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El mercado inmobiliario vuelve a dar señales de vida en Nueva York.
Sobre todo en el segmento de lujo, donde se ofrece por más de 90
millones de dólares un ático en uno de los rascacielos recién
construidos en Manhattan.
Unas 60 calles hacia el sur de la isla, en Tribeca, estaba hasta hace unos días a la venta una residencia aparentemente mucho más modesta, que en lugar de usar como reclamo espectaculares vistas de Central Park recurrió a uno de sus más célebres inquilinos: Dominique Strauss-Kahn y Anna Sinclair.
El inmueble en el 153 Franklin Street acaba de venderse por unos 10,5 millones de dólares, unos ocho millones de euros a un millonario ruso.
Ahí es donde estuvo “recluido” el exdirector gerente de Fondo Monetario Internacional mientras fue procesado por asaltar a una empleada del hotel Sofitel.
Una especie de cárcel dorada, por la que Strauss-Kahn pagó un alquiler de 240.000 dólares por los cuatro meses que estuvo allí con su esposa. Eso sin contar con el coste de la seguridad que le vigilaba día y noche antes de ser puesto en libertad.
El precio, sin embargo, sigue mostrando las heridas de las crisis financiera. Ese mismo inmueble, que antiguamente acogió una división del cuerpo de bomberos de la ciudad, se ofrecía hace tres años por unos 15 millones de dólares, por lo que el nuevo dueño lo compra con un importante descuento, aunque también hay que decir que en los últimos seis meses subió algo de precio.
El agente que llevó la propiedad dice que el pasaje de Strauss-Kahn no influyó realmente en la venta ni en el precio final.
Más allá de la atención mediática y las cientos de fotos que inmortalizaron sus dos portones cada vez que entraba o salía el exdirigente socialista, este townhouse de 1915 es una vivienda muy singular y exquisita, situada en uno de los barrios más deseados de Mahanttan.
Fue renovada recientemente por el reputado arquitecto italiano Leopolso Rosati. Esta vivienda de 630 metros cuadrados, con cuatro amplios dormitorios y cuatro baños, cuenta con gimnasio propio, spa, sala de cine y un bar, además de una terraza.
Y como esta vez tampoco puede ser diferente, el nuevo propietario es un hombre de finanzas ruso del que no se conoce su identidad. Ya la pasa Navidad, otro compatriota, este bien conocido, compró para su hija un ático en el exclusivo 15 Central Park West. Se trataba del magnate Dmitry Rybolovlev, que pagó 88 millones de dólares por la que fuera la residencia de Sandy Weills, el hombre que convirtió Citigroup en un hipermercado financiero. El dinero que recaudó el exbanquero lo destinó a caridad.
Unas 60 calles hacia el sur de la isla, en Tribeca, estaba hasta hace unos días a la venta una residencia aparentemente mucho más modesta, que en lugar de usar como reclamo espectaculares vistas de Central Park recurrió a uno de sus más célebres inquilinos: Dominique Strauss-Kahn y Anna Sinclair.
El inmueble en el 153 Franklin Street acaba de venderse por unos 10,5 millones de dólares, unos ocho millones de euros a un millonario ruso.
Ahí es donde estuvo “recluido” el exdirector gerente de Fondo Monetario Internacional mientras fue procesado por asaltar a una empleada del hotel Sofitel.
Una especie de cárcel dorada, por la que Strauss-Kahn pagó un alquiler de 240.000 dólares por los cuatro meses que estuvo allí con su esposa. Eso sin contar con el coste de la seguridad que le vigilaba día y noche antes de ser puesto en libertad.
El precio, sin embargo, sigue mostrando las heridas de las crisis financiera. Ese mismo inmueble, que antiguamente acogió una división del cuerpo de bomberos de la ciudad, se ofrecía hace tres años por unos 15 millones de dólares, por lo que el nuevo dueño lo compra con un importante descuento, aunque también hay que decir que en los últimos seis meses subió algo de precio.
El agente que llevó la propiedad dice que el pasaje de Strauss-Kahn no influyó realmente en la venta ni en el precio final.
Más allá de la atención mediática y las cientos de fotos que inmortalizaron sus dos portones cada vez que entraba o salía el exdirigente socialista, este townhouse de 1915 es una vivienda muy singular y exquisita, situada en uno de los barrios más deseados de Mahanttan.
Fue renovada recientemente por el reputado arquitecto italiano Leopolso Rosati. Esta vivienda de 630 metros cuadrados, con cuatro amplios dormitorios y cuatro baños, cuenta con gimnasio propio, spa, sala de cine y un bar, además de una terraza.
Y como esta vez tampoco puede ser diferente, el nuevo propietario es un hombre de finanzas ruso del que no se conoce su identidad. Ya la pasa Navidad, otro compatriota, este bien conocido, compró para su hija un ático en el exclusivo 15 Central Park West. Se trataba del magnate Dmitry Rybolovlev, que pagó 88 millones de dólares por la que fuera la residencia de Sandy Weills, el hombre que convirtió Citigroup en un hipermercado financiero. El dinero que recaudó el exbanquero lo destinó a caridad.
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