Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

14 abr 2013

To The Wonde rEste drama segmenta incluso entre los hasta ahora incondicionales de Terrence Malick por Jordi Costa


En su ensayo El estilo trascendental en el cine, publicado en 1972, un joven Paul Schrader escogía como objeto de estudio la obra de Dreyer, Bresson y Ozu para aislar aquellas estrategias formales que permitían a la tríada de cineastas expresar la revelación de lo sagrado.
 Un territorio delicado, pues, como subrayaba Schrader, “el rechazo de la crítica en relación al arte trascendental es comprensible, ya que cuanto más puro y absoluto pasa a ser un arte menos útil resulta". Frente a la síntesis y el ascetismo expresivo de Ozu, Bresson y Dreyer, el esquivo y ahora insólitamente prolífico Terrence Malick parece buscar la trascendencia –especialmente en sus dos últimos trabajos- a través del desbordamiento, de un barroquismo místico que, eso sí, se sostiene sobre un denso tapiz de sutilezas e imágenes frágiles(.No se sostiene ni es barroco, es una forma de intentar decir mucho sin decir nada.)
 Sería interesante saber qué nota le daría Schrader a Malick en un hipotético examen de estilo trascendental, pero conviene aducir, en defensa del autor de El árbol de la vida, que este emprende su particular tao hacia la revelación cuando toda imagen parece haber perdido su pureza, vampirizada por retóricas publicitarias y otras formas parasitarias de una esencialidad cinematográfica que quizá sea, ya, un paraíso perdido.
TO THE WONDER
Dirección: Terrence Malick.
Intérpretes: Ben Affleck, Olga Kurylenko, Javier Bardem, Rachel MacAdams, Romina Modello, Tatiana Chiline.
Género: Drama. Estados Unidos, 2012.
Duración: 112 minutos.
El árbol de la vida dividió a público y crítica, pero To the wonder parece haber segmentado el mapa de afectos incluso entre los hasta ahora incondicionales de Malick.
 La película, a primera vista, parece dar todas las armas a sus detractores: si alguien quiere acusarla de pretenciosa, afectada y falsamente lírica lo tiene fácil.Porque es así.
 Detenerse en To the wonder, dedicarle el tiempo que exige –no solo el tiempo de su metraje, sino también el de su sedimentación-, puede acabar revelando una imagen muy distinta(PUEDES PASARTE UNA SEMANA EN UN CONVENTO PARA DAR VUELTAS Y VUELTAS PARA NO SACAR NADA EN CLARO:
lo peor es que parece que a quién no nos gustó es que somos tontos......pues si.
. La estrategia formal es la misma –soliloquios sobre una sinfonía de imágenes trenzada en elaboradas rimas visuales-, pero hay quien solo ha querido ver arbitrariedad y aleatoriedad donde hay minuciosa arquitectura.
Si en El árbol de la vida, Malick asociaba las reminiscencias de una mirada infantil, incapaz de comprender el sentido de lo que está viendo –el dolor y la furia paterna, un ataque epiléptico en plena calle-, con el asombro del ser humano ante la imponencia de la Creación, aquí, en To the wonder, esas turbulencias indescifrables que uno intuye en una mirada o un silencio de la persona amada se contemplan como eco a escala del inabarcable –e insoportable- mutismo de Dios.
 Una pareja, sus alrededores y un sacerdote en plena crisis de fe son los elementos que usa Malick para preguntarse si en una relación amorosa se puede manifestar la gracia y para recorrer los claroscuros que conlleva todo compromiso: religioso, afectivo, social y, por qué no, político.
Las estrategias formales y narrativas de Malick liberan un torbellino de imágenes fluidas, que tiene su centro simbólico en la abadía de Mont Saint-Michel, cuna del romance entre los personajes de Ben Affleck y Olga Kurylenko que, en el último plano de la película, parece ya un horizonte inalcanzable.
 A lo largo del metraje, filtraciones tóxicas –literales y metafóricas- hablan de la caída en esta película portentosa, condenada a ser incomprendida en un presente cínico y celebrada en un futuro con vocación de diálogo.
Pues me gustó lo que pone "Que no la voy a comprender, pues mire, no no la comprendí o mejor dicho, comprendi que no se puede enmascarar algo sencillo con una eternidad de vueltas saltos, y muchos silencios, olviden al Cura porque casi ni sale y eso que pone a un Bardem rotundo, que tampoco habla. si quiere hacer un documental sobre aire, tierra, luz, miradas, apariciones de caballos, pues vale, pero si resulta cansina y pesada es que algo falla, no resuelva Sr. Jordi cuesta con "Si no le gusta es que usted no aprecia lo bueno" Pues lo aprecio pero no den gato por liebre, los tiempos esos de debates para intentar ver una película de Felline por ejemplo, ha pasado, me quedo con lo que me haga vibrar pero no con tonterias de saltar sobre agua y tierra sin palabras y ver como se destruye una pareja, es previsible porque no hablan nunca. Total que si no la ven, lo siento Malick, debería haberse parado en La Delgada Linea Roja, su película no sabe a nada, insípida, cansina y con ganas de que acabe....
Ahora haga La Sal de La tierra, pero con más silencios, un remake que seguro lo hara con gusto.
Y Sr. Jordi me encanta usted con eso que si me gusta es que soy tonta...y a usted le gustó?

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