Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

30 sept 2013

La madre de Asunta tenía a la venta la finca que registró la policía

VIDEO: ATLAS

Alrededor de un millón de euros es lo que pedía  Rosario Porto Ortega, la madre de Asunta Basterra Porto, por la casa que los abuelos de la niña tenían en Cacheiras, en la zona de Montouto, municipio de Teo, cerca de Santiago.
 El anuncio, acompañado de fotografías del interior de la vivienda,  presenta un inmueble de 400 metros cuadrados útiles construido en una finca de más de 10.000.

Los investigadores que analizan el caso del asesinato se han reunido este lunes con el juez que lleva el caso, José Antonio Vázquez Taín, y el fiscal.
 Según han confirmado a Europa Press fuentes del TSXG, los agentes han acudido esta mañana hasta el edificio de Fontiñas, donde se encuentran los juzgados de Santiago, para mantener una reunión con juez y fiscal sobre el caso.
 Esta reunión, para "contrastar datos" y "ver diligencias", es, sin embargo, "una más" de las que durante los próximos días está previsto que tengan los responsables de la investigación. Aunque es "esperable" que, dentro de la investigación, el juez llame a declarar de nuevo a los padres de la menor, en prisión provisional acusados del homicidio, el TSXG ha rechazado que este lunes se vaya a producir ninguna toma de declaraciones.
Por otra parte, el Instituto Rosalía de Castro, centro donde estudiaba la menor,  realizó un homenaje a Asunta ya que hoy sería su 13º cumpleaños de la pequeña.
 El acto en recuerdo de la niña, en el que han participado en representación de todos los alumnos escolares de segundo y tercero de ESO, ha consistido en un panel con fotos, 13 rosas y una interpretación musical.

¿Para qué sirven los notarios?........................Rosa Montero

José Manuel Pedrosa

Voy a contarles una historia tremenda con final feliz.
 No sé si recordarán el increíble caso de Juana Vacas, una anciana analfabeta de 75 años de Torredelcampo (Jaén) que se veía obligada a pagar las deudas del asesino de su hija
. ¿Que cómo podía suceder semejante disparate? Pues porque, a los cinco meses de la muerte de su hija Purificación (que padecía un 44% de discapacidad y fue reventada a martillazos por su marido, Fermín Jiménez, un fontanero alcohólico), Juana fue a arreglar los papeles de la testamentaría y aceptó la herencia de su hija, sin ser advertida por el notario de que, al hacerlo, lo que estaba heredando eran las deudas del criminal: 60.000 euros.
 Cuando se enteró, Juana creyó morir.
 Sólo cobra 600 euros de pensión y es una persona claramente indefensa. De los cuatro hijos que tuvo, sólo le queda una chica, Encarnación
. Los otros dos murieron a causa de la droga.
 Hay personas que, más que pasar por la vida, son atropelladas por ella.
Esta barbaridad incendió las redes: se recogieron 172.000 firmas en apoyo de Juana.
 Hasta que, a finales del pasado mes de julio, el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Jaén declaró nula la herencia y además les echó un rapapolvo a los notarios por no haber advertido a Juana debidamente
. De hecho, la juez señaló que en la notaría no se le habló a Juana “de la posibilidad de aceptar la herencia a beneficio de inventario”, una información que, obviamente, “no debió omitir”, porque, al aceptar a beneficio de inventario, el heredero “no queda obligado a pagar las deudas y demás cargas de la herencia sino hasta donde alcancen los bienes de la misma”
. Tras la anulación, todo el mundo respiró aliviado. Fue una de esas sentencias que parecen enderezar el orden del mundo
. Uno de esos pequeños actos de evidente cordura que permiten respirar un poco mejor.
"Los notarios, si quieren servir para algo, deben informar y defender a sus clientes"
Pero hete aquí que, en agosto, los notarios cometieron la suprema inclemencia de recurrir la sentencia ante la Audiencia Provincial, según contaba Pedro Simón en El Mundo.
 Leí la noticia y me estremecí. Se sentirán orgullosos esos notarios, pensé.
 Se sentirán contentos de sí mismos, me dije, alucinada.
 Cuando parece obvio que no informaron debidamente a Juana Vacas, prácticamente iletrada y sumida en el dolor
. Es evidente que nadie firma de manera consciente esa barbaridad, sobre todo cuando hay una fórmula tan fácil para evitar cargar con las deudas del asesino de tu hija.
Y, sin embargo, el Colegio de Notarios de Andalucía se había apresurado a defender, en un comunicado, la actuación de sus compañeros en el caso de Juana Vacas, y a descartar tajantemente que hubiera habido mala praxis.
Esa fue para mí la gota final, así que me puse a escribir este ar­­tícu­­lo indignada. Para empezar por el principio, me pregunté: ¿para qué demonios sirven los notarios? ¿Para qué los queremos?
 Se llevan un dineral sin hacer absolutamente nada, es decir, sí, se supone que tienen que ofrecer su rigor de testigos, su veracidad y su sabiduría para supervisar la operación y que nadie sea engañado.
 Es decir, su única obligación era la de explicarle a Juana lo que firmaba.
 Y explicárselo una y otra vez hasta que le quedara lo suficientemente claro.
Al parecer, apenas estuvieron un minuto y medio con ella, o sea, que se diría que ni siquiera se esforzaron mucho en contárselo.
 Pero es que aunque se lo hubieran dicho detalladamente, tendrían que haber insistido todo lo necesario hasta comprobar que la mujer lo había entendido.
 En fin, la situación era tan increíble, tan delirante, que, la verdad, sólo se podía entender que hubiera sucedido algo así imaginando el desdén de esos notarios ante la pobre mujer enlutada, de pueblo, nerviosa, analfabeta
. O el notario estaba malísimo, con fiebre, con gastroenteritis, casi desmayado, y era él quien no se enteraba (en cuyo caso no habría recurrido la sentencia), o simplemente le importaba un pepino doña Juana
. No se me ocurría otra explicación.
Pero entonces, cuando el artículo estaba a punto de imprimirse, salió en la prensa que los notarios habían llegado a un acuerdo con Juana (“por razones humanitarias”, dicen, aunque es por pura justicia, pero vale). Y, así, lo único que van a mantener en su recurso dos de los tres notarios condenados es que ellos no tuvieron nada que ver con la escritura de Juana
. Cosa que la mujer ha reconocido y exoneración que me parece lógica, puesto que normalmente los asuntos sólo se tratan con uno de los titulares del despacho. Punto final, pues, para la angustia, para el escándalo, para este disparate tan rotundo. Triunfó la sensatez.
 Eso sí, qué papelón el del Colegio de Notarios de Andalucía, ¿no? A ver si este triste caso recuerda a los notarios que, si quieren servir para algo, deben ser garantes de la Ley e informar y defender a sus clientes.
Twitter: @BrunaHusky
www.facebook.com/escritorarosamontero
www.rosa-montero.com

Piedad Bonnett: autorretrato del dolor innombrable

La escritora colombiana Piedad Bonnett. / julián lineros (EL PAÍS)

…Y Daniel sube corriendo por las escaleras mientras su madre se gira desde el escritorio para verlo antes de que él desaparezca. Una y otra vez. Es como si toda la vida Piedad Bonnett hubiera caminado hacia este dolor que no tiene nombre, incluso dando los pasos con los que creía evitarlo.
 Pero el joven pintor ya no está, se suicidó a los 28 años. Ya no es.
Todo son preguntas, “como mariposas enloquecidas revoloteando” alrededor de su cabeza. De ese zumbido mudo surgió un relato en el que a medida que desteje el amor materno en busca de respuestas, teje el de la vida con preguntas. Lo que no tiene nombre (Alfaguara) le puso por título
. Aún hoy, Piedad Bonnett (Antioquia, Colombia, 1951), que asistió ayer al Hay Festival de Segovia (España), lidia “tercamente con las palabras para tratar de bucear en el fondo de la muerte, de sacudir el agua empozada, buscando, no la verdad, que no existe, sino que los rostros que tuvo en vida (su hijo) aparezcan en los reflejos vacilantes de la oscura superficie”.
No es que quiera resucitar a Daniel, sino que busca saber quién era en realidad, cómo era aquel hijo que desde muy pequeño ya pintaba y era un perfeccionista en miniatura. Lo que no tiene nombre es un testimonio que se lee como una historia de vida que aborda el tabú del suicidio y establece un diálogo permanente con el lector porque, a medida que se acompaña a la autora en su desandar por la vida de su hijo, brotan preguntas, preguntas, preguntas encadenadas unas a otras con el oro fundido de la razón y la emoción que dan como resultado el encuentro con la belleza de la vida.

Duelo en primera persona

De la madre: Richard Ford, Mi madre(Anagrama).
Del padre: Héctor Abad Faciolince, El olvido que seremos (Seix Barral).
Del padre: Marcos Giralt Torrente, Tiempo de vida (Anagrama).
Del marido: Joyce Carol Oates, Memorias de una viuda (Alfaguara)
De la esposa: Francisco Goldman, Di su nombre (Anagrama).
De la hija: Isabel Allende, Paula (Plaza y Janés).
Del marido y la hija: Joan Didion, El año del pensamiento mágico y Noches azules (Global Rhythm y Mondadori).
Sobre la inminencia de la propia muerte: Christopher Hitchens, Mortalidad (Debate).
En medio del camino, el rastro de círculos que se cierran sembrando dudas sobre la existencia de un destino predeterminado, un sino.
Sobre todo el de la confrontación de una verdad que Piedad Bonnett descubrió temblorosa cuando era niña, y cuyo envés fue el suicidio de su hijo hace casi dos años y medio dejándola abismada ante lo desconocido. Mucho tiempo atrás, la niña descubrió el concepto de eternidad que imaginó como “un mar negro, infinito, sin orillas” que le produjo tal terror que sintió náuseas.
 Medio siglo después, un nuevo temblor y sensaciones parecidas la asaltaron ante la realidad de lo No eterno, la mortalidad.
 Pese a saber que sobre esa realidad podía precipitarse un día su hijo, que estaba en tratamiento psiquiátrico pero que llevaba una vida normal, aunque por dentro mantuviera un duelo perpetuo contra los demonios agazapados.
La autora de poemarios como El hilo de los días y novelas como Para otros es el cielo empezó a ver la historia cuando, abismada en el duelo, viajó con su esposo y sus dos hijas para apaciguar la devastación
. De la madre dolida emergió la escritora; la exploradora de historias, emociones y condiciones humanas, solo que esta vez desde su mundo más profundo y amado
. A partir de aquel viaje en tren por lugares hermosos, Bonnett empezó a desandar parte de su vida.
 Ahora, en su casa de Bogotá, a los pies de los cerros otoñales, y cerca del escritorio donde aún se da la vuelta para mirar las escaleras, recuerda con voz suave lo vivido...
“Es el libro más misterioso desde el punto de vista del proceso. La palabra no es tanto dolor en ese momento, sino terrible desconcierto; desconcierto con la vida, no es desconcierto de que él se matara, pero sí preguntándome ¿me pasó esto?, ¿cómo me pasa esto con este muchacho y después de todo lo que hicimos?, porque todos hicimos todo y no pudimos detener el destino, que fue la idea que hizo generar el libro”.
La palabra no es tanto dolor en ese momento, sino terrible desconcierto; desconcierto con la vida, no es desconcierto de que él se matara, pero sí preguntándome ¿me pasó esto?
Entre las preguntas que revolotean como mariposas enloquecidas se cuela el arte como refugio, el arte como reconciliador, la literatura como catalizadora…
“Uno suele decir que la literatura va por un lado y la vida por otro
. Nunca había comprobado de manera tan impresionante cómo literatura y yo somos una sola cosa. Porque lo primero que se me ocurrió fue escribir
. A partir de ahí fueron apareciendo preguntas sobre otras cosas: qué es un duelo o que significa perder a alguien
. A ese viaje me había llevado libros en los que esperaba hallar alguna aclaración ante la incertidumbre; entre ellos El Dios salvaje, de Al Álvarez, y de pronto comprendí la potencia dramática de esta historia que es como una tragedia griega: todos los pasos eran para que todo fuera exitoso y, como en Edipo rey, todo lo que iba pasando estaba mal.
La decisión de escribir fue tremenda. Fue lo que me permitió sortear el duelo
. Todo el tiempo estuve haciendo un movimiento de lo puramente emotivo, que me arrasaba, a un movimiento intelectual.
 Una de las preguntas más inquietantes era la que me había hecho Daniel, porque él sufría al tener un trastorno esquizo-afectivo: ‘¿Me ayudarías a llegar al final?’. El amor de una mamá es de tal naturaleza que prefiere el hijo muerto que el hijo sufriendo
. Cuando él me hizo esa pregunta, yo pensé sí, si este niño me dice: ‘Mamá, estoy sufriendo, no puedo vivir así, ayúdame a morir’, yo lo ayudo.
Esa es la dimensión del amor de la mamá”.
Él moriría en Nueva York, donde estudiaba arte en Columbia, mientras ella estaba en Bogotá
. Ahí empieza la historia.131 páginas en las que el lector es testigo de cómo ella “miraba vivir a Daniel con un secreto temblor”. La reacción de la gente ha sido cálida y le ha descubierto otras verdades…
“Se nos olvidó que la literatura está para conmover en el mejor sentido del término, no para hacer llorar, ni como algo sentimental.
 Pero sí para conectar con el alma del lector. La literatura se nos volvió una cosa muy intelectual.
 Yo estaba incluida dentro del paquete de los intelectuales haciendo maromas
. Y recordé que cuando yo entré a la literatura, a los 15 o 16 años, ella me consolaba, me ayudaba a vivir, me permitía soñar”.
La decisión de escribir fue tremenda. Fue lo que me permitió sortear el duelo. Todo el tiempo estuve haciendo un movimiento de lo puramente emotivo, que me arrasaba, a un movimiento intelectua
Una ligera y triste sonrisa se vislumbra en su cara al recordar que los lectores han señalado caminos equivocados que han tomado ciertos intelectuales y parte de la sociedad en aras de una modernidad y evolución mal entendida…
“Hay mucho un pudor. Les da pena expresar el sentimiento; no es que no sientan, pero niegan manifestaciones efusivas.
 Es resultado de la sobredimensión de la razón. Desde Descartes lo que hemos hecho es adorar y rendir un culto tremendo a la racionalidad, a costa de cosas tan importantes como la intuición y los afectos.
 Por supuesto hay unas corrientes que han tratado de recuperar eso pero siempre dentro de una mesura. Yo misma soy partidaria de una moderación, pero no de la negación del sentimiento.
 Y yo que estoy en la poesía sé que ella es la aseveración a través de la palabra de que hay una cosa que está más allá de la racionalidad”.
Se nos olvidó que la literatura está para conmover en el mejor sentido del término, no para hacer llorar, ni como algo sentimental. Pero sí para conectar con el alma del lector
Habla emocionada de las docenas de emails que recibe y que, también, le han descubierto otros desvíos de la sociedad, la enorme presión de éxito sobre las personas, la competitividad que horada todo lo demás…
Si alguna reflexión sale de este libro sería que solo es bueno lo que nos hace felices.
 Lo digo yo que duré 30 años como profesora en una universidad viendo a la gente joven, que es cuando se define la vida, haciendo cosas que no querían.
 Entonces a los más sensibles o con tendencia depresiva esto se les convierte en algo así como llevar el mundo sobre los hombros
. Y en algunos casos puede desencadenar el suicidio al que llegan no porque no quieran la vida o a sus padres sino porque no los quieren hacer sufrir. Los liberan de esa carga. El amor hace eso”.
Luego se detiene en los recuerdos. De esa compañía sí eterna.
 Los prefiere reales y no transferidos en las fotografías. Se rebela contra la invasión de esas imágenes estáticas que todo lo vuelven banal…
Por eso hago mucho el ejercicio de ver a Daniel en movimiento. Tengo listo un poema que nace de una imagen muy recurrente: él subía por la escalera y yo siempre estaba ahí en el salón como escritora.
 Ahora, en la ausencia, mi deseo es que él suba, lo veo emerger…”.
… hasta que las palabras de Piedad Bonnett encuentran un destello de felicidad al hablar de lo que sigue: una exposición que organiza de la obra de Daniel y la segunda edición del catálogo que publicará con el dinero del premio Casa de América de Poesía Americana, que le concedieron por Explicaciones no pedidas (Visor), la víspera de la muerte de su hijo, en uno de cuyos poemas dice:
y la literatura, ya sabemos
está hecha por dioses pequeños e impacientes
y a menudo rabiosos
que adoran lo que existe y sin embargo
viven de consagrar lo que no existe”.
'Autorretrato', de Daniel Segura Bonnett.

Adiós a 'Breaking bad': de Walter White a Heisenberg, en seis pasos Por: Natalia Marcos | 30 de septiembre de 2013


Heisenberg
Ha llegado. El momento de la despedida.
 Ayer se emitió en Estados Unidos el capítulo final de Breaking bad. Una serie que, para muchos, se ha puesto a la altura de títulos míticos como Los Soprano o The Wire
. Para saber si realmente es así necesitaremos tiempo y perspectiva, pero méritos no le faltan. El esperado episodio final no ha decepcionado (mañana lo comentaremos con más detalle). La expectación era máxima y la expectativas estaban por las nubes.
Más después de una tanda de capítulos finales que ha dejado a los fans de la serie al borde de la taquicardia y ha tocado su fibra sensible en repetidas ocasiones a través de los detalles de cada episodio.
 Todo tiene un porqué en Breaking bad. Incluso el título del último capítulo, 'Felina': anagrama de finale y unión de Fe (hierro, elemento dominante en la sangre), Li (litio, utilizado en la producción de metanfetamina) y Na (sodio, elemento químico presente en las lágrimas). Sangre, metanfetamina y lágrimas. Breaking bad.
Felina
Pero antes de la despedida final, repasamos algunos de los momentos que han marcado el cambio de Walter White, un profesor de química normal y corriente, en Heisenberg, el temido narcotraficante sin pizca de compasión.
1 - El poder de la química
Antes ya había dado muestras de la persona en la que se iba a transformar, pero con Tuco Salamanca Walter empieza realmente su conversión en Heisenberg. El cristal de fulminato de mercurio le permite hacer frente al traficante de droga, un violento sociópata.

2 - "Yo soy el peligro"
La relación de Walter con Skyler y con su familia va cambiando a lo largo de la serie.
 Todo saltará por los aires en la última temporada, pero la cuarta marca un cambio en la actitud de Skyler hacia él. "No estoy en peligro, Skyler, yo soy el peligro". Es Heisenberg el que habla en uno de los monólogos inolvidables de la serie.

3 - La risa de Heisenberg
En el lugar donde solía guardar su dinero, Walter descubre que ya no está. De la desesperación, pasará a un ataque de risa que hiela la sangre. La cámara se aleja mientras deja a Walter en ese agujero de su casa.

4 - "I won"
Uno de los grandes rivales de Walter fue Gus Fring. El dueño de Los Pollos Hermanos tendrá a Walter y Jesse a su servicio durante muchos capítulos. El último episodio de la cuarta temporada deja una de las muertes más impactantes de la serie y a Heisenberg tomando control definitivamente del señor White. Su llamada a Skyler para presumir de su victoria marca el principio del fin.

5 - El ego de Heisenberg
El séptimo capítulo de la quinta temporada empieza en alto y termina todavía más alto. Ya no queda ni rastro de aquel Walter White de los primeros capítulos. Hace tiempo que no necesita el sombrero para disfrazarse de Heisenberg. Él es Heisenberg. "Di mi nombre".

6 - Ozymandias
Antes de llegar al final (mañana hablaremos de él), el capítulo 14 de la quinta entrega, el antepenúltimo de la serie, fue uno de los más comentados de esta última tanda de episodios, quizá uno de los mejores capítulos de la serie. En constante tensión y sin descanso. Desde el lugar en el que todo empezó hasta la última huida. El principio es dramático, y esta confesión de Walter a Jesse duele como si le diera un tiro.

29 sept 2013

Los amores de un torero


http://youtu.be/EwVODokMJYo
http://youtu.be/LyjSuyKIPp8

La Filmoteca Española recuerda este mes de septiembre la figura de Carmen Amaya y su paso por el cine en el 50 aniversario de su fallecimiento
. El ciclo recoge casi toda la filmografía que realizara la genial bailaora, algunos títulos nunca vistos en España y otros ya míticos en la historia cinematográfica tales como La hija de Juan Simón (José Luis Sáenz de Heredia, 1935), en su primera intervención de importancia como artista invitada; María de la O (Francisco Elías, 1936); el corto El embrujo del fandango (Jean Angelo, 1940), hasta Tarantos (Francisco Rovira Beleta, 1963) que sería su última actuación y que la universal artista no vio representarse. Gran parte de su paso por los rodajes aconteció entre 1936, fecha en que sale de España acompañada por su familia, hasta el año 1947 cuando regresa convertida en una artista reconocida mundialmente.
 De esta época pertenecen títulos rodados en Estados Unidos como Follow the Boys (Sueños de gloria, Eddie Sutherland, 1944), See My Lawyer (Entiéndase con mi abogado, Edward F. Cline, 1945), ambos en los estudios Universal, y Knickerbocker Holiday (Pierna de plata, Harry Joe Brown, 1944).
También de esta época es el filme Los amores de un torero. Pasión gitana, dirigida por José Díaz Morales, y realizada en México durante el año 1945. 
La película es un melodrama clásico del cine mexicano, como también un tópico argumental de las relaciones entre un torero y una gitana que tan habitualmente se han trasladado a la vida y a la literatura.
 Hoy (25 de septiembre) se proyecta en la sala 1 del cine Doré en Madrid y merece la pena el paseo por la fuerza testimonial de la mítica bailaora.
 Precisamente, en los próximos días se exhibirán dos documentales: Bajarí, en el cual la directora catalana Eva Vila reconstruye la escasamente conocida etapa de Carmen Amaya en la capital azteca, y El fabuloso Sabicas, realizado por Pablo Calatayud para homenajear al guitarrista flamenco que coincidió artísticamente con Carmen Amaya durante su exilio en las tierras mexicanas

Cambio de caderas...................Boris Izaguirre

La llegada del embajador de EE UU con su compañero es una nueva diplomacia y la constatación de que la compota de peras y manzanas de Ana Botella ya anunciaba que la señora no entendía nada.

 

El Rey recibe las credenciales del nuevo embajador de EE UU, James Costos. / EFE

E l martes, en el palacio de Cibeles, se inauguraba una refinada exposición sobre la piel y su relación con Hermès, la marca francesa de marroquinería.
 Muchos esperaban encontrarse a la alcaldesa entregando al viento sonrisas y mala peluquería, pero nadie la vio. “Es un momento poco relajado”, susurró una allegada.
 Seguramente porque es ahora cuando se da cuenta del fracaso, de que su electorado no cesa de manifestarse como engañado en cenas y cafés. “Nos hicieron creer que nos quedaríamos con los Juegos Olímpicos sabiendo que era casi imposible. ¿Por qué idearon esa estrategia?”, se pregunta un aristócrata muy vinculado al mundo olímpico
. Pero ahora que Eurovegas huele a chamusquina, se acumulan la molestia con las preguntas: ¿cuánto costó la operación olímpica? ¿Es cierto que la delegación española duplicaba a la japonesa? “Spain is different”, acuñó Fraga cuando Botella ni soñaba con que fuera más importante saber idiomas que rezar.

Otra operación, la de cadera del Rey, nos ha permitido ver y opinar sobre la decoración de La Zarzuela. Forma parte de esa manera distinta con que los españoles asumimos todo
. Mientras desde casa muchos asistíamos al degüello público del doctor Villamor, varios empezaron a opinar sobre el arreglo del salón. “Tan antiguo”, se escuchó.
 Pero ¿cómo se debe decorar un salón de recepción? En el ranking de palacios, Versalles y el Ermitage son insuperables.
 Los otros van a la zaga o a lo mejor se infectan del provincianismo de sus cortesanos. La verdad es que el magnífico tapiz de la batalla de Tesino merecería que se difundieran mejores noticias delante de él.
 Los premios al talento nacional o a la ciencia. O el anuncio de que el melón de la Constitución finalmente será abierto por un lado
. Ante esa imagen de médicos reales traídos de una lejana república, lo que quedaría bien en ese salón es un discurso sobre el cambio de cadera que necesita el país.
 Un cambio o un recambio. Hablar del derecho a decidir, del deber de decidir o del temor a hacerlo. Rajoy insiste en que nada cambie porque puede ser peor.
 ¿Hay algo peor que el miedo a no decidirse?
Vivimos un tiempo donde afrontamos lo bueno y lo malo de decidir
. Sanidad, por ejemplo, ha sucumbido al deseo de Eurovegas y ha accedido a que se pueda fumar dentro, pero donde no haya crupieres
. Es decir, donde las máquinas tragaperras deciden
. Esa imagen de la ludópata solitaria fumando ante una máquina probablemente no influya en la insana decisión de la ministra Mato, pero podría convertirse en el símbolo del país en el que vamos convirtiéndonos: fumadores esperando entre el azar y la necesidad.
También con mucha decisión, Jessica Bueno se ha marchado de Sevilla.
 La madre del primer nieto de Isabel Pantoja se muda con su niño hacia Éibar marcando distancia con Kiko Rivera, el padre de la criatura.
 En el mundo rosa casi no se habla de otra cosa, ninguneando que Pantoja esté en México con Juan Gabriel en la grabación de un disco que rehabilitará a la lesionada diva. Jessica ha decidido eso tan propio del corazón, “rehacer su vida” y plantearse un nuevo horizonte para ella y su hijo.
 También es cierto que ser nieto de la reina (de la copla) ayuda mucho a la economía doméstica.
 Tanto Jessica Bueno como Artur Mas y el señor Adelson (el de Eurovegas) mantienen algo en común en su lucha por la independencia: la necesidad de un marco legal favorable que les permita desarrollar su soberanía, sus negocios y, en el caso de Jessica, sus movimientos.
Algo se mueve en las embajadas.
 La llegada del embajador norteamericano, James Costos, entre los nuevos diplomáticos que vivieron la entrega de credenciales al Rey más exprés del actual reinado, está obligando a muchos madrileños a cambiar de planes y de modales.
 El embajador Costos invita el próximo lunes a un cóctel en su embajada en compañía del decorador Michael Smith, su pareja e interiorista de fama internacional, sobre todo por sus mejoras en la Casa Blanca. Medio Madrid está en un ¡ay!
 Las cabinas de los centros de belleza bloqueadas, las peluquerías colapsadas y todos los entrenadores personales convencidos de que la diplomática pareja les ha escogido.
 Hasta en la organización del Miss Venezuela están maravillados del simbolismo en la invitación: “El Embajador de Estados Unidos y el señor Michael Smith se complacen en invitar al señor Boris Izaguirre y Esposo”
. Es una nueva diplomacia y la constatación de que la compota de peras y manzanas de Ana Botella ya anunciaba que la señora no entendía nada.
Y así sigue
. La pareja en la Embajada americana puede poner muy de moda esa casa (que algunos tildan de rancia cuando en realidad, como diría Malú, tiene mucho rollo), y al matrimonio igualitario, como adalid del nuevo anfitrión.
Otro aire de cambio es la cruzada de Ignacio Buqueras, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE), que por sus siglas suena a Ivanhoe. Buqueras lleva 10 años empeñado en que nuestros horarios son equivocados básicamente porque somos los únicos en el mundo con ellos
. Donde muchos piden detener el tiempo o regresar al pasado, Buqueras quiere cambiarlo para encontrarle razón y futuro.

La joya de la familia Porto

La casa de campo de la madre de Asunta fue la ilusión de los abuelos

Ahora es considerada por los investigadores una pieza clave para descifrar el crimen.

Un agente toma imágenes de la casa de campo de la madre de Asunta. / óscar corral

Había sido el capricho de la abuela de Asunta, y aún después de su muerte, poco antes de la Navidad de 2011, aunque ya nadie frecuentase aquel paraíso, la hierba jamás dejó de estar cortada.
 La casa grande de A Póboa fue, según los vecinos de este enclave de Teo situado a siete kilómetros de Santiago, la primera “propiedad de rico” que hubo en el lugar.
 Más adelante llegaron otros, y se construyeron muy cerca las primeras urbanizaciones de adosados que conocieron las afueras de la capital de Galicia
. Pero al caserón que imaginó y consiguió levantar hace más de tres décadas la catedrática de Historia del Arte Socorro Ortega ninguna otra mansión fue capaz, aquí, de hacerle sombra.

La niña Asunta Basterra, en una fotografía publicada en su blog.
Para realizar su sueño, los padres de Rosario Porto, ahora presunta parricida, compraron una parcela de 9.400 metros cuadrados, algo poco visto en la tierra donde reina el minifundio
. Respetaron el robledal autóctono y enseguida plantaron unos cipreses y cedros que hoy dominan la finca. Cerraron todo con un muro alto y en la parte correspondiente a la fachada principal, junto al portalón de entrada, encargaron colocar una cruz de piedra
. Fue seguramente con el tiempo, conscientes de que aquella propiedad llamaba demasiado la atención, que ordenaron defender su particular baluarte con cristales rotos, verdes y blancos, de botella.
 Cualquier ladrón que osase saltar aquellos muros se dejaría en el intento, al menos, los pantalones.
En el interior, en la parte más alta de la parcela en pendiente, mandaron construir dos casas de piedra con reminiscencias del regionalismo gallego, un gran hórreo consonante con el estilo de las viviendas, un cenador, una piscina de 170 metros cuadrados y un espacio deportivo con cancha de tenis que ocupa 668 metros cuadrados de terreno.
 Ahora, junto al hórreo, también hay un columpio de hierro pintado de colores que parece bastante nuevo.
Cuando llegaban los fines de semana a su casa de campo, en A Póboa (Cacheiras, Teo), “todo el mundo se enteraba”. Ramón, nacido en el lugar, cuenta que allí apenas había coches y “se notaba que llegaba la mujer del abogado [por Socorro Ortega, miembro de la Academia Galega de Belas Artes] tocando el claxon: no le gustaba nada que los vecinos tuviesen apilada la leña en el camino”.
 Según Ramón, ella era la que estaba pendiente de las obras de la casa, “era exigente”, tenía una idea clara y no le valía otra cosa
. Mientras, la niña Charo jugaba alguna vez con las vecinas de su edad, pero la relación se cortó pronto. Ahora, en A Póboa, Rosario solo se trataba con un recién llegado al vecindario, el mismo que le advirtió el sábado 21, pasadas las nueve, que encendiera las luces del coche porque anochecía.
La joya de los Porto, un escenario que la investigación considera clave para descifrar este inexplicable crimen, sigue a nombre de los abuelos de Asunta pero su hija, la heredera, arregló ya la transmisión y últimamente, como propietaria legítima, intentaba venderla sin éxito.
 Ni Rosario Porto ni su exmarido Alfonso Basterra tenían un trabajo fijo
. Él buscaba colaboraciones y ella recibía encargos de representación de un inmobiliario que la obligaban a viajar a Marruecos.
 Tras morir su padre, cerró el bufete de abogados.
 Una amiga dice que le contó que esa profesión no era lo suyo y prefería dedicarse a “disfrutar” de la niña, que se le “hacía mayor”.

 

El rescate de un ‘cézanne’

Hay una pequeña calle en la City de Londres, Hatton Garden, que es desde la Edad Media centro neurálgico del negocio de diamantes, piedras preciosas y joyería al por mayor.
 Aunque no faltan tiendas convencionales con escaparates repletos de anillos de boda, muchas tienen cristaleras opacas y un guardia de seguridad en la puerta.
En esa misma calle tiene su sede The Art Loss Register, una de las compañías más curiosas del mundo: se dedica a localizar y recuperar obras de arte robadas. “Todo tipo de arte, desde instrumentos musicales a vasija, cubertería, monedas, pinturas, esculturas.
 Todo el rango de cosas que se venden en los mercados de antigüedades”, explica Julian Radcliffe, su propietario, un hombre casi tan misterioso y enigmático como los joyeros de Hatton Garden.
Radcliffe irradia una vitalidad exuberante aunque ya parece tener cierta edad. Responde a todo, pero con la ambigüedad de un viejo zorro que ha dado muchas vueltas en esta vida
. Ha sido medio agente secreto, los fines de semana se convierte en granjero al frente de una explotación de vacas y ovejas y los días laborables los dedica a buscar arte robado… y a muchas cosas más.
The Art Loss Register es a duras penas rentable, pero Radcliffe no vive de amor al arte. “Tengo varias compañías. Soy lo que los británicos llaman un empresario en serie. Esta es solo una de mis compañías”, explica. ¿Qué tipo de negocios hace?
“Fundé una empresa de seguros de riesgo político en Lloyd’s. Luego una compañía llamada Control Risks, que es bastante grande, con 800 personas, y es la principal consultora de seguridad política en el mundo. Luego una compañía que recupera equipamiento robado del sector de la construcción. Una compañía de subcontratación en la India. En fin…”.
Uno se imagina que la tarea de Radcliffe consiste en esperar a que un ladrón de cuadros le llame un día para proponerle un trato y que él acaba haciendo de intermediario, como si estuviera pactando el pago de un rescate para liberar a una persona secuestrada.
 “Oh, eso es una parte muy pequeña de nuestro trabajo.
 Son casos excepcionales”, se sacude la pregunta con modestia. Modestia un poco falsa, porque luego se le escapa que empezó este negocio “porque me lo sugirió un ejecutivo de Sotheby’s que sabía que yo había tenido éxito en control de riesgos y en casos de secuestros, en seguridad personal y en negociaciones gubernamentales y me dijo que por qué no hacía eso en el mundo del arte robado”.
 ¿O sea que sí ha hecho de mediador en secuestros?
 “Al principio, en control de riesgos, sí. Una de las compañías ha tratado más de 2.000 asuntos relacionados con secuestros”.
En realidad, la tarea de The Art Loss Register consiste en estudiar de forma paciente los datos de miles de obras de arte que salen cada año a la venta y cruzarlos con los datos de 350.000 obras de arte robadas que conforman la base de datos que la compañía ha ido construyendo desde que fuera creada hace 22 años. Muchos más que los 57.000 que tiene registrados Scotland Yard o los 40.000 de Interpol.
Cada día, una treintena de empleados, algo más de veinte radicados en Dheli (India), llevan a cabo la meticulosa tarea de cruzar lo que está en venta con lo que fue robado, hace a lo mejor 20 o 30 años. “Nuestro trabajo consiste en recuperar piezas que han sido robadas, o piezas falsas, que son una gran parte del mercado de arte.
 Cada año chequeamos unas 400.000 piezas que nos facilita la policía o que van a los mercados y las cruzamos con nuestra base de datos para evitar que puedan ser vendidas”, explica Radcliffe.
 “Cada día encontramos unos 50 objetos que coinciden con los que figuran en nuestro catálogo como piezas robadas.
 Y de esos 50, dos o tres acaban coincidiendo por completo”.
“Luego entablamos negociaciones para conseguir que las piezas robadas sean devueltas a sus verdaderos dueños. Y eso puede ser muy complicado porque la gente que las tenía asegura que las han comprado de buena fe y que los dueños son ellos y no los que fueron víctimas del robo inicial o su compañía aseguradora”, añade.
“Cuando empezamos, muchos de los individuos con objetos robados eran estafadores o casi, porque no sabían que les estábamos buscando. Ahora no venden en el segmento alto del mercado, venden por menos dinero, que es parte de nuestro objetivo: que el robo de arte sea menos rentable para los criminales.
 Y la gente que las saca a la venta en las grandes subastas no saben que se trata de obras robadas, pero tampoco han hecho lo que tenían que haber hecho: antes de comprar, comprobar con nosotros que no se trata de obras robadas”, advierte Julian Radcliffe.
El valor medio de cada pieza recuperada es de unos 9.500 euros, “muy poco dinero”.
La compañía tiene tres fuentes de ingresos: carga un porcentaje (que puede llegar hasta el 20%) a la persona o entidad que recobra la pieza; cobra unos 30 euros por cada pieza robada registrada en sus archivos y cobra por la utilización de su base de datos, un servicio que genera en torno a tres cuartas partes del cerca de millón de euros que ingresa la firma en un año.
Pero de cuando en cuando llega algún caso que se convierte en noticia
. Como la recuperación en 1999 de una obra de Paul Cézanne, Bouilloire et fruits, que había sido robada en 1978 junto con otros seis cuadros al millonario Michael Bakwin en su casa de Stockbridge (Massachusetts, Estados Unidos).
 El supuesto ladrón, David Colvin, había muerto tiroteado en 1979 y los cuadros se los quedó su abogado, Robert Mardirosian. Este intentó asegurarlos en Londres en 1999 para sacarlos a la venta, pero la aseguradora sospechó y se puso en contacto con la empresa de Radcliffe.
Este, en colaboración con el FBI y la policía suiza, logró tender una trampa a Mardirosian y recuperar el cézanne, que luego fue subastado por 29,3 millones de dólares (equivalentes hoy a unos 33 millones de euros). “Pero ese es un caso excepcional”, asegura Radcliffe con modestia.

El cuadro de Cézanne que The Art Loss Register logró recuperar, cuando salió a subasta en1999

“Sospecho que pudo encubrir a su esposa”, declara el padre de Basterra

Todos los conocidos de la pareja coinciden en que tenía una gran dependencia de su esposa.

 

Alfonso Basterra, en un registro, el pasado miércoles. / óscar corral

Ramón Basterra, el abuelo paterno de Asunta, confesó anoche en una entrevista en Tele 5 que no descarta que su hijo Alfonso haya encubierto a su exesposa, Rosario Porto. “Estaba enamoradísimo de ella y sospecho que pudo encubrirla en algún momento.
 Aunque esto solo es un pensamiento mío”, señaló Basterra desde su domicilio de Bilbao
. El padre, con todo, dejó claro su afecto por el hijo que hace más de dos décadas abandonó el País Vasco para establecerse en Galicia: “Cosa más cariñosa, más atenta, más sacrificada... Y la niña era su suspiro”.

La imagen que tenía el periodista Alfonso Basterra en Santiago no difiere mucho de la descripción de su padre. Se llevaba bien prácticamente con todos sus compañeros de profesión y siempre se había mostrado como un hombre afable, de aire bonachón.
Todos los conocidos de la pareja coinciden en que tenía una gran dependencia de su esposa, una mujer aparentemente de más carácter que él. Por eso resultó una sorpresa que hace un año la pareja se separase. Aunque fuese una separación un tanto atípica, porque seguían viviendo casi puerta con puerta. “Charo no cocinaba y Alfonso, como buen vasco, lo hacía muy bien, así que los tres comían casi a diario en casa del padre”, cuenta una íntima amiga de la familia.
Los allegados a la pareja coinciden también en que Basterra se volcó con su exesposa cuando esta, el pasado julio, fue hospitalizada en Santiago.
 Pocos días antes, había sucedido el episodio de la academia de música adonde la niña llegó con síntomas de haber ingerido un exceso de fármacos.
 Era el padre el que llevaba siempre a Asunta a esa clase. Rosario contó a sus amistades que el motivo de su ingreso en el hospital fue un brote de la enfermedad degenerativa que padecía (el lupus), que produce inflamaciones en las articulaciones y en diversos órganos del cuerpo.
 La abogada seguía un severo tratamiento por esta dolencia, que, según los médicos, puede producir también depresión en los pacientes.
Después de salir del hospital, según relata una persona muy cercana, Porto no regresó con la niña.
 Unos amigos que tienen una casa en las Rías Baixas convencieron a la mujer de que se fuese con ellos y allí pasó unos días de descanso, lejos de Asunta.
 A pesar de todo, según repetía aún el pasado lunes en el velatorio de su hija, desde entonces su estado anímico no había mejorado.

Las palizas de Billy el Niño

El ex inspector de policía dejó una huella imborrable en decenas de víctimas

Le recuerdan como un personaje histriónico, teatral y muy violento.

 

