“Ya ha llegado el momento de su revancha, que recibimos con alegría, porque a nosotros, por las fotografías que están circulando y por los hechos y palabras memorables que se le han atribuido a ella, nos había resultado enormemente simpática y digna de comprensión, y desconfiamos tanto de la leyenda infernal de ella como de la leyenda áurea de él”. Tiziana Lo Porto y Daniele Marotta utilizan estas palabras del poeta y traductor italiano Attilio Bertolucci como declaración de intenciones: Superzelda. La vida ilustrada de Zelda Fitzgerald es su revancha.
Ellos creen que hay musas y musas. Y Zelda Fitzgerald pertenece a la segunda categoría.
Sin ella,
las mujeres noveladas por F. Scott Fitzgerald no serían
como son.
Tampoco,
quizás, las obras del escritor serían como son.
Por ello, durante tres
años se dedicaron a reconstruir la vida de Zelda Sayre, más conocida
como Fitzgerald, y a leer, leer y leer.
Entre sus principales fuentes
están todas las novelas, los cuentos y la correspondencia de F.
Scott y Zelda, sus biografías, en especial, Zelda de Nancy Milford y Scott
Fitzgerald de Andrew Turnbull, The romantic egoists de Matthew J. Bruccoli,
Scottie Fitzgerald Smith y Joan P. Kerr, París era una fiesta de Ernest
Hemingway y El desencantado de Budd Schulberg.
Todo empezó cuando Lo Porto y Marotta reseñaron Alabama song, la biografía novelada de Zelda Fitzgerald de Gilles Leroy, para la columna de cómics que publican en D, la revista sabatina del diario La Repubblica.
Fue Lo Porto -autora del guion de la novela- quien cayó rendida ante la
personalidad arrolladora de Zelda y propuso a Marotta que fuese él
quien dibujase su infancia en Alabama, las fiestas eternas en Nueva York
y París, los vaivenes de su matrimonio con F. Scott Fitzgerald, sus obsesiones, sus excesos y, de paso, desdibujase esa "leyenda infernal" a la que se refería Bertolucci.
Superzelda. La vida ilustrada de Zelda Fitzgerald de Tiziana Lo Porto y Daniele Marotta está editada por 451 editores. Todas las imágenes son cortesía de la editorial.
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