Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

19 ene 2013

Mujeres que luchan contra Padre o Marido, y por extraña razón acaban internadas en un manicomio, cuando esoshombres son más locos que ellas.

Suave es la noche de Francis Scott Fitzgerald:

El estadounidense Francis Scott Fitzgerald es, sin duda, el gran cronista de los locos años veinte y de los no menos enloquecidos y más sombríos años treinta. Su enorme talento, su sensibilidad y capacidad de observación han dejado una profunda huella en sus millones de lectores. Piénsese que a los 24 años de edad publica su primera novela, A este lado del paraíso, y con ella alcanza un éxito espectacular. ('Un autor debería escribir para los jóvenes de su generación, para los críticos de la siguiente y para los profesores del futuro', afirmó rotundamente a los 24 años). Cinco años después -es decir, antes de cumplir los 30 años- publica El gran Gatsby y consigue la consagración absoluta. El joven escritor, hijo de familia burguesa y católica, estudiante universitario en Princeton, mimado por la crítica y el público, vi-ve intensamente unos años intensos y nadie mejor que él para narrarlos. Steinbeck y Hemingway, sus coetáneos, se vanaglorian de su amistad. Es juez y parte de los círculos sociales más ricos y poderosos de Estados Unidos. Se instala en Francia y, naturalmente, describe la sociedad más sofisticada y exquisita: aquella que ha convertido la Riviera, la Costa Azul, en el epicentro del mundo.
 Ése es el gran tema de Suave es la noche, su última gran novela, publicada a los 38 años. Ya había visto y vivido casi todo. Era un maestro de su oficio y había comenzado su declive. Todo lo vivió intensamente. La gloria y el derrumbe. Murió en Hollywood a los 44 años. 
Se dice que la escribió su mujer Zelda.
La verdad en esos años hay grandes hombres escritores que viven en una auténtica locura, hombres amados por otras mujeres, y mujeres amadas por otros hombres o mujeres, pero siempre son ellas las que acaban en un Manicomio.....¿Raro verdad?.
Yo me quedé cuando Robert Redford, se convirtió en el Gran Gastby y todas sus películas se pararon en aquella, misterioso, distante, silencioso, siempre vestido como un maniquí en tonos beigs, esas miradas como si siempre estuviera fuera del Presente. Y Nombrar a Fizgerald no puedo evitar ver al actor, que su momento de gloria fue lavarle la cabeza a Meryl Strepp en aqueya película, "Memorias de Äfrica", nunca más dió algo nuevo.
 

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