista que John Lennon y Yoko Ono concedieron a Dick Cavett en su show en la ABC estadounidense, allá por septiembre de 1971, durante la promoción del disco Imagine. Resulta conmovedor ver a un Lennon brillante, agrio, histriónico y mordaz, pero también nervioso, inseguro, tímido
. Algo impropio de quien ha sido, y quizás seguía siendo por aquel entonces, la mayor estrella musical del firmamento (con permiso de Paul).
Lennon y Cavett llevan el peso de la entrevista con un genial duelo de agudezas.
 Sin embargo, no están solos.
 Allí, discreta en un segundo plano, con intervenciones esporádicas, se sienta una japonesa de pequeño tamaño
. Resaltan los ojos enamorados con que mira a su John durante toda la entrevista, la forma en que lo apoya en su hemorrágico discurso, ese paso atrás con el que humilde le dice sin hablar ‘ok, eres la estrella, eres el p... John Lennon: adelante’, como una Letizia Ortiz mordiéndose la lengua para no interrumpir a su real marido.
 Hasta que llega el minuto 25. Es entonces cuando emerge la gran Yoko Ono. 
Dick Cavett, un hombre extremadamente amable, risueño y educado, se ofrece a ayudarla a encender su cigarrillo
. Ella le corta con un suave pero cortante  “no gracias”.
 Frente a una audiencia de millones. El anfitrión, sorprendido, le concede la palabra para que aclare su postura
. “Como mujer”, le explica, “me parece una tontería tener que esperar a alguien [que lo haga por mí, dice con gestos]...”. Palabra de Yoko.
Quizás no lo parezca por aquella velada entrañable que Dick Cavett les ofreció aquel septiembre de 1971. Pero no se engañen por la suavidad del momento: el mundo no debió de ser un lugar especialmente fácil de habitar para Yoko Ono entre 1969 y 1973
. Resultaba relativamente sencillo sentir rechazo por ella
. No es especialmente agraciada (al menos desde los cánones occidentales); su voz es estridente y, quizás por no ser su lengua nativa, no terminaba de hacerse entender cuando hablaba inglés (peor era cuando hablaba japonés, claro está).
Además, su arte resultaba difícil de comprender (sigue siéndolo) para el público en general: a diferencia de artistas convencionales como, por ejemplo, la banda que fundó su tercer marido, Ono no se basaba en la habilidad para componer o interpretar.
 Para ella, lo importante era el concepto, la idea.
 Su chirriante música, rayana en el expresionismo, era además lo más opuesto que se pudiese imaginar a los melódicos Beatles.
Por si esto no fuese poco, Ono nunca rehuyó los focos y disfrutó del altavoz público y la fama que le brindó Lennon. Nunca dudó en opinar en asuntos de la banda, o a la hora de tomar el micrófono y ponerse a cantar en los ensayos del disco Abbey Road
. Puestos a elegir el público prefería la discreción y suavidad de Linda Eastman (posteriormente Linda McCartney), o la belleza sin paliativos de Patty Boyd. 
 Yoko Ono irrumpió en la vida de Lennon en un momento en que el grupo más famoso del planeta se rompía con estrépito, delante de la mirada de todo el mundo. 
Y lo hizo dando un paso al frente.
Nadie en su sano juicio podría pensar que una sola persona podía acabar con un monstruo de la talla de los Beatles. Pero así fue: todos lo pensaron. Nacía Yoko Ono, la bruja.
690822_tittenhurst_park_07
Paul, Linda, John y Yoko, en un descanso de la última sesión fotográfica de los Beatles en Tittenhurst, agosto 1969. 
A finales de 1968 y durante 1969, la época en la que se hizo público el compromiso entre ambos, los Beatles seguían siendo un torrente de creatividad, pero la dinámica interna se había roto. Paul McCartney y su incansable profesionalidad se había hecho con las riendas del grupo, no sin el disgusto de los otros miembros.
 Lennon en cambio, tenía escarceos más serios con las drogas, además de su proverbial tendencia al gandulismo
. Aún así, no podía permitir que a su grupo lo gobernase otro
. O él o nadie.
 La solución, romperlo.
Su amor por Yoko Ono se convirtió en la gran excusa, la agarradera a la que se aferró.
 Él la impuso en el día a día de la banda, quizás inconscientemente, a modo de golpe en la mesa para demostrar quién era el jefe: ya que no podía vencer por canciones, marcaría territorio rompiendo las viejas reglas que habían regido.
 Cada acto de la pareja parecía pensado para fracturar más al grupo
. Como aquella contraportada del disco Two virgins, en el que posan desnudos
. Luego vendría lo de instalar una cama en el estudio 1 y usarlo para recibir visitas
. Ono fue el camino que Lennon escogió para escapar de los Beatles. 
Probablemente, de no haber existido ella habría escogido otra vía
. Pero el resultado habría sido el mismo. Y ella se dejó llevar, participó activamente en esta táctica. 
Y disfrutó con ello.

No hay comentarios: