Habría que escribir la historia de
aquellos muchachos difíciles..., la de aquella La Laguna que se desbordó
y a unos cuantos nos desparramó por Barcelona y Nueva York; la que se
tragó a otros en su silencio de piedra y agua eternos.
Es extraño que un fantasma vuelva a surgir, y siga en la normalidad no
de mi vida o de la suya, sino en la del mundo que sigue. Como si ni
siquiera mi otra vida, ese otro gran fantasma, hubiera ocurrido.
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