Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

29 jun 2013

Lady Bárcenas

La que no necesita esperar a rebajas es Rosalía Iglesias, esposa de Bárcenas, de 53 años y natural de Astorga, León, de profesión su matrimonio y sus labores no declaradas al fisco.

Rosalía Iglesias, esposa de Bárcenas, a la salida de la Audiencia Nacional. / Reuters

Voy a tener que envainarme el orgullo por el mismo sitio que Wert el seis con cinco. Ahora que tenía un soplo superfidedigno para reflotar mi currículo, viene Ruz, entrulla a Bárcenas, me como mi exclusiva, y así no hay quien levante ni cabeza ni culo
. Y eso que la mía era una primicia de muchísimo mayor calado histórico. Me habían llegado campanas de Snowden de que Inditex adelantaba las rebajas.
 Pero está visto que, ya puede apretar la crisis y deshelarse los polos, que ese Imperio no mueve un precio hasta el uno de julio porque a Ortega no le sale del oligopolio.
Menudo es Amancio. Ya puede estar la competencia tirando el género al 70%, que él no baja un euro sus trapos aunque estén cogiendo polvo en los percheros.
 Ahí lo tienes al magnate, tan pancho en su yate con la hija, el yerno y el nietecito mientras sus esclavas pasamos noches al raso cogiendo sitio para pillar sus pingos a mitad de precio. Con Cáritas vale, pero con la parroquia no tiene caridad ninguna, el pope gallego.
La que no necesita esperar a rebajas es Rosalía.
 La ex de Amancio, no, que es una multimillonaria indie que no se mete con nadie, la pobre.
 Hablo de la otra, Rosalía Iglesias, la esposa de Luis el Cabrón, lady Bárcenas para el siglo
. Una señora de 53 años natural de Astorga, León, de profesión su matrimonio y sus labores no declaradas al fisco, que después de juntar 11 millones de euros en billetes grandes en el paro, va perdonándonos la vida a los contribuyentes como si la reina de la selva fuera ella.
Tenías que verla el jueves llegando a testificar toda imputadísima a la Audiencia de la calle Prim, 11, con su cochazo, su porteador y su gorila como quien va a recoger el Oscar al Teatro Kodak de Los Ángeles por su papel de Jane en Bárcenas, el terror de la jungla pepera. Menuda cacatúa. Al lado se semejante palo de escoba, la jueza Alaya parece la jorobada de Nuestra Señora de La Judicatura.
Llámame demagógica, pero me juego la extra que me va a esquilmar Montoro el lunes con el IRPF, a que con ese vestido de tigresa rollo Cavalli, esas gafas de buceo rollo Gucci, ese bolsazo Loewe y los hectólitros de Chanel nº 5 que debe de orinar la doña, se pagan varias pensiones de los yayoflautas que le dijeron de todo menos bonita a su entrada al juzgado
. Ahora, la culpa es tuya, Rosalía
. Si quieres ir de incógnito, te coges una coleta, te vistes de Amancio de arriba abajo y te digo yo que te confunden con una letrada, una teleoperadora, o una portera como servidora, que para eso las zaristas somos clónicas anónimas.
 Pero tú, no. Para mí que tú lo que quieres es dar la nota y mear el territorio. Si no, ¿de qué ese melenón de leona, esa testa enhiesta y ese rictus de sí, soy yo, rollo Marta Sánchez mirando al populacho antes de meterte al carro?
Para mí que ya le habían llegado campanas del marrón de su legítimo, iba ella haciendo planes, y yo que la entiendo
. Todo tiene sus pros y sus contras, congénere.
 Desconectar reanima las relaciones largas. Luis estará superatendido en Soto, que no me digas que no es un nombre ideal para un internado.
Y además, ante la duda, que sea yo la viuda, que dicen las viejas.
 Y si alguien tenía que dar con sus huesos en el talego, que sea él el reo.

 

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