Billy el Niño, en 1981. / EFE

Juan Antonio González Pacheco, Billy el Niño, se empeñó en que centenares de estudiantes que pasaron por sus manos en la siniestra primera planta de la Dirección General de Seguridad, en Madrid, no le olvidaran.
 Y lo ha conseguido.
 Una legión de sus víctimas reaparecen ahora con testimonios espeluznantes, todos diferentes, pero con un siniestro nexo común: el inspector que les torturó era un violento histriónico que gozaba con el dolor que les infligió.
Treinta y siete años después de la disolución de la Brigada Político Social —policía política del franquismo—, la memoria de estas víctimas perturba la paz del exinspector de 67 años, flaco como un espárrago, que pasea por el centro de Madrid con sus zapatos clásicos embotado en impecables trajes con pañuelo y camisas de gemelos y corbata a juego.
 Billy toma el aperitivo en Lucio y se reúne a cenar con viejos colegas de la policía para recordar sus hazañas contra el FRAP, GRAPO y ETA: desde la liberación del teniente general Villaescusa hasta el rescate del retablo robado de San Miguel de Aralar
 . “Nunca se habla en estas cenas sobre a quién se le iba la mano”, asegura un comisario.
Pocas víctimas recuerdan los nombres de los agentes que les golpearon, en su mayoría funcionarios anónimos, pero el inspector González Pacheco, nacido en el seno de una humilde familia de Aldea del Cano (Cáceres), dejó su huella personal en cada interrogatorio. José Luiz Uriz, de 64 años, ex parlamentario socialista navarro, pensó que iba a morir en sus manos: “Situado justo detrás de mí, me daba fuertes golpes en la nuca mientras otro de sus compañeros decía: ‘Ten cuidado que se te va a ir la mano otra vez y te lo vas a cargar’. Y él respondía: ‘No importa, hacemos como con Ruano [estudiante muerto durante la dictadura], lo tiramos por la ventana y decimos que se quería escapar”.
Te obligaba a hacer el pato:  andar en cuclillas con las manos esposadas y descalzo. Luego te golpeaba con una porra en los pies
Luis Suárez, arquitecto urbanista, cayó en las manos de Billy el Niño hace 40 años. Tenía 24 y militaba en la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) cuando el policía y sus compañeros fueron a detenerlo en su casa del barrio madrileño de Chamartín. El interrogatorio duró tres días.
 “Era verano, hacía mucho calor y te ponían un anorak cerrado para pegarte puñetazos y dejarte menos marcas. Me hicieron hacer el pato. Tenías que andar de rodillas con las manos esposadas y los pies descalzos. Cuando llegabas a una esquina, te golpeaba con una porra en las plantas de los pies.
 Disfrutaba, lo hacía por afición. Estaba encantado de estar allí. Tenía un interés personal en que le recordaras. Le obsesionaban nuestras relaciones personales y preguntaba quién se follaba a quién
. Me decía: ‘Los trotskistas hacéis el amor libre, ¿verdad?’. Me pareció un tipo enfermizo”.
La pistola de González Pacheco estuvo muy cerca de la cabeza de muchos estudiantes, en su mayoría jóvenes comunistas a los que en los años setenta se detenía por asociación ilegal. Jesús Rodríguez Barrios, de 59 años, entonces militante de LCR y ahora profesor de Macroeconomía en la UNED, la tuvo a escasos centímetros de su sien y escuchó el sonido de sus balas. Billy le esperaba en la puerta de su casa y cuando huyó le dio el alto a golpe de disparos. “Me interrogó tres veces. Una vez sacó su arma, me encañonó y me dijo: ‘Si te pego un tiro no pasa nada’. Era muy chulo, un exhibicionista que torturaba por placer. Su apodo viene porque era de gatillo fácil y hacía ostentación de su arma”.
Algunas denuncias llegaron a los juzgados
. En 1973, una querella presentada por Enrique Aguilar Benítez de Lugo, otra de sus víctimas, logró que le impusieran una multa. Un año después, el Juzgado Municipal número 19 de Madrid le condenó a un día de arresto y una multa de 1.000 pesetas (seis euros) por una falta de malos tratos y coacciones a Francisco Lobatón, algo “inaudito” en opinión del periodista. Otros procesos se sobreseyeron al beneficiarse de la Ley de Amnistía de 1977.
Sacó su arma, me encañonó y me dijo: si te pego un tiro no pasa nada
Miguel Ángel Gómez, de 60 años y funcionario en Galicia, cayó en sus manos en varias ocasiones. “Temí por mi vida. Lo recuerdo como un sádico terrible. Nadie me ha hecho tanto daño físico en mi vida como él. Me obligaba a ponerme de rodillas y me golpeaba con una porra con auténtico odio.
 Daba muy fuerte. Algunos de los grises (antiguos agentes de la Policía Nacional) que estaban presentes no podían ocultar su malestar por lo que estaban viendo, parecían escandalizados.
 En la enfermería coincidí con Benítez de Lugo. Tenía una herida tremenda en la nalga. Me dijo que había sido Billy”.
La edad de los detenidos no frenaba a González Pacheco. Alfredo Rodríguez, de 56 años, tenía 17 cuando el policía lo arrastró tirándole del cabello. Le habían detenido por manifestarse en una jornada contra la carestía de la vida. “Quería ser el protagonista delante de sus compañeros, gritaba, gesticulaba y exageraba. Te pegaban siete u ocho, pero él siempre llevaba la voz cantante”.
En 1977, Billy el Niño fue condecorado por Rodolfo Martín Villa, entonces ministro del Interior, con la medalla de plata al mérito policial y agasajado por cien policías en una comida de desagravio por la “persecución” de la que era objeto por los medios de comunicación. Entró en la brigada antiterrorista a las órdenes de Roberto Conesa y acabó su carrera en la policía judicial. “Era uno de sus niños bonitos”, recuerda un comisario. En 1982 pasó a la situación de excedencia para trabajar como jefe de seguridad de Renault. “Discute con todo el mundo.
 Se ha vuelto más visceral y exaltado”, asegura uno de sus excompañeros.
Aqui en Canarias tuvimos a Matutes, mató a un obrero con un golpe de Kárate, lo tiraron por una loma diciendo que se mató al querer escapar hay muchos de la Secreta por cierto¿ se manifestarán por estos recortes o son funcionarios que viven como jubilatas de !ª? No hay que perder la memoria, siniestra, de que existien esos hombres que gozaban haciendo sufrir a muchachos que entonces tendríamos 20 años a lo sumo!!!

28 sept 2013

Una Película de Alex de La Iglesia



Título original
Las brujas de Zugarramurdi
Año
2013
Duración
112 min.
País
 España
Director
Álex de la Iglesia
Guión
Álex de la Iglesia, Jorge Guerricaechevarría
Música
Joan Valent
Fotografía
Kiko de la Rica
Reparto
Hugo Silva, Mario Casas, Carmen Maura, Terele Pávez, Pepón Nieto, Secun de la Rosa, Jaime Ordóñez, Carolina Bang, Gabriel Delgado, Macarena Gómez, Enrique Villén, María Barranco, Javier Botet, Manuel Tallafé, Santiago Segura, Carlos Areces, Alexandra Jiménez, Javier Manrique
Productora
Coproducción España-Francia; Enrique Cerezo P.C. / La Ferme! Productions
Género
Comedia. Fantástico. Terror | Comedia de terror. Brujería
Web Oficial
http://www.lasbrujasdezugarramurdi.es/
Sinopsis
Dos parados (Mario Casas y Hugo Silva) cometen un atraco y huyen perseguidos por la policía (Pepón Nieto y Secun de la Rosa) y por la ex mujer de uno de ellos (Macarena Gómez). Así, se adentran en los bosques impenetrables de Navarra y caen en las garras de una horda de mujeres enloquecidas que se alimentan de carne humana. (FILMAFFINITY)
Premios
2013: Festival de San Sebastián: Sección oficial de largometrajes (fuera de concurso)
Críticas

Una mujer ilustrada y cosmopolita


Rosario Porto tras el registro de su casa / ÓSCAR CORRAL

“Si las sospechas sobre Charo se confirman, yo ya no creo en el género humano”.
Una amiga íntima de la abogada Rosario Porto (Charo para los muchos que en su ciudad la trataban) y del periodista Alfonso Basterra resumía así el día de su detención, con esa mezcla de incredulidad y rabia que ha sacudido esta semana a los vecinos de Santiago, una capital autonómica de apenas 95.000 habitantes con una plácida existencia acunada por la Administración y la Universidad.
Era habitual ver a Rosario y Alfonso paseando con su hija Asunta por el Ensanche compostelano, la parte más moderna del centro de Santiago que se extiende más allá de los confines del casco viejo que rodea la catedral.
 Ella, hija única de un reconocido letrado que ejerció durante décadas como cónsul honorífico de Francia y de una catedrática de Historia del Arte especializada en el barroco, nació el 11 de julio de 1969 en un hogar culto, bien posicionado económicamente, con una tradición familiar republicana e intensas relaciones sociales
. Estudió desde niña en dos centros prestigiosos de la capital gallega —el colegio público Pío XII y el instituto Rosalía de Castro—, los mismos en los que ella y su marido matricularon a Asunta.
 Pero completó sus estudios en el extranjero y cuando enfiló la adolescencia empezó a pasar los veranos en Reino Unido y Francia para perfeccionar idiomas
. El COU lo cursó en el Yago School of Oxford y, aunque la carrera de Derecho la hizo en Santiago, en su currículum constan estancias en la Universidades de París III y Le Mans y en la London High School of Law.

Tras su periplo cosmopolita, Porto regresó a Santiago en 1996 y se puso a ejercer la abogacía en el despacho que su padre, Francisco Porto Mella, tenía en la calle de Montero Ríos, en el Ensanche, ese céntrico conglomerado de apenas una docena de calles en el que ha transcurrido la vida de la familia hasta el pasado fin de semana, cuando una pareja de jóvenes que iban de fiesta encontraron el cuerpo sin vida de la pequeña Asunta.
 Al mismo tiempo que ella empezaba a ejercer de letrada, el periodista Alfonso Basterra, nacido en Bilbao en 1965, ya se había instalado en Santiago.
Rosario heredó de su progenitor la profesión y también el cargo de cónsul de Francia en Santiago, que le fue transmitido en 1997 y que dejó en 2006. Fueron estos años en los que la hija de Francisco Porto y de la catedrática Socorro Ortega —miembro esta última de la Real Academia Gallega de Bellas Artes— comenzó a convertirse en una habitual de la vida social y cultural de la ciudad.
Tras diez años de cónsul, Francia la condecoró en 2007 con la prestigiosa medalla de la Orden Nacional del Mérito, solo unos meses después de que decidiese dejar el puesto diplomático por “razones personales”.
 Al acto celebrado con numerosos invitados en un hotel del campus universitario de Santiago, acudió el entonces alcalde de la capital, Xosé Sánchez Bugallo, y el cónsul general de Francia, Thierry Frayssé, que viajó expresamente desde Bilbao. Pero su vida social continuó como directiva del Ateneo compostelano, donde no era raro que actuase de presentadora de conferenciantes.
Desde que Rosario adoptó a Asunta en China, todos la veían como una madraza.
“Para mí que tenía incluso una especie de ansiedad maternal”, dice un amigo.
“Cada vez que la encontraba, no me hablaba más que de la niña”. Según se han ido conociendo los hechos —mezclados con rumores de todo tipo— la incredulidad se ha roto.
 Y ahora a Charo sus vecinos le gritan “asesina”.

Vargas Llosa canta a la literatura como ingrediente de la libertad


El escritor Mario vargas Llosa, junto a Juan José Armas Marcelo (de pie). / DANIEL MORDZINSKI

A sus 77 años, el Premio Nobel Mario Vargas Llosa confiesa que le queda poco tiempo, mucho menos de lo que le falta por escribir, y al hablar de proyectos relata la adaptación que está haciendo para el teatro de El Decamerón, de Bocaccio, lo que le hace profundizar en la necesidad de la literatura, entendida como motor del desarrollo, del espíritu crítico del ser humano e ingrediente de la libertad.
 Vargas Llosa, una de las estrellas del Festival Hay de Segovia, junto a Jorge Edwards, José Manuel Caballero Bonald o Antonio Muñoz Molina, entre más de un centenar de autores, llenó el teatro Juan Bravo, ayer, sábado, para conversar con el escritor Juan José Armas Marcelo, acerca de su última novela, El héroe discreto, donde trata de mostrar la valentía de los seres anónimos, a quien concibe como la reserva moral de una sociedad, de hombres y mujeres que tratan de ser consecuentes con unos valores, como Felicito Yanaqué, el protagonista, que se niega a pagar el impuesto revolucionario a la mafia, aún a riesgo de su vida.
Escribir nos hace vivir la grandeza, el heroísmo, la maldad a veces...”
Esa es una de las columnas en las que basa la novela, junto con el reconocimiento al fenómeno de crecimiento que vive Perú, desde hace algunos años —que se extendió al conjunto de los países latinoamericanos—, a partir de la caída de la dictadura, lo que ha conducido a amplios consensos a favor de la democracia política y de una economía libre.
La fuerza del mensaje fue creciendo en el diálogo con un público entregado, que guardó colas para entrar a la sala y para luego recoger la firma de su autor favorito, hasta llegar a su trabajo en torno al Decamerón. El autor de La ciudad y los perros ve en esta obra la esencia de la literatura, impresionado por la situación original de la historia en torno a la llegada de la peste a Florencia, en el siglo XIV, con la ciudad llena de enfermos y cadáveres, cuando un grupo decide escapar hacia el imaginario.
Con esta adaptación, el Nobel de Literatura 2010 ve claro que, cuando todo parece imposible, siempre hay un recurso para la fantasía y para la imaginación. “Por eso hay literatura, para hacernos vivir aquello que no podemos en la vida real”, añadió, mientras hacía un canto al arte de escribir: “La literatura nos permite vivir otras vidas, salir de una cosa reducida, mediocre e identificarnos con destinos extraordinarios, que rompen la normalidad, que nos hacen vivir pasiones incandescentes, que nos convierten en seres aventureros, que nos hacen vivir la grandeza, el heroísmo, la maldad a veces…”.
Y esa “magia” de convertir la realidad en ficción, para vivir mejor, más intensamente, más de lo que podemos vivir como personas, ha sido el gran motor del progreso y del desarrollo humano, y sin ella nunca hubiéramos salido de las cavernas, concluyó Vargas Llosa, después de subrayar:
 “La ficción nos hace presentir que hay vidas muy superiores a las que podemos vivir en la realidad, crea un malestar frente al mundo tal y como es, lo que se llama el espíritu crítico”. Y con la literatura, según el autor peruano, no solo nos divertimos, mantenemos vivo el mecanismo que impide que la sociedad se congele y se vuelva un mundo de seres resignados; es un ingrediente inseparable de la libertad humana.
El escritor no descarta una segunda parte de sus memorias
Cuando le llegó el momento más íntimo a la conversación, salpicada por el humor entre ambos conversadores, Vargas Llosa dio importancia a mantener vivas las ilusiones, estar con la pluma lista para dar rienda suelta a la vocación literaria, y no descartó escribir una segunda parte de Pez en el agua, sus memorias, para narrar el período que sigue a sus años en París, cuando Europa descubre América Latina, y le hizo ver que él y sus compañeros escritores pertenecían a una comunidad más amplia que la de su país.
Confesó que se ha vuelto más comprensivo y tolerante por la edad y por ser abuelo, aunque quiso dejar claro que en el campo cívico sigue siendo intransigente, como de joven, y mantiene su espíritu crítico contra las dictaduras políticas. Pero, volviendo a la relación con los nietos, confesó que es maravillosa, porque tiene todos los encantos de ser padre aunque ninguna de las servidumbres, ya que, apenas empiezan a ser problemáticos, se llama a sus padres.

Matar a un niño, ¿maldad o locura?

Matar a un niño, ¿maldad o locura?

Una ilustración muestra a una niña metida en una caja de cerillasIlustración: Ulises
  • Los psiquiatras analizan la muerte de la pequeña Asunta Basterra
  • Recuerdan que no siempre hay una patología mental detrás de crímenes así
  • Los padres adoptivos suelen establecer vínculos muy fuertes con los niños
  • Cada vez que un crimen como el de la niña Asunta Basterra golpea las primeras páginas de los periódicos es difícil no preguntarse ¿cómo es posible?, ¿qué puede llevar a alguien a hacer algo así?, ¿hay alguna enfermedad mental detrás del caso? No es fácil encontrar respuestas, pero los psiquiatras insisten en recordar que la maldad no es un concepto médico y no siempre existe una patología detrás de este tipo de crímenes.
    "Sabemos cómo funciona un teléfono móvil y, sin embargo, el ser humano sigue siendo un misterio. Sigue dándonos estas sorpresas", explica el doctor Fernando Sarraiz, miembro del servicio de Psiquiatría y Psicología Médica de la Clínica Universidad de Navarra.
    "¿Loco o malo? Esta pregunta siempre surge ante sucesos de este tipo", señala por su parte el doctor Enrique Álvarez, psiquiatra del Hospital San Pau de Barcelona y uno de los ponentes en el Congreso de Psiquiatría que estos días se celebra en Sevilla.
    A su juicio, cuando se produce el homocidio de un hijo puede 'explicarse' dentro del llamado 'suicidio ampliado'.
     Aunque éste no parece el caso, el doctor Álvarez explica que algunas personas con una depresión muy profunda pueden llegar a asesinar a sus seres más queridos antes de quitarse la vida para huir del sufrimiento que experimentan debido a su enfermedad.
    Una idea en la que coincide su colega Jerónimo Saiz, presidente de la Fundación Española de Psiquiatría, que recuerda que se trata de "casos son muy infrecuentes".
     Saiz recuerda que, "en contra del estigma que acarrea, la mayoría de pacientes con enfermedad mental no son personas violentas, pero cuando una cosa de éstas sucede es tan espectacular que llama la atención".
    Otro tipo de enfermedades psicóticas (como la esquizofrenia), una paranoia o una doble personalidad, que alteren la percepción del afectado de la realidad, también podrían explicar qué lleva a una persona a matar a su propio hijo en un momento dado.
    Sin querer entrar a valorar el caso concreto, los tres coinciden en que habrá que estudiar los antecedentes psiquiátricos de la madre, sobre los que tanto se ha especulado estos días
    . "El papel del psiquiatra es establecer si cuando se cometieron los hechos la persona era o no responsable de sus actos", señala por su parte el doctor Sarraiz.
    Porque como inciden los especialistas, existen personas con una personalidad psicópata, cuya falta de empatía les lleva a cosificar a las personas.
     "La psicopatía no es una patología mental, no está incluida en los manuales DSM de enfermedad psiquiátrica", aclara el doctor Álvarez, "es un rasgo de personalidad extrema que se caracteriza por una falta absoluta de empatía, son incapaces de ponerse en el lugar del otro", prosigue.
    Si a eso se le suma cualquier otro rasgo de personalidad (que sea impulsivo, por ejemplo) o un cierto entorno social, sus posibilidades de delinquir aumentan.
    "Pero hoy por hoy no hay nada que haya demostrado que puede cambiar una personalidad psicópata, no hay tratamiento para ello", prosigue el psiquiatra del Sant Pau.
     "Estas personas son al cien por cien imputables por sus actos, porque saben perfectamente lo que hacen, aunque su razón les diga que no deberían hacerlo".
     Una idea en la que coincide Saiz: "este tipo de personalidad está más expuesta a trasgredir las normas, pero eso no les libra de su responsabilidad, porque lo que hacen lo hacen intencionadamente".
    Los especialistas no consideran que el hecho de tratarse de padres adoptivos pudiera tener alguna influencia en el caso.
     De hecho, aclara el doctor Saiz, los vínculos con sus hijos suelen ser muy estrechos al tratarse de niños muy deseados. "Suelen tener una implicación ejemplar", concluye.
     

