A quién se le ocurrió inventar las nubes? No sirven para protegernos ni
del sol ni de la lluvia.
Como traza fronteriza, son mudables y
caprichosas. El viento con ellas no sabe qué hacer, pues tan pronto las
ahuyenta, encima de él se posa, risueña y frágil, alguna.
Los poetas las
beben a bocas llenas para escribir páginas y más páginas que se cubren
de charcos y pozas. El mar - siempre el mar- parece que las cambiaría
por los cabrilleos que lleva en su deambular, de tal modo que hemos
braceado a través de nubes líquidas, mientras a nuestra espalda han
pasado olas de aire
. El primer hombre que vio una nube, conoció su
sombra
. Así también llovió por primera vez, al contemplar el hombre que
era él y era una sombra que se aleja.
Del Diario Virtual de Jose Carlos Cataño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario