Swiming poolDirector:
François Ozon. Guion: François Ozon y Emmanuéle Bernheim. Intérpretes:
Charlotte Rampling, Ludivine Sagnier y Charles Dance. Francia / Reino
Unido. 2003.
¿Qué tendrá esa chica joven y descarada para obsesionar y hacer tambalear
la rectitud y seriedad de una escritora inglesa ya madura y con falta
de ideas? Mezcla de ficción y realidad, (eso solo se conoce al final), Swiming pool, que conservó el título en inglés para no entrar en conflicto con La piscina,
es la historia de una escritora inglesa de novela policiaca de éxito
(Charlotte Rampling,58 años), que viaja a Francia, a Lubéron, a la casa
de su editor para buscar inspiración para su escritura.
Una noche, la
hija francesa de su editor (Ludivine Sagnier, 24 años) se presenta en la
casa y da al traste con la tranquilidad de la novelista.
Rodada en inglés y francés, con este filme, François Ozon (París,
1967), uno de los directores más mimados en Francia, dejó a un lado su
cine más más teatral y artificial para adentrarse en una película
intimista, donde indagó en cómo llega la inspiración a los creadores.
¿Cómo se encuentra? ¿Cúando llega ese día? ¿Te conmueve? Lo que está
claro es que en Swiming pool, la novelista, vacía de ideas, ve
renacer su inspiración con la llegada, al principio catastrófica, de esa
joven sensual y sexual.
Y de nuevo, aquí, la piscina se convierte en otra de las grandes
protagonistas de la película. Es el lugar de encuentro de las dos
mujeres
. Es el espacio de libertad y sexualidad, una pantalla donde todo
el mundo proyecta sus fantasmas.
Aunque el filme no tiene la frescura de otros títulos de Ozon y, en
momentos, puede resultar algo tedioso, la verdad es que también se ve
con cierta curiosidad.
Charlotte Rampling consiguió con este papel el
premio a la mejor actriz en los Premios de Cine Europeo que concede la
Academia de Cine Europeo.
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