El trágico final de Asunta

El trágico final de Asunta

Asunta Basterra fue encontrada muerta en la madrugada del domingo.
 Su cuerpo apareció en una pista forestal en la parroquia de Montouto, en el ayuntamiento de Teo (A Coruña). A la 01.00, un grupo de jóvenes dio la voz de alarma y la Guardia Civil se presentó en lugar de los hechos.
El juez de guardia, José Antonio Vázquez Taín, hizo lo propio y ordenó levantar el cadáver sobre las 07.00, tras un reconocimiento minucioso.
 La policía judicial de la Guardia Civil continuó en el lugar de los hechos y se puso a recoger pruebas y encontró unas cuerdas con las que se ata hierba seca para el ganado. No lejos de allí aparecieron unos cigarros consumidos.

Autopsia preliminar

La autopsia preliminar dada a conocer la propia tarde noche del domingo pasado revela que la muerte no había sido fruto de una agresión sexual y que el cadáver presentaba signos de violencia menor. El transcurso de las horas facilita la identificación de su familia. Sus padres son el periodista Alfonso Basterra y la abogada Rosario Porto.
Asunta llegó a Santiago hace 12 años desde China con nueve meses y al seno de una familia de clase media acomodada
. Su madre, recordando el momento, aseguraba en una cadena de televisión que "es para toda la vida", y animaba a todo el mundo a embarcarse en la aventura de la adopción.
Rosario y Alfonso, divorciados pero con una relación cordial, nombran a la periodista, Tareixa Navaza, portavoz de la familia y solicita respeto para "estos momentos de dolor".

Cremación y funeral

El martes 24 de septiembre tiene lugar la cremación de los restos mortales de la pequeña.
El rito funerario se realiza en el cementerio de Boisaca y asisten sus padres
. A pesar del carácter íntimo de la ceremonia, se congregan numerosas personas entre amigos y compañeros de instituto de la menor.
Finalizada la ceremonia, la policía judicial de la Guardia Civil detiene a Porto.
 Según la versión policial, las incongruencias y contradicciones de la madre llevan al juez a tomar la decisión de imputarla por un delito de homicidio.
Para sorpresa de los agentes, la madre relata que en el mes de julio sorprendió a un hombre intentando robar en casa. 
El presunto ladrón agarró a Asunta por el cuello tratando de asfixiarla y al ser sorprendido por ella, huyó. No denunció el hecho para no asustar a la pequeña.
La primera decisión judicial no afecta a Basterra, que permanece en libertad y asiste en solitario al funeral que se celebra esa misma noche en la iglesia de San Fernando de la capital gallega.

Detención del padre

Tras la detención de la madre, el juez toma la decisión el miércoles por la mañana de imputar al padre para garantizar su seguridad procesal, ya que va a participar en el reconocimiento de la vivienda de Porto en Teo.
 La exploración de la lujosa residencia concluye con la imputación de Basterra como presunto autor de un delito de homicidio.
 Tras finalizar el registro policial, la pareja es trasladada a los calabozos de la Guardia Civil en A Coruña.

Causa de la muerte

Los investigadores del caso ya conocen la causa de la muerte.
 Sus autores suministraron a la niña una fuerte dosis de medicamento para tranquilizarla.
Los análisis forenses han determinado que la pequeña fue drogada con un represor del sistema nervioso central con propiedades sedantes. A continuación, fue maniatada con unas cuerdas y finalmente murió por asfixia.

Itinerario del crimen

Según los investigadores, Porto dejó a su hija en el domicilio de Santiago haciendo tareas escolares mientras acudió a media tarde a un polígono industrial de Santiago a realizar unas compras.
 A continuación se desplazó a Teo, lugar dónde se encuentra el cadáver de la niña, para regresar a su domicilio
. Cuando entró en casa sobre las 21.30 horas, la niña no estaba.
Sin embargo, una cámara graba imágenes de Porto con su hija en un coche sobre las 20.15 y unos vecinos afirman haberla visto media hora más tarde. Asunta muere a las 21.00 horas. Una hora y media después sus padres denuncian su desaparición.

Ingreso en prisión

Tras prestar declaración en el Juzgado de Instrucción Número 2 de Santiago, Basterra y Porto, ingresan en prisión comunicada y sin fianza imputados por el fallecimiento de su hija.

Móvil del crimen

Los investigadores trabajan con varias hipótesis. La Guardia Civil ha confirmado a EL MUNDO.es que Asunta recibió bienes en vida de su abuelo a través de una donación.
Sus padres, según las mismas fuentes, atraviesan por dificultades económicas y podrían codiciar dichos bienes
. Otra de las hipótesis es el estado psiquiátrico de la madre, que consume antidepresivos. Todas la líneas de investigación están abiertas.
[foto de la noticia]

Asunta, una niña estudiosa y apegada a sus padres


Imagen de Asunta en su blog

Asunta era una niña que no pasaba inadvertida
. Entre otras cosas, porque fue la primera china adoptada que se vio en Santiago.
 La pequeña, cuyo nombre original era Yong Fang, llegó a Galicia con un año.
 Entonces, los padres incluso protagonizaron un reportaje en una televisión local en el que explicaban la felicidad que sentían por la llegada de Asunta y el empeño que habían puesto para poder lograr la adopción. Desde pequeña, los conocidos de sus padres la recuerdan brincando por las calles del Ensanche compostelano
. Quienes la trataron de cerca la describen como una cría muy responsable y madura, muy apegada a sus abuelos maternos y a sus padres.
 Tanto que ella se inquietaba si, de forma excepcional, estos últimos se ausentaban y la dejaban con algún amigo de la familia, por muy íntimo que fuera.
 Cuando terminaba sus clases en el prestigioso IES Rosalía de Castro, el instituto público del que era alumna, estudiaba inglés, piano, violín y danza con profesores particulares.
 Era una escolar de altas capacidades y sus docentes habían decidido incluso adelantarla un curso por encima del que le correspondía a su edad.
Asunta era inseparable de sus padres, Rosario Porto y Alfonso Basterra, un periodista hijo de industrial bilbaíno que recaló en la capital gallega
. Y tenía una apretada vida social.
A sus padres les acompañaba incluso a los conciertos de música clásica en el Auditorio de Galicia.
 La élite de Santiago ha sido testigo durante 11 años de la adoración que le profesaban sus padres a esta niña, una imagen de felicidad que las investigaciones policiales han volado por los aires.

Los allegados a la familia admiten que a finales de 2011 la armonía en el hogar se truncó.
 En diciembre de ese año falleció la madre de Rosario y solo siete meses después la abogada perdió también a su padre.
 La madre de Asunta se quedó no solo sin sus progenitores sino también sin la ayuda que estos le prestaban a ella y a su marido para criar a la niña.
Sus allegados relatan que el bajón físico y de ánimo que sufrió la ahora imputada por matar a su hija fue muy fuerte.
 Poco después, los padres se separaron de una forma que a todos sus conocidos les pareció repentina. Asunta se fue a vivir con su madre, pero continuaba viendo a diario al padre, que se mudó a apenas 20 metros de distancia. Y, de hecho, seguía pasando más tiempo con él.
La muerte de los abuelos también marcó a la niña. Y meses después, escribió una extraña historia en un blog personal, al que fuentes de la investigación restan importancia ya que señalan que es el producto de un trabajo escolar
. Pero, a la luz de lo sucedido después, el relato, escrito en castellano e inglés, resulta llamativo ya que versa sobre misterios y crímenes en tres parques de Santiago (los de Belvís, Bonaval y la Alameda). En este último, la pequeña sitúa la historia de “una familia feliz, un hombre, una mujer y un hijo” que se ve truncada cuando “un hombre malo” mata al marido y a la mujer.
 “Su cuerpo está en el parque de la Alameda y su espíritu también”, escribió Asunta.

Los abogados de los padres de Asunta renuncian a defenderlos

El letrado de Basterra alega "motivos técnicos"

Considera que necesita un letrado especialista en derecho penal.

VIDEO: ATLAS

Los abogados de Rosario Porto y Alfonso Basterra, los padres de Asunta, la niña hallada muerta el pasado fin de semana en una pista forestal de Teo, cerca de Santiago, han comunicado que abandonan su defensa, después de que el juez les haya enviado a prisión imputados por homicidio.

El abogado del padre ha renunciado a defenderlo según explicó su letrado, Roberto Goris a este diario por "motivos estrictamente técnicos" ya que, de común acuerdo con su cliente ambos consideraron que necesita un letrado especialista en derecho penal. Goris ha añadido que el periodista Alfonso Basterra tendrá un nuevo abogado, pero, preguntado, a la salida del juzgado, por quién será, ha comentado que lo desconoce.
Goris ha apuntado que  no le ha asistido, en el interrogatorio de esta mañana, aunque sí a la declaración.
 Al final, ha manifestado que quiere "tranquilidad con este tema" porque lleva unos días "bastante duros". Juan Guillán, el letrado de Rosario Porto y amigo personal del padre de ella, simplemente ha comunicado a los medios que también dejará la defensa, según informa Efe.