El presidente de la Academia de Televisión recuerda a García Campoy, "valiente y generosa".
Llegó de Ibiza en 1985 al Telediario de TVE.
Durante dos años trabamos una gran amistad que ha durado hasta hoy.
Amistad, complicidad y coincidencia profesional
. Era periodista vocacional y le apasionaba la verdad.
Era valiente y generosa. Cuando la Academia estaba a punto de desaparecer hace siete años, se incorporó conmigo a una candidatura de salvación.
Y desde entonces ha sido nuestra portavoz.
Concha venía de una familia muy humilde
. En este año y medio de enfermedad en el que hemos conversado tanto, me comentó que estuvo a punto de morir cuando tenía cuatro años en las terribles inundaciones de 1962 en el Vallés en Cataluña.
Ella vivía en Terrasa con sus padres y toda la familia llegó a figurar en la lista de desaparecidos. Años después, en Onda Cero, entrevistó a Joaquín Soler Serrano, quien en esa tragedia había estado en los micrófonos de Radio Barcelona solicitando ayuda para los damnificados.
Acabaron los dos muy emocionados.
En enero de este año, me llamó para decirme que necesitaba un segundo trasplante
. Me advertía que no podría estar con nosotros el 13 de febrero, para recibir el premio Joaquín Soler Serrano con el que la Academia de la Radio y la Academia de Televisión honran a las personas que tuvieron una trayectoria importante en ambos medios a la vez.
Le pedí que grabáramos un mensaje para ese premio.
Confieso que tenía el temor de que fueran sus últimas imágenes en televisión y desgraciadamente así ha sido. En todo este tiempo no le he notado un momento de desesperanza, de decaimiento, y la semana pasaba estaba exultante, con mucha fuerza, con mucha ilusión antes de que la doblegara la crisis hepática.
Guardo en mi teléfono su SMS emocionado de la noche del premio Joaquín Soler Serrano. Estaba muy conmovida porque su hijo de diecinueve años, Lorenzo Díaz-García Campoy, había ido a recogerlo en su nombre
. El mensaje decía así: “Manuel: gracias por hacer este acto precioso. Estoy muy emocionada por mi hijo. No hace falta que te diga cuánto te quiero”. Una persona verdaderamente adorable.
Durante dos años trabamos una gran amistad que ha durado hasta hoy.
Amistad, complicidad y coincidencia profesional
. Era periodista vocacional y le apasionaba la verdad.
Era valiente y generosa. Cuando la Academia estaba a punto de desaparecer hace siete años, se incorporó conmigo a una candidatura de salvación.
Y desde entonces ha sido nuestra portavoz.
Concha venía de una familia muy humilde
. En este año y medio de enfermedad en el que hemos conversado tanto, me comentó que estuvo a punto de morir cuando tenía cuatro años en las terribles inundaciones de 1962 en el Vallés en Cataluña.
Ella vivía en Terrasa con sus padres y toda la familia llegó a figurar en la lista de desaparecidos. Años después, en Onda Cero, entrevistó a Joaquín Soler Serrano, quien en esa tragedia había estado en los micrófonos de Radio Barcelona solicitando ayuda para los damnificados.
Acabaron los dos muy emocionados.
En enero de este año, me llamó para decirme que necesitaba un segundo trasplante
. Me advertía que no podría estar con nosotros el 13 de febrero, para recibir el premio Joaquín Soler Serrano con el que la Academia de la Radio y la Academia de Televisión honran a las personas que tuvieron una trayectoria importante en ambos medios a la vez.
Le pedí que grabáramos un mensaje para ese premio.
Confieso que tenía el temor de que fueran sus últimas imágenes en televisión y desgraciadamente así ha sido. En todo este tiempo no le he notado un momento de desesperanza, de decaimiento, y la semana pasaba estaba exultante, con mucha fuerza, con mucha ilusión antes de que la doblegara la crisis hepática.
Guardo en mi teléfono su SMS emocionado de la noche del premio Joaquín Soler Serrano. Estaba muy conmovida porque su hijo de diecinueve años, Lorenzo Díaz-García Campoy, había ido a recogerlo en su nombre
. El mensaje decía así: “Manuel: gracias por hacer este acto precioso. Estoy muy emocionada por mi hijo. No hace falta que te diga cuánto te quiero”. Una persona verdaderamente adorable.
Manuel Campo Vidal es periodista y presidente de la Academia de Televisión.
Es una suerte que hablen de ti así después de muerta con la emoción de los verdaderos amigos en su mundo laboral, cosa que no es facil. Gracias Concha por darnos una leccón de cariño y amistad entre los que compartieron tu trabajo.
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