Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

20 jul 2013

París de cine en 10 escenarios

Ruta por París con ocho escenarios de película y dos visitas para cinéfilos.

Camarera en el Café Los Dos Molinos, en el barrio parisiense de Montmartre, donde se rodó la película 'Amélie'. / Daniel Mordzinski
“Siempre nos quedará París”, le decía Rick a Lisa en Casablanca… y nosotros decimos lo mismo: siempre nos quedarán en el recuerdo las calles, plazas, hoteles, restaurantes y monumentos de la capital francesa, gracias a las incontables películas que se han rodado en ella.
 Un recorrido por París sin salir del mundo del celuloide en ocho escenarios reales y dos visitas de cine que no debemos perdernos.

01 Con Amélie Poulain por Montmartre

Entrada de la estación de metro de Abbesses, en el barrio de Montmartre, en París. / Jean Brooks
En 2001, el director Jean Pierre Jeunet triunfaba en las salas de todo el mundo con Amélie, una película francesa por los cuatro costados que cuenta la historia de una imaginativa joven que trabaja en el café Des Deux Moulins, desde el que contempla con curiosidad a la gente que la rodea.
 No es fácil saber dónde está exactamente la casa de Amélie, pero está claro que vive en la zona de Abbesses, en Montmartre, porque es esta parada de metro la que utiliza la protagonista (en realidad se rodó en la estación de Porte de Lilas, decorada como si fuese Abbeses).
Uno de los personajes de la película es el dueño de la verdulería, Monsieur Collignon, un hombre huraño que será una de las primeras víctimas de la conspiración de Amelie.
 La verdadera verdulería de Collignon está en la rue des Trois Frères, justo enfrente del pequeño passage des Abbesses, una callecita con escaleras muy típica del empinado barrio de Montmartre
. En la actualidad, la tienda conserva su fachada de madera de color verde y todavía vende fruta, aunque sobre todo despacha souvenirs de referencia obligada a Amélie: desde postales de la película a gnomos como los del señor Poulain.
Escenario importante en Amélie es el Café des Deux Moulins (15, rue Lepic), con su toldo y su fachada circulares.
 Permanece todavía tal y como aparece en la película, aunque sin el pequeño puesto de tabaco. Es un café con mucho encanto, que aprovecha el tirón del film; suele estar lleno de turistas.
La Basílica de Sacre Coeur tiene también mucha presencia en la película, pues acoge algunas escenas muy populares.
 Por ejemplo, cuando Amélie quiere devolverle su álbum de fotos a Nino y comienza el juego en el carrusel de la feria del Square Willeten y continúa por los jardines que suben hasta la basílica, para terminar en uno de los miradores del Sagrado Corazón.

02 París frenético

Réplica parisiense de la neoyorquina Estatua de la Libertad, ubicada en la isla de los Cisnes. / Peet Simard
En Frenético (1988), Roman Polanski convertía a Harrison Ford en un médico americano que viaja a París con su mujer para asistir a un congreso
. Una serie de casualidades y errores hacen que su mujer desaparezca y el doctor Walker tenga que averiguar por su cuenta qué ha pasado con su esposa.
 La película, que se desarrolla por las calles de la capital francesa, cuenta con escenas inolvidables como la de la del tiroteo final, a los pies de la estatua de la Libertad (la parisina), aprovechando los recovecos y penumbras del puente de Bir-hakeim.
El símbolo americano por excelencia es una imagen sorprendente en pleno París. Es mucho más pequeña que su hermana neoyorkina (solo mide 12 metros) y se encuentra en la isla de los Cisnes, en el Sena, cerca de la parada de metro de Grenelle (muy cerca del taller del escultor que diseñó la estatua original de Nueva York, Bartholdi). Fue un regalo de los americanos a Francia para celebrar el centenario de la Revolución Francesa, en 1889. Originalmente miraba hacia el centro de París, pero se cambió su orientación para que saludase directamente hacia su hermana mayor, tal y como quiso siempre su creador.

03 Un paseo por el Canal St-Martin

Esclusa de Recollets, en el Canal de St.-Martin de París. / Peet Simard
Para hacerse una idea de cómo era la vida junto al canal de St-Martin antes de que el barrio se pusiera de moda, hay que ver la película Hôtel du Nord (1938), de Marcel Carné. Un drama que arranca con un suicidio frustrado, concluye con un asesinato y cuyos protagonistas son algunos de los clientes del hotel: un obrero del canal, una prostituta, un criminal y una joven enamorada. En la actualidad, un hotel, un restaurante y una cafetería llevan su nombre.
El Canal St-Martin se ha convertido en una de las zonas más agradables de París. Este tranquilo canal de 4,5 kilómetros de longitud se inauguró en1825 para proporcionar una vía fluvial entre el Sena y las zonas residenciales del noroeste de París. Emerge por debajo del suelo cerca de la Place République y sus sombreados caminos de sirga pasan por esclusas, puentes metálicos y barrios parisinos normales y corrientes. Es un lugar estupendo para dar un paseo romántico o pedalear.
Hay empresas que ofrecen circuitos en barco por el canal, una alternativa relajada y menos turística que la de los barcos del Sena.

04 Rue Mouffetard

Puesto de frutas y verduras en el Marché Mouffetard de París. / Robert Holmes
El director Krzysztof Kieslowski ambientó Azul (1993, dentro de su trilogía Tres colores) en uno de los escenarios emblemáticos de París, el barrio Latino: desde el edifico en el que viven los protagonistas, en el cruce entre la rue Mouffetard y la rue l’Arbalète, a tiendas como la brasserie que frecuenta Julie (Juliette Binoche) debajo de su casa o los pequeños comercios de comestibles a los largo de Mouffetard, con el género expuesto en plena calle con aires de mercadillo.
La rue Mouffetard, angosta, adoquinada y en pendiente, es una de las más antiguas de la capital francesa: nació como una vía romana que conectaba la ciudad con la capital del Imperio, pasando por Lyon. Desde hace siglos, carniceros, pescaderos y demás comerciantes venden sus productos en la calle, en el Marché Mouffetard. Algunas paradas más que recomendables son la Fromagerie Androuet en el número 134, con un bonito mural en la fachada, el delicattesen italiano Delizius, que vende olivas , pimientos rellenos y berenjenas en adobo, además de comida para llevar y pasta fresca y seca, o Chocolats Mococha, en el número 89, que ofrece, como si fueran joyas, ligeros y deliciosos macarons con sabor a jazmín, frambuesa y grosellas negras, así como y una apetitosa gama de chocolates. La encantadora Épicerie fina, en el número 4, vende fuagrás, dulces, aceites, vinagres, té y champán, además de menaje como botellas, jarrones y velas perfumadas, o complementos como originales llaveros y bolsos.
Otro escenario del barrio fácilmente reconocible en la película es la piscina donde Julie nada sola bajo una intensa iluminación azul. Ubicada en el número 17 de la rue de Pointoise, se trata de una piscina pública cubierta de estilo art déco
. La entrada nocturna de 10,50 euros (a partir de las 20,00 h) incluye acceso al gimnasio y la sauna.

 

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