Distintos medios estadounidenses dan información contradictoria sobre la detención del hombre identificado a través de un vídeo dejando una mochila en el lugar de la segunda explosión.
La investigación sobre el atentado de Boston
ha entrado hoy en su tercer día con la identificación de un sospechoso
que ha sido posible gracias a un vídeo tomado por un establecimiento
comercial.
Varios medios norteamericanos, entre ellos CNN y la agencia Associated Press, informaron poco después de conocerse la identificación de que se había producido una detención, lo que otras fuentes niegan. AP anunciaba que el hombre en cuestión iba a ser llevado ante un juez federal, pero otros medios aseguraban que no era así.
El sospechoso fue identificado a través de un vídeo portando una mochila negra y supuestamente dejándola en el lugar donde explosionó el segundo artefacto.
La imagen ha sido obtenida de las grabaciones de seguridad que los almacenes Lord & Taylor –frente al lugar del atentado- han aportado a la investigación.
A las cinco de la tarde -hora de la costa este norteamericana, 11 de la noche en España-, las fuerzas del orden, con el FBI a la cabeza, ofrecerán una rueda de prensa para dar más información.
Desde que el FBI reclamase ayer ayuda ciudadana para dar caza y captura al individuo o individuos responsables de este crimen, las autoridades han recibido miles de imágenes y películas para revisar, que ahora parecerían haber dado resultado. Con un método similar fue con el que se atrapó a los responsables de los atentados de Londres en julio de 2005.
La Casa Blanca mantenía, sin embargo, la prudencia y poco antes declaraba en rueda de prensa que seguía sin saber si el ataque contra el maratón de Boston era la obra de “un individuo o de un grupo, de un terrorista extranjero o doméstico”.
Lo que sí se sabía cada vez con mayor certeza es que las bombas fueron construidas a partir de ollas exprés cargadas de metralla –clavos y bolas de acero- con la intención de mutilar al mayor número posible de gente. Los aparatos explosivos fueron colocados en el suelo, por lo que el mayor daño lo sufrieron las piernas de la gente que asistía al evento, lo que no deja de ser una cruel ironía al tratarse del más famoso maratón del mundo.
Por la mañana, las autoridades que investigan el ataque encontraron la tapa de una olla a presión en la azotea de un edificio cercano al sitio de una de las explosiones.
También anunciaban haber encontrado restos retorcidos de una olla a presión de la marca Fagor junto a metralla, un detonador y cables de lo que se cree fue el primer aparato explosivo que estalló en la línea de meta de la carrera el lunes pasado, que costó la vida a tres personas y dejó heridas a casi 180.
Todas las pruebas han sido ya enviadas a la sede del FBI en Quantico (Virginia), donde se espera reconstruir el arma criminal y lograr resultados que arrojen luz sobre un caso que sigue teniendo grandes incógnitas abiertas y ninguna respuesta.
Las ollas de presión se han usado en artefactos explosivos por grupos extremistas en Afganistán, Irak, India y Nepal. Según un informe reciente del Consorcio Nacional para el Estudio del Terrorismo y las Respuestas al Terrorismo, estos artefactos improvisados fueron el arma más común empleada en más de 200 conspiraciones y ataques terroristas en EE UU desde 2001 a 2011.
En el atentado frustrado de Times Square de Nueva York en 2010, la policía se incautó de una olla a presión, entre otros materiales. Ese mismo año, terroristas usaban una olla de esas características en un ataque en Pakistán. En 2006, más de 130 personas morían en Bombay cuando varias ollas a presión repletas de explosivos estallaban en diferentes trenes.
Ayer, el agente del FBI al cargo del caso, Richard DesLauriers, declaraba:
“Alguien sabe quién ha hecho esto”. “En un apasionado llamamiento a la población reclamando información, el agente recordaba que “la persona que hizo esto es el amigo de alguien, su vecino, su compañero de trabajo o su familiar” abriendo de par en par la puerta para que quien sepa algo diga algo.
Varios medios norteamericanos, entre ellos CNN y la agencia Associated Press, informaron poco después de conocerse la identificación de que se había producido una detención, lo que otras fuentes niegan. AP anunciaba que el hombre en cuestión iba a ser llevado ante un juez federal, pero otros medios aseguraban que no era así.
El sospechoso fue identificado a través de un vídeo portando una mochila negra y supuestamente dejándola en el lugar donde explosionó el segundo artefacto.
La imagen ha sido obtenida de las grabaciones de seguridad que los almacenes Lord & Taylor –frente al lugar del atentado- han aportado a la investigación.
A las cinco de la tarde -hora de la costa este norteamericana, 11 de la noche en España-, las fuerzas del orden, con el FBI a la cabeza, ofrecerán una rueda de prensa para dar más información.
Desde que el FBI reclamase ayer ayuda ciudadana para dar caza y captura al individuo o individuos responsables de este crimen, las autoridades han recibido miles de imágenes y películas para revisar, que ahora parecerían haber dado resultado. Con un método similar fue con el que se atrapó a los responsables de los atentados de Londres en julio de 2005.
La Casa Blanca mantenía, sin embargo, la prudencia y poco antes declaraba en rueda de prensa que seguía sin saber si el ataque contra el maratón de Boston era la obra de “un individuo o de un grupo, de un terrorista extranjero o doméstico”.
Lo que sí se sabía cada vez con mayor certeza es que las bombas fueron construidas a partir de ollas exprés cargadas de metralla –clavos y bolas de acero- con la intención de mutilar al mayor número posible de gente. Los aparatos explosivos fueron colocados en el suelo, por lo que el mayor daño lo sufrieron las piernas de la gente que asistía al evento, lo que no deja de ser una cruel ironía al tratarse del más famoso maratón del mundo.
Por la mañana, las autoridades que investigan el ataque encontraron la tapa de una olla a presión en la azotea de un edificio cercano al sitio de una de las explosiones.
También anunciaban haber encontrado restos retorcidos de una olla a presión de la marca Fagor junto a metralla, un detonador y cables de lo que se cree fue el primer aparato explosivo que estalló en la línea de meta de la carrera el lunes pasado, que costó la vida a tres personas y dejó heridas a casi 180.
Todas las pruebas han sido ya enviadas a la sede del FBI en Quantico (Virginia), donde se espera reconstruir el arma criminal y lograr resultados que arrojen luz sobre un caso que sigue teniendo grandes incógnitas abiertas y ninguna respuesta.
Las ollas de presión se han usado en artefactos explosivos por grupos extremistas en Afganistán, Irak, India y Nepal. Según un informe reciente del Consorcio Nacional para el Estudio del Terrorismo y las Respuestas al Terrorismo, estos artefactos improvisados fueron el arma más común empleada en más de 200 conspiraciones y ataques terroristas en EE UU desde 2001 a 2011.
En el atentado frustrado de Times Square de Nueva York en 2010, la policía se incautó de una olla a presión, entre otros materiales. Ese mismo año, terroristas usaban una olla de esas características en un ataque en Pakistán. En 2006, más de 130 personas morían en Bombay cuando varias ollas a presión repletas de explosivos estallaban en diferentes trenes.
Ayer, el agente del FBI al cargo del caso, Richard DesLauriers, declaraba:
“Alguien sabe quién ha hecho esto”. “En un apasionado llamamiento a la población reclamando información, el agente recordaba que “la persona que hizo esto es el amigo de alguien, su vecino, su compañero de trabajo o su familiar” abriendo de par en par la puerta para que quien sepa algo diga algo.
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