¿Cómo detectar cuando uno esta frente a una real betch?
Post por post uno va descubriendo en la página web las múltiples facetas de su personalidad: van al baño en grupo, compran ropas caras con cargo a la tarjeta de crédito de papá, son activas en las redes sociales y en Instagram y les gusta hablar de las celebrities.
Entre sus ídolos, de todos conocidos, están: Paris Hilton, las hermanas Kardashians, la familia real británica, Ivanka Trump, Rumer Willis y Suri Cruise.
Devoran la prensa rosa, aunque alardean de no estar al tanto de las noticias ni la actualidad –“bueno si acaso como inspiración para pensar en el traje que llevar en la fiesta de Halloween” se lee en un post titulado Not keeping up with the news (No seguir las noticias).
Otra de sus características es su peculiar lenguaje en el que abundan expresiones que quieren decir todo y no dicen nada como It’s like whatever –es como cualquier cosa– y su pasión por las abreviaturas. Las betches tienen también sus destinos favoritos como Barcelona, Munich o los Hamptons, además de Inglaterra, auténtico paraíso para este club. All things British (Todas las cosas inglesas) uno de sus artículos más ingeniosos, apunta como “ser inglés te da la habilidad de parecer clásico y elegante aunque no le seas”. Otros beneficios de vivir en Londres es poder tomar el té en Harrods y, puesto que “la comida es una mierda”, no se corre el riesgo de engordar.
Pero si nos adentramos más a fondo en la filosofía de las betches veremos que ésta se sustenta en unos pocos pilares.
Para empezar lo importante es ante todo estar maravillosa y tener una gran personalidad, lo que puede ahorrarnos muchos sinsabores de la vida diaria tales como trabajar
. La web propone impagables consejos para que las universitarias consigan que otro les haga sus deberes: “el amigo que quiere follarte” o “la chica que quiere ser tu compañera”.
Saltarse la cola de las discotecas y no pagar por nada son otras de las ventajas de estar deslumbrante.
“Si gastas más de 15 dólares en un club es que necesitas perder 20 libras de peso”, dicen y más adelante apuntan que “las únicas cosas en las que una auténtica betch debe gastar su dinero son sus tampones e inyecciones para aumentar los labios, de las que nadie debe enterarse”.
Un fan lo leyó y estuvo dos semanas sin comer.
En temas de sexo, las auténticas betches gustan de iniciarse pronto en estas materias pero siempre dejando claro su superioridad respecto a la del varón.
Para empezar, una regla de oro es no acabar en la cama en la primera cita. La web proporciona también respuesta a las preguntas de las lectoras. Una de ellas parece interesada en saber si las felaciones están permitidas la primera vez
. La respuesta no se hace esperar y después de aclarar que el sexo oral es también sexo continúan: “ de hecho, las mamadas son más intimas que el sexo
. Con el coito los dos estáis sudando, poniendo partes del cuerpo en los lugares diseñados para ello y pasándolo bien, pero con el sexo oral estás haciendo un servicio sin sacar nada a cambio”.
Hacer algo desinteresadamente es una de las cosas más inatractivas para una 'betch', así como los 'hipsters' y el trasporte público.
Las fiestas y los clubs son otras de las actividades favoritas de las betches, en las que hay que vestirse según esta máxima desgranada en un artículo titulado How to dress like a slut –Cómo vestirse como una furcia-–: “la idea es tener un nivel aceptable de decencia y, al mismo tiempo, hacer que tu padre lamente el día que decidió reproducirse”.
Alcohol –sobre todo vodka por eso de tener menos calorías- y drogas –cocaína, MDMA (tienen hasta una camiseta en venta que incita a su consumo y a verstirla en festivales), hachís o marihuana– son catalizadores habituales en las noches de estas princesas.
“Betches Love This trata de desdibujar la línea entre humor y realidad” comentaba al New York Times Sarah E. Kersh, una profesora de inglés de la Vanderbilt University en Nashville, EEUU, que la pasada primavera comentaba esta web en su clase con sus alumnos.
“Solo veo una recapitulación de estereotipos sobre las mujeres, algunos de un nivel cruel e inalcanzable, y sobre todo, una incuestionable heteronormatividad”.
Una de las autoras, sin embargo quitaba hierro al asunto y comentaba al programa de televisión norteamericano Today que “todo es una exageración
. Es como el diablo que está en tu hombro y te dice cosas malas, pero que tú nunca llegas a hacer”.
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